35. EXCESIVA CORDIALIDAD

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Aubrey

Todo estaba perfectamente bien, era raro, era como estar en una nube, aún con las madrugadas llenas de gritos de los pequeños, no había nada mejor que poder cuidarlos y verlos estar tranquilos después de comer, aunque claro el hecho de que Charlie me ayudara a aprender a cuidarlos, me fue de mucha ayuda.
El se había vuelto el mismo chico idiota al que tanto quería, con sus bromas y sarcasmo soportable, aún odiaba que fumara pero una parte de mi no se permitía exigirle más, el se levantaba en las madrugadas a ayudarme con uno de los bebés, porque usualmente al despertar uno, despertaba el otro, después se iba muy temprano en la mañana y soportaba a un montón de tipos creidos que lo trataban en ocasiones como idiota, pero no se quejaba, a pesar de lo evidentemente desgastan te que era todo eso, siempre tenia una sonrisa, era contagioso.
Por mi parte trabajar tampoco era un lecho de rosas, había conseguido trabajo en un café cerca de la casa, el mismo del cual Maddyson me había dado la vacante, al parecer varias personas habían estado en el puesto, pero lo dejaban pronto, pues era tomado como un trabajo de paso. La dueña del lugar parecía estar feliz conmigo trabajando ahí, aunque en alguna ocasión, habíamos tenido una discusión aunque nada de que preocuparse, se había cansado de que llegara tarde, así que tuve que explicarle porque mis llegadas siempre eran tardías.
- entonces es eso... ¿Porque no me habías dicho? - era una pregunta válida, al final de cuentas era su negocio, así que no me quedaba más que responder con la verdad - pensé que me echaría en cuanto lo supiera - era cierto pero sonaba más estúpido en voz alta -¿porque lo haría? - ella parecía consternada ante mi negativa por contarle - pensé que quería alguien que trabajará tiempo completo y si le decía no me daría el trabajo - ella negó con la cabeza, y soltó un suspiro - yo también pase por cosas difíciles, por eso cuando alguien pide trabajo se lo doy aunque en su mayoría son de medio tiempo y se vayan antes de que siquiera logre aprender me sus nombres - después de decir eso me dio una sonrisa cálida y de manera directa me pidió no le ocultara nada que pudiera ser importante para el trabajo.

En casa todo iba bien, bastante bien, los días parecían ser cada vez mejores, Charlie y yo habíamos vuelto a nuestros días de amistad, pero se sentía más estrecha aún, era casi como si me fuera más fácil sobrellevarlo, como si saber que el estaba ahí, fuera suficiente para hacerme sonreír, claro aunque mis niños no eran nada menos, era todo, era verlos y no entender como es que habían salido tan perfectos.
Maddyson por su parte nos veía en ocasiones y soltaba una risa extraña, una que dice "idiotas" implícitamente, me gustaría poder explicarlo mejor, pero ciertamente mi cabeza estaba tan llena de mis hijos, Charlie y todo lo bueno que estaba pasando que era incapaz de ver muchas cosas alrededor, claro que Maddy se encargo de recordarme las un día que no tuve que ir a trabajar y estábamos solas en casa.
-y... ¿Que hay de nuevo viejo? - dije en tono burlesco al verla entrar a la cocina con el cabello revuelto - ¿no vas a ir a trabajar hoy? - se lo había dicho, o al menos recuerdo haberle contado a alguien que ese día no trabajaría... - no, hoy tendré todo el día para estar tranquila cuidando a los bebes - ella me sonrió ampliamente, pues significaba que tenia el día libre para ella también y que fuera un viernes era demasiado bueno para ser cierto - vaya, por fin unas vacaciones - dijo juguetona mente, pero luego cambio el rostro a uno inquisitivo - Aubrey, lo había olvidado, tu madre llamó ayer para preguntar como estabas, parecía muy triste... ¿Aún no le haz dicho nada? - era cierto, había pasado por alto el enorme hecho de decirle a mi madre que ya había encontrado al padre de mis hijos y que su vergüenza podría llegar a reducirse un poco y bueno no le había dicho nada de mi imitación de la bella durmiente - lo había olvidado, pero una parte de mi quiere ver la cara que pondrá cuando sepa que es Charlie, no se, podría darle el patatús o darle un ataque de euforia o desmayarse o... No se, será raro y más si esta el señor Rydel ahí, ¿como les voy a decir...? - los nervios me empezaron a invadir y la necesidad de tener una bolsa de papel para inflar la y desinflar la no parecía tan descabellada - Aubrey, relájate, sabias que pasaría y no es lo más difícil del mundo, digo Charlie lo sabe y no fue el fin del mundo, creo que fue hasta mejor... ¿O no? - sabía a donde iba con esa pequeña pregunta - si, digo, volvimos a ser amigos y bueno, las cosas van bien con los bebés y... -no era lo que quería oír - aham, si, los bebes... Bueno a mi parecer no les falta mucho para ser una linda familia feliz... Solo falta que los dos dejen de ser idiotas -era detestable mente sincera - no se de que estas hablando... - fingir demencia no era una buena opción, pero fue lo único que se me ocurrió en ese momento - ah, claro, me vas a decir que no te mueres por Charlie... Se les nota que están muriendo el uno por el otro, nada más mira a Charlie anda como en las nubes desde que despertaste y créeme que se veía de la mierda mientras estabas inconsciente y por más que Alice trataba de confortar lo el solamente la ignoraba - ella había dado en un punto importante -¿Alice? - su rostro de "la cague" era épico - si, bueno ella venía cada rato y era molesto, era casi como si quisiera quedarse con todo lo que básicamente es tuyo, ya casi se quería venir a vivir aquí pero le dije que estaba loca -me sentí un poco impactada, por no decir que me sentí jodidamente celosa - no jodas, con justa razón me dijo que estuvo al pendiente de todo mientras yo no estaba - Maddy rodó los ojos - claro, casi se le salía el diablo, cuando te mencionaba Charlie - que buena amiga - genial, pues ahora estoy despierta así que creo que su intento de suplir me no funcionó - era bueno saber quien estaba "cuidándome", Maddy me miró con severidad - creo que tu y Charlie tienen que discutir cierto asunto antes de ir con sus padres - sabía a que se refería, pero por alguna horrenda razón estaba asustada de lo que venía - y si sólo lo dejamos en este confortable estatus quo - ella me miró como dándose un golpe mental -¿cuál estatus quo?, deben arreglar esos asuntos que llevan cargando desde hace mucho - la detestaba porque tenía razón - iré a dormir otro rato, más tarde saldré con un amigo - no me dio chance preguntar y se fue emprendiendo la gloriosa huida.

Los Infortunios Del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora