12. TARDE

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Me tire en mi cama  sintiéndome tonta,  ¿Porque me había besado?, ¿Porque no me negué?, ¿Qué mierda me estaba pasando?.
Me sentía tan confundida y  ¿que podía  hacer?,  sentía que todo me daba vueltas y que nada me sostenía al suelo,  solo sentía que estaba en una nube de tormenta,  sin nada a que sostenerme.
Puse mis manos en mi rostro esperando alejar esa imagen de Charlie jodiendo se la vida,  esa imagen de el con los ojos llenos de voces que no entendí y más aún tratando de alejar esa sensación de sus labios contra los míos que aún no conseguía comprender.
Estaba mal algo,  era como si el universo me lo gritara en un idioma que no conocía.
Me quede en silencio repasando cada segundo de ese encuentro,  esperando hallar la raíz de todo y volví al inicio,  la solicitud. A mi parecer tenía dos opciones : 1 mandar mi dignidad al caño y perseguir a Charlie al otro lado del mundo creyendo que lo que me había dicho era solo producto de lo que sea que estuviera usando, 2 mandar mi solicitud  a la universidad más cercana y esforzarme por que mi vida no se fuera  a la mierda.
Pensando en todo lo que había pasado caí dormida y recordé en el sueño la imagen de mi celular de el y de mi,  juntos, entonces desperté.
No había recordado que Chloe aun tenía aquel video y que ella pudo mandarse lo  a Charlie así que decidí llamarle.
—¿hola? — dije sin mucho ánimo.
hola,  ¿Como haz estado? — era la parlanchina voz de Chloe.
—bien,  oye,  ¿te puedo preguntar algo? — ella hizo un ruido,  como si lo estuviese pensando.
claro,  dime,  ¿Qué pasa? ¿esta todo bien? ¿Como esta Charlie? — sus preguntas eran normales excepto el preguntar por Charlie porque aunque no lo crean ellos ni siquiera se hablaban,  o eso creía.
— yo,  quería saber si tu... Bueno si le habías mandado el video a Charlie — ella soltó una risa.
—¿Como lo haría?,  no tengo su numero,  pero no te preocupes,  ya lo borre — suspiré sonora mente.
—¿Porque? — hubo un silencio.
bueno, realmente ya no importa,  pero sabes no es muy lindo ver al tipo que te gusta besándose con alguien a quien se supone que odia — en ese momento sentí una punzada en el pecho,  tal vez a ella le gustaba Charlie.
— ¿te gusta... — se río un poco — tranquila,  no me gusta Charlie,  me gusta... Gustaba Harry,  pero no está en mis planes estar detrás de alguien que primero te dice una cosa y luego hace otra — guardo silencio otra vez.
— lo siento no lo sabía —  hablo después de unos tormentosos y algo incómodos segundos.
—  como sea  no te preocupes,  debo irme,  nos vemos luego — me sentí culpable por hacerla recordar algo que probablemente le dolía mucho — claro nos vemos luego — y colgamos.

Salí de mi cuarto y la noche ya se había hecho presente,  sabía que mi madre no estaría en la ciudad ese día así que decidí salir a caminar.
El aire estaba tan frío que sentía que hasta el alma se me estaba congelando y mientras mas caminaba más hablaba conmigo misma,  me recriminaba el porque diablos después de tanto decirle que no me iría, lo había hecho,  había dejado que el me alejará. ¿dignidad? Pensé en algún momento,  digo,  cuando te gritan en tu cara que no te quieren cerca debe ser suficiente para irse,  o tal vez no pensé en mi dignidad,  porque,  ¿Qué es la dignidad cuando tienes que ayudar a alguien que quieres?,  nada.

Llegue a un parque que estaba completamente mojado,  probablemente había llovido y yo ni siquiera me había dado cuenta.  Me senté en el columpio mirando al cielo en busca de respuestas,  pero solo halle silencios. Repase mentalmente el día en que conocí a ese niño de ojos azules.
Se habían mudado a la casa de los señores Franklin, dos adultos y un niño, recuerdo que los había visto por mi ventana.
Mi madre dijo después de un par de días,  que sería bueno llevarles una muestra de amabilidad,  así que preparamos juntas galletas a pesar de los comentarios de mi padre que se empeñaba en decir que eso era una estupidez,  después de llevarme unas cuantas quemaduras,  logramos hacer unas cuantas galletas de chispas de chocolate,  arándanos y avena,  pues según mi madre era bueno que tuvieran opciones por si no les gustaba algo.

Al llegar a la puerta mi madre toco el timbre y una hermosa mujer de ojos azules y piel blanca se mostró y detrás de ella un niño que se veía de mi edad en ese momento.
hola, vinimos a darles la bienvenida,  mi nombre es Elizabeth LeNoir y ella es mi pequeña Aubrey la mujer tomo la mano que mi madre le extendió y luego con una sonrisa cariñosa me extendió la mano a mi para decir.
Mi  nombre es Mary Ann Rydel y este pequeño es mi hijo Charlie — yo lo mire sin miedo pero el agachó  la mirada ella sonrió ante mi curiosidad —¿quieren pasar?,  ya desempacamos las tazas así que puedo ofrecerles un café o un jugo — mi madre asintió y esa fue la primera vez que entre a lo que sería la mansión Rydel.
Después que nuestras madres empezarán a tomar café, Charlie y yo salimos a su patio y el hablo por primera vez — ¿te gusta jugar a los carritos? — me miró expectante con esos ojos tan extrañamente hipnotizantes.
si, si me gusta mentí pero sabía que era necesario,  después de ese día nos volvimos inseparables, al igual que nuestras madres.

Entonces llego la tragedia,  la señora Rydel tubo un accidente al caer de las escaleras y al estar en el hospital se dieron cuenta de que tenía un extraño tumor en el cerebro que estaba en una zona inoperable. Ella murió cuando Charlie tenía 7 años y una parte de su padre murió con ella dejando al pequeño completamente solo.
Me aferre a él poco después, éramos el y yo contra el mundo, la pequeña Aubrey de 7 años sabía que tenía que estar ahí para el, aunque no entendiera mucho de lo que estaba pasando, había tratado de estar ahí, aun en sus intermitentes apariciones en mi vida.
Pero tal vez ahora era solo ese sentimiento de aferrarme a lo que estaba perdiendo... “guarda un parecido al comportamiento de los niños pequeños como  cuando por el hecho de quitarle un juguete quiere tenerlo y se da cuenta de lo que eso significa, perder y retroceder se escriben en la misma línea...” Esa canción tenia tanta razón. “Aprecia lo que tienes” maldición, ¿es que acaso la había cagado tanto que ni siquiera toda nuestra trayectoria fue suficiente para tapar el error de dejarlo de lado? , ¿es que ahora era uno de esos fantasmas de los que el buscaba huir?, tal vez.

Me comencé a balancear en el columpio y me frene cuando el aire helado se hizo más fuerte y mi sudadera no fue suficiente.
Baje del columpio y sentí como si mi cuerpo quisiera seguir en movimiento,  estaba muy mareada y tuve que esperar un rato para  estabilizar mi mente. Me dirigí a mi casa con la firme determinación de dejar a Charlie en paz y cumplir con su deseo de alejarme de el,  aunque no lo entendiera,  si el no me quería cerca después de todo lo que habíamos pasado,  que mas daba,  lo dejaría ir por su rumbo sin intervenir de ninguna manera, me convertiría en parte de su pasado y seguiría mi camino a la universidad de la ciudad, esperando que fuera la dirección correcta.
Aún cuando mi rostro dejaba en claro que dolía, porque duele ver como se marchitan las esperanzas, como todo desaparece y como el futuro que parecía prometedor se ve envuelto en una bruma de desesperanza.
Cada paso me pesaba más que el anterior, me sentía culpable, jodida y añoran te de que esto fuera solo un mal sueño, que no me había vuelto una peste o que simplemente Charlie estuviese fuera de mi casa con un gesto arrepentido y que me pediría ir con el... ¿Lo haría?
Ahora no lo sé, pero no hacia falta gastarme los cesos en eso, mi casa lucia igual de vacía que cuando me fui.

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Buenos días,  tardes o noches,  espero que si han llegado a este punto,  la historia les este gustando y si no es así les invito a darle una oportunidad para enamorar los o al menos entretenerlos.

Sin mas por el momento...

Jessy 🌺

Los Infortunios Del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora