41. CLAVO

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Aubrey
Había decidido sacar a Charlie por completo de mi vida, hacia ya casi tres meses que se había ido y estaba segura de que si llegase a volver, no quedaría nada que recuperar.
Maddy también había salido de mi vida, no la había vuelto a ver desde el día que salí del departamento, ella no había hecho amago de buscarme y yo tampoco, aunque ciertamente una parte de mi la extrañaba, era cierto que no podía aferrar me a algo que procedía de mi jodida imaginación.
No negaré  que aún pensaba en Charlie y la preocupación me hacía estragos, pero era menor ahora que tenía tantas cosas por hacer.

Mi vida era un caos desde que Charlie desapareció.

Después de lo ocurrido con Jonas, mi padre no quería dejarme volver a trabajar, lo entendía, pero el debía saber que no sería capaz de abandonar mi trabajo, la escuela y mi vida entera por él, tenía que seguir adelante y afontrar lo que viniera, aún así, no dejaba de sentirme observada, casi cohibida. En uno de esos momentos de distracción mi cuerpo torpemente choco con una figura blanda y provocó que la bandeja con platos y tazas vacías cayera, al inclinarme a recoger lo caído, me vi obligada a levantar la vista y buscar al culpable de mi tropiezo — discúlpame — dijo un chico de ojos castaños  y cabello igual de inmediato me disculpe también — perdón, no me fije, discúlpame — el sonrió —no, perdón en serio fue mi culpa, es que, bueno iba distraído con mi teléfono — se veía sumamente apenado —no hay problema, nada se quebró así que todo esta bien — la pena invadió su cara — si, perdón fui un idiota — no lo era, es decir, ¿quien no a caminado mientras usa el teléfono? — tranquilo, no fue la gran cosa — el me miró con una sonrisa muy linda —Soy Nick y no te había visto, ¿hace cuanto trabajas aquí? — le sonreí sincera pues su curiosidad me pareció agradable —no mucho al parecer, soy Aubrey — me quede como tonta sin decir nada hasta que me di cuenta que debía seguir trabajando —en fin, debo volver al trabajo — el parecía tener algo en la punta de la lengua — claro, bueno, te veré después Aubrey y lo siento mucho de nuevo emm hasta luego — el se fue con el gesto descolocado, parecía que olvidaba algo, yo aún a lo lejos me quedé viéndole hasta que la realidad me golpeó y con "la realidad", me refiero al piso, pues por estar atenta viéndolo irse me resbale y caí de nalgas al piso.
Fue tan vergonzoso que sentí que el rostro me iba a explotar.
—¿Que fue eso? — preguntó mi jefa, supuse que se refería a mi penosa caída —me resbale —dije avergonzada — no, me refería a ese chico —estaba realmente confundida — ¿a que se refiere? — ella sonrió con ese gesto de "yo se que si sabes" — al que estaba viéndote desde que llego y que "accidentalmente" choco contigo después — acaso era cierto eso, el había chocado conmigo apropósito, me era difícil de creer — ¿en serio?, no me di cuenta — y ahí estaba de nuevo ese gesto — como sea, ve con cuidado con ese chico, lo he visto venir aquí con varias chicas — no me gustaba crearme juicios de la gente sin conocerla, pero de cualquier modo apreciaba el interés.

Poco antes de que mi turno terminará, ahí estaba el de nuevo. Fingí demencia, no me acerque a su mesa, ni dirigí una mirada, no me mal entiendan, no era un ser que me molestara la vista, pero no me sentía muy bien dedicándole miradas furtivas.

Pero por más que trate de mantenerme al margen de mi trabajo, todo se fue al carajo cuando me llamó por mi nombre y aunque puse todo de mi en parecer sorprendida al ser nombrada, dentro de mi una estúpida parte festejaba, ¿que?, no lo se, pero me sentía extrañamente nerviosa.
—¿dime? — dije de forma monótona — si, e..., yo este... Queria, bueno quiero... Pastel de chocolate — dijo resignado, pues parecía estar haciendo un esfuerzo inconmensurable por hablar — claro, en un momento te lo traigo, ¿gustas algo de beber? — el pensó unos segundos — café, gracias — asentí y cuando estaba por irme el hablo de nuevo —espera, Aubrey... — voltee y fue como si se le hubiera olvidado lo que iba a decir — este... Yo, bueno... ¿Te gustaría ir conmigo a algún lado?, un helado, o al cine — sonaba nervioso y eso me parecía un poco tierno, aunque una parte de mi no se fiaba por completo, el "yo" necesitado de atención se sentía bien — no se, estoy ocupada...— vi un poco de decepción en su rostro y algo me llevó a rectificar — pero podríamos ir por un helado — el sonrió — muy bien, me da gusto, por un momento pensé que me dirías que no — lo pensé también — no falta mucho para que salga, si quieres esperar me — el asintió.
Yo termine mi ronda y llame a la niñera —Señora Murphy, soy Aubrey... Si estoy bien, solo quería saber, ¿si me haría el enorme favor de cuidar a mis niños un rato más? — ella acepto de inmediato, le gustaba mucho cuidarlos, era una mujer mayor y había tenido muchos hijos, a los que ya no veía, por eso les había tomado cariño a mis niños, claro un cariño sano, no uno empalagoso, era como una abuela, incluso para mí.
—¿lista? — dijo el al acercarse — emm, si- debo admitir que estaba realmente nerviosa, es decir no solía salir con personas a quienes acababa de conocer, pero ya en este punto mi mente solo pensaba en ese dicho "un clavo saca otro clavo", se que es estúpido, pero no había encontrado una mejor forma de sacarlo de mi cabeza, a el, a sus ojos, su rostro, su voz, sus besos, a todo lo que dijo, lo que pensé que sería, el futuro que estúpidamente me imagine a su lado, todos los hubiera y sobre todo, el amor que le tenía y que no quería tenerle.
Así que, sí... Estaba planeando usar a ese chico para sacar a Charlie de mi sistema, al menos en ede momento, me daría la oportunidad de pensar en algo que no fuera el pesar de no saber nada de él.
—¿Estas aquí? — dijo al salir del local —si, lo siento, me estabas diciendo algo? —sonrió apenado — si, te estaba preguntando a donde querías ir — lo pensé unos segundos — hay una Heladería muy buena a unas calles de aquí — sugerí poco convencida —muy bien... Vamos —accedió de inmediato.
Si dijera que el camino no fue un tanto incómodo, mentiría.
Al llegar y pedir nuestros enormes helados comenzamos a platicar — y dime, ¿cuantos años tienes? —era una buena pregunta, había tenido 18 antes del coma y haciendo mis cálculos me di cuenta de que ya tenía 19 y algunos meses —tengo 19, ¿y tu? — me sorprendí de la confusión de  mis  palabras, que esperaba que no hubiera notado — bueno, me sentía joven pero ahora a mis 22, ya no estoy tan seguro — me reí de la forma en la que lo dijo — no eres tan viejo, bueno solo un poco — comenzamos a reír un poco más y la conversación fue fácil desde ahí, me contó de su familia, su trabajo, su casa y todo lo correspondiente a su vida y yo hice lo mismo, hasta que llegamos a ese punto en el que le hable de mi familia — bueno, ahora vivo con mi padre, mi madre se caso con... — el abuelo de mis hijos... No sonaba muy bien — el padre de... — Charlie, ahí estaba el de nuevo — emmmm, creo que debería decirlo como es, mi madre se caso con el padre de el que por muchos años fue mi mejor amigo y que ahora es el padre de mis mellizos — su gesto se volvió una mueca de confusión — si, oíste bien, tengo unos mellizos, Jane y James  —le dije un poco a la defensiva — no esperaba que una chica tan joven tuviera una responsabilidad tan grande, es decir, todas las chicas de tu edad a la mía, pasan el tiempo entre bares y cosas así — era cierto y no me avergonzaba tener a mis hijos — es una enorme responsabilidad, pero no los cambiaría por nada — después de empezar a hablar de mis niños, las palabras empezaron a salir solas, le conté muchas cosas de mi vida, evitando a toda costa hablar de Charlie, el pareció notarlo y no pregunto nada al respecto.

— Me gustó mucho platicar contigo, te molestaría si te invito a salir mañana
—  sonaba bien, me la había pasado realmente bien así que después de casi declinar, acepte.

El tiempo pasó rápido desde ese día, Nick aparecía en el café casi a diario y siempre me esperaba hasta que salía para platicar en el parque cerca del local, no era mucho el tiempo que compartíamos, pues no quería dejar a mis hijos mucho con la señora Murphy, era un abuso. Pero aún cuando no estaba cerca, Nick se hacía presente con algún mensaje, una llamada corta, cualquier cosa, era como si no me dejara olvidar que el existía, y no podía explicar el porqué me hacía sentir tan culpable.
Aún así trate de mantener la cabeza fría y lo más alejada de Charlie, hasta que me convencí a mi misma que tal vez no estaba haciendo algo malo, era posible que pudiera darme la oportunidad de ser feliz en ese aspecto y poder dejar de correr tras de Charlie.

Y ese sábado empezó la desintoxicación.

Me había arreglado realmente bien, había usado una falta de un tono rosa coral y una blusa negra sin mangas, unos tacones de ese color, un collar con colores dorados y un maquillaje muy natural, mi cabello con algunas ondas y por último unos nervios para decorar, mi primera cita en mucho tiempo.
— hola —  dije con timidez — ¡wow!, te ves increíble — mi cara se puso del color de mi falda, pero más intenso — gracias, ¿nos vamos? —me abrió la puerta de su lujoso Audi -
— me contaron que el McCartney Avenue tiene una excelente paella — ¿paella?, realmente no la había comido, pero no sonaba como algo muy apetecible y a guarden, dijo McCartney Avenue, ese era el mismo restaurante donde mi madre y el padre de Charlie se comprometieron.

— de acuerdo... - sentía que la respiración me fallaba y los nervios que estaban de adorno, ahora, se habían apoderado de mi.
Más aún cuando mi teléfono me notificó de un mensaje.
MADDY: "Aubrey, necesito hablar contigo es importante"
AUBREY :"Lo siento, estoy ocupada"
MADDY:"Aubrey entiendo que no me quieras hablar, pero esto es realmente importante, se trata de Charlie"

Sentí en ese momento que el alma se me iba al piso y las incontrolables ganas de ir corriendo hasta donde estaba Maddy y saber que diablos había pasado con Charlie, me estaban enloqueciendo, pero debía ser firme.

AUBREY: "Realmente estoy ocupada, lo siento"

Después de ese mensaje ya no me respondió, tal vez se había enojado pero no podía dejar que me hiciera caer otra vez.
— Aubrey si no te sientes bien para salir, lo entenderé — me estaba portando como una idiota con Nick — no, solo me distraje un segundo, lo lamento —.
Nick dijo que no se molestaría, pero yo me sentiría una cretina  si lo trataba de ese modo.

La velada fue buena, reímos comimos y al llegar a la puerta de mi casa el se despidió de esa forma en la que te despides cuando no quieres hacerlo.
—bien, creo que debo irme, me la pase muy bien... — ¿que debía hacer?, bueno no pude pensarlo mucho pues el dio un paso que para cualquiera parecería pequeño, pero que me dio a entender todo, el quería besarme y las dudas de siempre me gritaban en la conciencia ¿era muy pronto?, ¿estaba bien?, ¿que pasaba si me gustaba? O ¿que pasaba si no me gustaba?, tal vez solo pensaba demasiado.
Así que me dejé llevar y sonriendole me acerque un poco más — yo también me la pasé bien — .
Y sin mediar más palabras, se acercó dejándome la decisión de retroceder o avanzar y avance.
Estampe mis labios en los suyo y el puso sus manos confiadamente en mi cintura, mientras yo las ponía en su rostro. Nuestro beso se hizo más largo, recorrí sus labios sintiendo algunas sensaciones diferente, no sentía esas chispas que había sentido antes, pero sentía ese hueco en el estómago que me hacía sentir bien y ciertamente Nick no besaba nada mal.
Me separe de él lentamente —creo que debería entrar — me empecé a alejar pero sus besos no me dejaban — en serio debo entrar — dije con una sonrisa sincera — de acuerdo, creo que te veré después —  Nick me soltó pero antes de ese me beso de nuevo — ahora si ya me voy —.
Y se fue, dejándome nerviosa, confundida y extrañamente feliz.
Pero otro mensaje me arruino el día.

MADDY: "Aubrey... Charlie volvió"

Carajo.

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Hola damas y caballeros, espero que les guste este capitulo, déjenme sus comentarios y díganme que les parece.

Jessy🌺

Los Infortunios Del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora