26. BLANCA PALOMA

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Aubrey

—No creo que sea tan malo, lo peor que puede hacer es mandarme al demonio — dije suspirando, ver a mi padre en mi estado era algo que hacía que me dieran ganas de huir, pero debía afrontarlo, en algún momento el debía saberlo y que mejor que ahora. El despacho en el que mi padre trabajaba era un buen sitio para trabajar, de amplios ventanales y mucha luz, por desgracia, casi me vomito al salir del elevador, después de respirar con calma y atribuirlo a los nervios, empecé mi cruzada, una chica que estaba en el lugar de la recepcionista, y no le llamo recepcionista porque se veía que tenía unos 15 años, me veía como si fuera la cosa más rara del mundo y debo admitir que sentí unas bestiales ganas de gritarle en la cara "¿se te perdió una igual?" lo se no es la mejor forma de tratar a una chica que ni siquiera a hablado, pero ciertamente estaba harta de lidear con esas miradas, por suerte su actitud cambió y al pasar frente a ella me hablo —¿tu eres Aubrey LeNoir? — estaba segura de no haberla visto antes — si, ¿porque? — dije algo cortante — ah...Emm yo soy Emma apenas había ingresado al club de debate cuando te nombraron líder, se que no me recuerdas porque en realidad casi no asistía, pero todos te admiraban mucho — me sentí halagada y culpable a la vez — ah, gracias, yo siento haber sido grosera es solo que la gente suele verme mal y... Bueno lo siento — ella me sonrió con sinceridad —no te preocupes, mi hermana estaba igual que tu solo que ella dio a luz hace un par de semanas, creo que la conoces — lo dudaba, pero la curiosidad me exigía saber quien era — ah si, ¿quien es tu hermana? — ella sonrió — se llama Leah, fue la reina del baile o al menos iba a serlo antes de que casi lincharan al DJ — agregó con una sonrisa, aunque ciertamente solo replique el acto por cortesía pero lo que había dicho me había golpeado de formas que eran difíciles de describir — si, bueno ella era alguien agradable, en fin, debo irme, fue un gusto conversar contigo — ella sonrió de nuevo, parecía feliz de verme.
En cambio yo fui al baño y deje que las piezas se acomodaran en su lugar, Leah tenía un bebé... Creo que a eso se refería Ethan cuando dijo que esto iba más haya de él y de Leah, ahora todo tenía sentido, o al menos más sentido del que tenía en el momento en el que las cosas pasaron, no me mal entiendan, no duele, solo es sorpresivo, algo que no esperaba saber y que realmente no me interesaba saber, si lo hubiera sabido antes tal vez no me habría dolido tanto o incluso me hubiera dolido más, no lo sé, la noche de la graduación Ethan estaba tratando de hablar conmigo y Charlie lo evito, ambos nos quedamos conversando y después las cosas pasaron, tal vez si hubiera ido con Ethan no estaría embarazada en este momento... Pero el hubiera es un tiempo imaginario y no valía la pena seguir perdiendo mi tiempo en el, al menos no en ese momento.
Así que me tranquilice y seguí mi camino,  tenía que ser valiente y portarme con madurez. Toque un par de veces la puerta con el nombre "Malcolm LeNoir" en elegantes letras doradas  en ella y al instante  la voz de mi padre inundó por unos segundos el lugar — pasé — era el momento... Respire, y me dije a mi misma que las cosas no podían salir tan mal.

Abrí la puerta y mi padre estaba inmerso leyendo unos papeles en el escritorio ni siquiera alzó la vista así que tuve que hablar para que notará mi presencia — padre... — el reacciono al instante y al alzar la vista su cara de sorpresa fue excesivamente cómica, sonreí un poco, tratando de ocultar una carcajada.

No hablaba solo miraba mi vientre, parpadeando perplejo, después de unos segundos incómodos, retomo su postura — Aubrey, tu... Bueno, ¿cuanto tiempo tienes? — dijo tratando de verse estoico, pero fallo brutalmente — casi ocho meses —  el abrió la boca como si tratara de decir algo pero no supiera que —  vaya, ¿que será? — me acerque un poco, me sentía como un niña pequeña — serán un niño y una niña — el salio de su asiento —  no... No se que decir, realmente no lo esperaba Aubrey, ¿que dice el padre? — sentí un dolor en el pecho — es complicado — el se acercó y con una mirada compasiva  — entiendo— siendo les sincera no esperaba ese comportamiento del hombre con corazón de cubito de hielo al que llamaba padre — es una larga historia, pero no es por eso por lo que venía — me miraba atento — ¿esta todo bien? — no sabia como empezar — emm, yo la verdad venia a pedirte dinero y créeme, esto es más difícil para mi de lo que te imaginas, pero me queden sin opciones — el se recargo en el escritorio y miro el piso —¿porque te quedaste sin opciones?, ¿que paso con tu madre? — baje la mirada, me sentía muy mal — ella, ella se avergüenza de mi, tiene una vida perfecta en la que no hay lugar para mi —  mi padre observaba con calma — supongo que después todo, no se ha podido alejar de la crianza de su madre — no entendía — hay cosas que no sabes de tu madre y creo que llego la hora de que alguien te las diga —.

Los Infortunios Del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora