Narrador omnisciente...
Ese día Aubrey se levantó sintiendo que el peso del mundo se hallaba en su vientre, faltaban días para que diera a luz y sentía que en cualquier momento explotaría.
Había decidido no salir del departamento hasta que diera a luz, pues sentía miedo de que a sus hijos de les ocurriera que era buena idea nacer cuando estuviera en el auto o en algún McDonald's.
Así que se pasaba la mayor parte del tiempo en su habitación arreglando la ropita de los bebés y las mamilas, lavando las una y otra vez, para que estuvieran listas para usarse, acomodando la maleta que usaría el día del parto, teniendo la ropa de su niña y niño preparadas, imaginando los a cada rato, sintiendo como pateaba dentro de ella y sintiéndose muy feliz ante la idea de tenerlos en sus manos después de tanto esperar.Había sido fiel a lo que había dicho, no había a hablado con su madre, aun con las insistentes llamadas de esta, en cambio la relación con su padre se había estrechado, el se había encargado de regalarle una cuna doble y le había propuesto regalarle una pequeña casa en cuanto la requiriera pues según el cuando los bebés crecieran necesitaría un lugar más amplio, aunque el departamento estuviera cómodo por un tiempo, no podía quedarse ahí por mucho tiempo.
Maddyson había estado muy triste hacia un tiempo pero no había mucho que le permitiera hacer, ni siquiera le había dejado hacerle preguntas sobre Jonas.
Ese día en especial Aubrey estaba buscando a Maddyson quien había llegado hacia un rato, después de buscar trabajo toda la mañana.
— ¿Como te fue? — ella con un dolor en el cuello le dijo — pues me dieron el trabajo, pero tengo que llegar en un rato más así que me daré una ducha y volveré — Maddy comenzó su rumbo hacia la regadera y Aubrey se quedó en la cocina calentando agua para tomar café, tenía un gran antojo de café.
— Sandía, se me olvidaba, había un cartel de una vacante aquí cerca, no recuerdo como se llama el local...pero tome una foto por si quieres verla — Aubrey estaba planeando buscar un trabajo de medio tiempo, mientras se acomodaba para cuidar a los bebés — ah gracias, ¿de que es el trabajo? — escucho el agua correr y supo que ella ya no la escuchaba así que tomo su teléfono y abrió la galería, ahí estaba la foto de la vacante, era en el café MRs. BRIGHTSIDE, a un par de calles de ahí, quedaba perfecto, apunto el número en su teléfono y cuando estaba por salir de la galería, alcanzó a ver un screenshot, no leyó mucho, solo el nombre de Charlie, lo cual la descoloco, pues Maddyson le había dicho que no había hablado con él desde antes de caer en coma.
La curiosidad fue más fuerte que la prudencia y comenzó a leerla.
Era impactante leer todo lo que se habían dicho, pero lo fueron aún más las palabras de Charlie “ no me interesa nada que tenga que ver con ella o sus bastardos... ” esas palabras se estaban grabando en su ser, pero había más: “por mi Aubrey puede irse al carajo, no me importa, tengo una vida aquí y no la dejaré, me vale tres hectáreas de mierda, al carajo tu, tu puto cumpleaños, tu puta amiga, sus putos hijos, tu puta insistencia, al carajo todos”Aubrey sintió lágrimas correr por su rostro, era un coraje que nunca había sentido, acompañado de un dolor en la pelvis, un dolor que la obligó a sentarse dolía demasiado para poder estar de pie.
— ¡¡Maddyson!!— comenzó a gritar con fuerza, dejo de escuchar el agua — ¡Maddyson!— ella salio envuelta en una toalla —¿que ocurre?...oh no, ¿ya es hora? — la mirada de odio que Aubrey dirigió a Maddyson fue difícil de ignorar —¿que ocurre?— ella con un gesto de dolor espetó —¿que se supone que ibas a decirle a Charlie?— el rostro de Maddyson decayó —yo...lo siento...— Aubrey le grito —¡dijiste que te lo llevarías a la tumba!— Maddyson suspiró — casi morí, ¿eso no cuenta?...ok mira lo siento, estaba pensando en los bebes — Aubrey lanzo un grito de dolor muy fuerte —¡llevame al hospital de una maldita vez! — estaba enojada pero no era el momento de discutir.
Tomo la maleta que había preparado y sin estar del todo preparada emprendió el camino hacia el hospital.
— Respira, tranquila — repetía Maddyson — les llamo bastardos, ¿quien se cree ese hijo de...— un fuerte dolor la interrumpió —no se porque lo dijo — Aubrey se retorcía en su asiento — es un maldito, ¿como pudo pasarme por la cabeza que el...y yo...mierda soy una estupida, no se quién es mas idiota, el o yo, maldita sea ...— de no ser porque Maddyson conocía la historia de Aubrey, seria demasiado difícil entender los desvaríos en forma de palabras que ella dejaba salir entre dolores.
—Tranquila, respira, piensa en los bebes, no vale la pena que pienses en el — era un consejo tonto, de alguna manera, ya que si se lo piensa bien no hay mucha forma de no pensar en el que es el padre de sus hijos.
Maddyson había llamado a Alex,Tara y Alice quienes habían dejado de lado lo que estaban haciendo y se dirigían al hospital para recibir a quienes tanto habían esperado.
Por otro lado Charlie y su amigo Matt habían por fin arribado a la ciudad, a Charlie le urgía de alguna extraña manera poder contactar a Maddyson, así que llamo al único numero que sabia de memoria, el de su casa. La voz de una mujer le retumbo en la mente —¿hola?— era la señora Fitzgerald o mejor dicho la ahora señora Rydel — señora Fitz...lo siento Elizabeth,¿esta mi padre?— Elizabeth dudo — sí, esta cerca —parecía que dudaba — ¿podría pasármelo?, necesito hablar con el —unos segundos de silencio se desvanecieron ante la aparición de la voz de su padre —¿Charles? —Charlie se aclaro la garganta un poco — hola padre...podrías darme el numero de Maddyson — su padre guardo silencio para después comenzar a dar los dígitos del teléfono de Maddyson — Gracias padre...— planeaba colgar pero su padre carraspeo — Charles, quisiera que habláramos pronto, hay algo que quiero discutir contigo — Charlie asintió a pesar de que su padre no podía verlo — de acuerdo, pronto iré a verte, hasta luego — no hubo mas que decir y ambos colgaron.
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Los Infortunios Del Amor
RomanceLo siento por lo que no dije... lamento todo lo que hice. Necesito marcharme, porque se que tu profecía jamás llegará a mis pies, me canse de esperar y quizás sea mi infortunio caminar en la dirección incorrecta, cuando me aconsejaste seguir mis in...