Narrador omnisciente
A pesar de los intentos de Aubrey por huir de las tías y primas de Charlie, incluyendo lo a el mismo.
La hora de la cena llego y todos tomaron su lugar, el padre de Charlie al ser el mayor iba al centro de la mesa, a su izquierda iba su madre y a su derecha su primogénito, esa era la formación, después seguía el segundo hijo con su pareja frente a él o ella y los hijos correspondientes, explicó esto dejando claro que se hayaba entre su madre y la mujer de esplendorosa redondez, de nombre Portia y frente a Charlie.
—Familia, tengo un anuncio que hacer —comenzó Jack poniéndose de pie y pidiendo a su madre que hiciera lo mismo — Elizabeth y yo nos vamos a casar — ella tenía un sonrojo hermoso acompañado de una sonrisa que había valido todo lo malo de ese día, que contrario a lo que imaginaba, había salido muy bien. Charlie le miraba con ese gesto inquisidor que había usado cuando les dijeron que estaban saliendo, buscaba en su rostro rastros de su conocimiento al respecto y Aubrey con toda la malicia que pudo juntar, le dio la libertad a su rostro de demostrarle que lo sabía y no le había dicho nada, fue apenas un segundo pero cuando su tía dijo — Charlie deberías abrazar a tu nueva hermana — sus miradas chocaron con demasiada fuerza, y tanta fue esta ambos la apartaron casi de inmediato, sonrojandose al instante.
El anuncio ya estaba hecho, eso era lo que la mantenía ahí así que ya venía siendo hora de que hiciera su espectacular huida fingiendo que tenía algo mejor que hacer, pero apenas hizo un movimiento, Portia la miro —Oh querida no iras a irte sin comer, ¿o si?. Mi hijo es dueño del catering que nos va a servir y siempre se encarga de dar las mejores comidas en estas celebraciones — Portia sin saberlo, le había negado su derecho a huir, dejándola a merced de la mirada inqiisidora de Charlie.
Un desfile de carritos con platillos cubiertos brillantemente cubiertos entró de pronto trayendo la expectación a la mesa, recordaba con amargura que lo único bueno de haber acompañado a Charlie aquella vez había sido la exquisita comida que le habían ofrecido, pero grande fue su impresión al darse cuenta de que el plato que colocaron frente a ella era una sopa, o por la consistencia podría ser una crema de color verdoso con un olor que a Aubrey le pareció tan nauseabundo que tuvo que obligarse a resistir y esperar que pasara, no debía dar muestras de asco ante la comida y menos si su madre se veia tan contenta ante tal manjar.
—Respira — susurro para si misma, las nauseas empezaban a desaparecer cuando su vista fue atraída por la redonda tía de Charlie atiborrandose de guisantes, si bien no era nada asqueroso, para ella eso había quebrado su fuerza de voluntad y solo pudo decir —con permiso— respirando a cada paso para evitar vomitar el pasillo.
Su madre la justifico diciendo que estaba un poco enferma del estómago, Charlie en cambio sabía que debía ser algo grave pues con todos los inventos que hacía en la cocina, tenía un estómago resistente, así que sin preguntar se levantó de la mesa e ignorando las voces acusatorias y las miradas curiosas, camino a falso paso calmo hasta llegar a la puerta del baño más cercano, escucho por suerte solo el sonido del agua corriente y luego un pequeño golpe.
— Caperucita, ¿estas bien? — estaba notoriamente preocupado, pero no escucho respuesta — Aubrey, se que estas ahí — silencio de nuevo —Aubrey... — el sonido del agua corriendo seguía inundando el baño, inundando literalmente, el agua empezaba a chocar con el suelo hasta que salió por debajo de la puerta impactando a Charlie que tocó con tal brusquedad que todos lo escucharon —¡Aubrey, abre la puerta! — exigió, pero tuvo el mismo resultado, el nerviosismo se adueñó de su juicio y con un fuerte impulso golpeó la puerta con el hombro abriéndole a la fuerza.
Ahí estaba ella, en el piso del baño, nadando en un pequeño charco de sangre — ¡Aubrey! — se acercó a ella tan rápido como pudo y la tomó en sus brazos, aun respiraba, tenía una herida en la frente que sangraba cual río caudaloso.
En una casa donde la mayoría eran doctores, fue rápido encontrar ayuda—Charles, ya la revise, debemos llevarla al hospital, el golpe que se dio requiere sutura y debemos descartar una posible contusión — su padre usaba ese tono mecánico y frío que solía usar en su trabajo.
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Los Infortunios Del Amor
RomanceLo siento por lo que no dije... lamento todo lo que hice. Necesito marcharme, porque se que tu profecía jamás llegará a mis pies, me canse de esperar y quizás sea mi infortunio caminar en la dirección incorrecta, cuando me aconsejaste seguir mis in...