9. UNA CENA

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Todo el día siguiente lo pase recluida en mi habitación entre los gritos de mis pensamientos que decían una y otra vez que las cosas estaban demasiado extrañas desde la graduación, me consumía un miedo inconmensurable, no quería verlo, ¿que diría?, ¿que haría?. Y no sabia como evadir lo, el no sabía nada, actuar de forma indiferente de la nada podría hacerle daño y todo sería culpa mía.
Mi madre se estaba empezando a preocupar pues después de un almuerzo silencioso donde mis ojeras habían jalado la atención de mi madre, yo no había salido de mi habitación y empecé a creer que decirle a mi mamá no era tan mala idea, claro que era buena idea decirle que me había acostado con el hijo de su novio... Si por supuesto que era una estupenda idea. Tal vez en otro momento, justo ese día no me apetecía joderle la cena a mi madre.

-hija, si quieres, podemos hacer esto otro día... - conocía a mi madre como a la palma de mi mano aún a través de la puerta, lo que ella quería era una excusa para postergar esto y aunque yo tampoco tenía muchos ánimos de ir, nunca me ha gustado huir de los problemas.
-esta bien solo estoy un poco ocupada, pero no te preocupes, estaré lista -mi madre suspiro resignada.
-esta bien hija... Nos vemos en un rato - no hizo más afán por continuar con la charla a través de la puerta y se fue.
Faltaba una hora para la cena y tenía que comenzar a arreglarme, pues si no lo hacía con esa anticipación, lo más probable era que terminará haciéndolo cuando faltarán cinco minutos y no quería que mi aspecto físico fuera tan jodido como mi aspecto mental, camine con esto en mente a mi armario, este no era ni grande ni espectacular como el de cualquier adolescente solo era un mueble lleno hasta el tope de ropa y un estante con cosas que no usaba muy a menudo.
Me decidí usar falda guinda tipo campana y una blusa negra de manga corta, era una blusa muy básica así que quedaba perfecta con la falda, eso sumado con unos tacones negros no muy altos y un poco de volumen en mi cabello y listo, estaba preparada para pasar una o dos horas llenas de incomodidad y recuerdos penoso.

Faltando 20 minutos para salir de la casa, me arregle el cabello y maquille el rostro para no parecer una inexperta en eso del maquillaje (aunque lo era) decidí hacerlo lo mejor que pude, combinando sombras del color de mi vestimenta para no verme tan mal, pero me excedí un poco con el maquillaje y terminé pareciendo fantasma con lo pálida que me veía así que decidí solucionarlo con algo de delineador negro y cambie el color rosa de mis labios por un borgoña muy lindo.
- mamá ya... ¡Wow! -dije al abrir la puerta y toparme a mi mama con un vestido color esmeralda que le quedaba ceñido al cuerpo y con una leve abertura entre las piernas a la altura de las rodillas que le daba una forma sexy de mover las piernas pues era muy apretado y aun así mi madre parecía una modelo, algunos hasta podrían pensar que era mi hermana en ese momento.
- iba a preguntar como me veía pero creo que ya no vale la pena hacerlo, hija te ves hermosa, ¿es la falda que te regale por tu cumpleaños? - dijo sorprendida.
-si... - ella suspiro.
-creo que en serio debe ser especial esta cena si te la pusiste - la cosa es que mi madre me regalaba ropa muy linda, que rara vez usaba, era algo así como "ropa de bodas y funerales", sonreí a mi mama le parecía hermosa hasta en pijama.
-si esto es importante para ti, lo es también para mí, madre - ella me miró con detenimiento y luego dijo - cierra el ojo - así lo hice y sentí como pasaba su dedo por mi párpado, el delineado nunca se me ha dado bien - listo - camine al espejo y mi madre lo limpio de una forma que me lo dejo totalmente diferente y más fino, casi como el otro.
La noche ya estaba entrada cuando salimos de la casa, mi mama se veía muy nerviosa y no exactamente por la cena, más bien porque yo era quien conducía y eso la ponía demasiado nerviosa.
-¿ no crees que debería conducir yo? - dijo ella entre una sonrisa y una cara de pánico.
- tal vez, pero... Nop quiero conducir yo, a parte no creo hacerlo nada mal, no he chocado con nadie - de reojo la mire decir sin voz un "aun" y si señores así era de desconfiada mi madre.
Llegamos al restaurante de nombre McCurty's Avenue, era uno de los más refinados de la ciudad, tenía unos amplios ventanales con largas cortinas de un color dorado pálido muy apacible y una fachada que era todo lo que había escuchado de ese sitio y más.
Mi madre me miró con pena y dijo - por favor Aubrey no le digas a Jack que te lo dije, se supone que es sorpresa - suspiré, temía tener que pedirle lo mismo yo.
-no lo haré, Charlie me odiaría si se enteraba de que lo sabía y no se lo había dicho - compartimos una sonrisa de complicidad y entonces la duda llego a mi - ¿entonces porque se supone que estamos aquí si, no lo se? - mi madre paro en seco, como si la sangre se hubiera detenido en ella de golpe.
- di que... Es por la graduación, parte de la sorpresa y... Emmm eso -ella no era buena para mentir.
-tranquila - puse mi mano en su hombro en señal de apoyo, aunque ciertamente estaba igual o más nerviosa que ella.

Los Infortunios Del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora