22. PRIMERA VISTA

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Había pasado bastante desde que salí del hospital, tal vez un mes o dos, pero el tiempo se había vuelto extraño, ya no sabía mucho de nadie... Por alguna razón me había encerrado en mi misma, ya no quería ni siquiera salir de mi habitación, solo salía para ir a clases, pero cada vez se me hacía más difícil mantener la concentración, los nervios en las noches no me dejaban dormir y el tamaño de mi vientre me estaba quebrando la espalda, y me preocupaba que fuera un tumor en vez de un bebé, me veía tan desmejorada que todos pensaban que estaba muy enferma. Más de una vez acabe en la enfermería después de caerme, pues al parecer no solo me había vuelto una especie de zombie, ahora caminaba como uno.

— Alto — dijo Alex parándose frente a mi — ¿que ocurre contigo? — me freno — nada solo estoy cansada — el alzó una ceja — sabes, puedes mentirte todo lo que quieras, pero se bien que esto es por lo que paso con Charlie y tu lo sabes también — tenía razón pero no podía admitirse lo — no es verdad, estar embarazada pesa, como por dos pero siento que es solo por uno, me duele la espalda, se me hinchan los pies, hay días en los que odio al mundo, mi madre no me habla, no he podido ver a mi amiga en coma, vomito todo lo que como y en estos momentos tengo unas malditas ganas de llorar — solté por fin y suspire, dejando salir el aire que no sabía que estaba conteniendo, empecé a llorar, el me abrazo con familiaridad  y acaricio mi cabeza consolando me — tranquila linda, Tara y yo te apoyaremos, sabes que cuentas con nosotros, todo va a estar bien — sus palabras sonaban tan reconfortantes que casi lo creía.
Después de un rato me soltó y cuando estaba lo suficientemente calmada suspire — gracias — el me sonrió — vamos, te invitaré algo de comer, porque parece que no haz comido en días —.

Después de esa conversación recibí una llamada de mi madre — hija, recuerda que tenemos cita con el médico — sonaba apenada — si, gracias mamá lo había olvidado — escuche una especie de gruñido de aceptación y luego colgó.
—¿Todo bien? —Alex me miraba con expectación — si, había olvidado que tengo cita con el doctor más tarde — no tenía muchos ánimos.
—No me digas que es la gran cita —no tenía idea de que hablaba — por Dios mujer, la cita para ver si es niña o niño — se me había pasado —creo que si —estaba muy distraída — vaya pero no te emociones tanto — sonreí — no me había parado a pensar en eso —el sonrió en respuesta —con el tamaño de tu panza probablemente sean diez — soltó una carcajada que no pude evitar seguir — espero que no, muy a penas y puedo conmigo, ahora imagina diez... y con lo que va a doler — la sola idea me dejo sin aire, pero era una posibilidad por el tamaño de mi vientre.

Pasamos un rato comiendo antes de que Alex fuera a su siguiente clase y prometiera verme a la salida, yo seguí mi curso y me dirigí a mi próxima clase, con el animo renovado y la emoción desbordando me por las mejillas, estaba tan emocionada que casi daba brinquitos. Pero debía contenerme, era una adulta y debía portarme como tal, si claro.

Llame a mi madre apenas las clases terminaron, pero no contesto, no sabía que le había pasado a mi madre, el día que estuve en el hospital se veía muy tranquila, pero después que salí, se veía molesta, como si yo hubiese hecho algo malo y tal vez era así, arruine su cena de compromiso y la avergonce frente a su futura familia, amigos y demás, pero es que todo pasó tan deprisa que ni siquiera entiendo como llegue al hospital, tengo un vago recuerdi del rsoteo de Charlie, sus ojos preocupados y la forma en la que se mordía el labio con desesperación, luego desperté con la noticia de que el doctor era adivino y lo nombró el padre de mi bebé sin que nadie se imaginará que en realidad lo es, cuando salí, ella dejo de llamar y dejo de contestar mis llamadas, se alejo y me sentía mal por eso.

Me presente en el consultorio del doctor y esperaba que mi madre estuviera ahí, pero no fue así, sentí un frío que me recorrió la espalda y una especie de dolor en el pecho, meramente simbólico, me detuvo unos segundos.
—Buenas tardes, tengo cita —la recepcionista apartó la vista del monitor un segundo y amablemente pregunto —¿cuál es su nombre? — conteste al instante —Aubrey LeNoir —tecleo con velocidad y asintió —claro, la doctora ya está en el consultorio esperándola, ¿esperamos a alguien más o le digo que podemos comenzar? — era la forma sutil de preguntar su entraba sola —creo que podemos empezar — me guió por un pasillo hasta llegar al consultorio, donde la doctora me esperaba.
— bien empecemos — la doctora puso una gel fría en mi enorme barriga y antes que comenzará a hablar alguien tocó la puerta — espere, llegamos — solté un suspiro, eran Alex y Tara, después de haber visto a Alex, no pensé que en realidad fuese a ir  — y díganos doc ¿que vamos a tener? — la doctora pasó un aparato por mi barriga y lo primero que escuche fueron un par de palpitares, se oían fuertes, no pude evitar soltar un par de lagrimas —¿es lo que creo que es? — dijo Alex — mellizos — el aire me abandono los pulmones de la emoción y no podía evitar sonreír.
— ¿que serán? — dije sintiendo que no cabía de la alegría — si miran este punto, pueden ver un varón y de este lado... Una niña — sonreí a más no poder — vamos a tener que comprar mucha ropa, unos juguetes rosas y unos azules y muchos patitos de plástico y peluches — Tara se veía tan emocionada que casi parecía ser ella quien los cargaba en el vientre — no te olvides de la comida, hay que alimentarla, porque mirala parece un zombie, que va a ser de esos bebes si su madre es arrastrada por el viento — la doctora sonrió —eso es cierto, estas muy baja de peso y te hace falta descansar, pero a pesar de todo eso, están bastante bien —.
Después de llorar como Magdalena al ver a mis bebes, salimos del sitio con las impresiones del ultrasonido como nuestro tesoro, se les ocurrió llevarme a comer y ahora que sabía que comía por tres, me dejé llevar . En el transcurso me pregunté si debía llamar a mi madre, pero preferí que lo mejor sería ir a verla —¿no quieres que te acompañemos? — la expresión en el rostro de Tara me daba a entender que realmente creía que necesitaría un ejército —solo es mi madre, no es como que me vaya a comer o algo — ambos rieron pero en el fondo sabía que debía ser algo grande si mi madre me ignoraba de ese modo. Nos despedimos bajo la promesa de comer al día siguiente y discutir nombres, porque según ellos los que yo había planeado, eran un asco.

Me sentía como una ladrona que entra a hurtadillas al sitio del crimen, a pesar de haber pasado mi vida entera en esa casa, ahora se sentía tan impropia, tan ajena, que casi me arrepentí de llegar.
—¿mamá estas en casa? — ella salió de algún cuarto y al verme, la ira pareció desaparecer de su rostro, algo estaba pasando — hija, que gusto verte — sonaba falso — si, emm, bueno, hoy me hicieron el ultrasonido — ella miraba con detenimiento un cuadro en el estante, era una foto mía cuando tenía tres años, pero la veía como si fuera el recuerdo más preciado de un ser querido que se ha ido — ¿estas aquí? — pregunté a manera de broma, pero ella en serio no parecía estar en la misma habitación que yo —¿mamá? — pasé una mano enfrente de su rostro y solo así logré que volteara — aj, lo siento, solo estoy un poco distraída ¿todo esta bien? — ahora si me veía pero de forma pesada, como si quisiera que me fuera — madre, estas actuando muy rara, como si no me quisieras cerca ¿que pasa? — suspiro —no es nada solo la presión de la boda, Jack, tu padre y todo eso — realmente esperaba que notará el elefante rosa que salió de sus labios al mencionar a mi padre —¿que tiene que ver el con todo esto? —.

Mi padre no sabía lo de mi embarazo y no sé lo diría, el estaba muy ocupado recorriendo el mundo como para concentrarse en "pequeñeces", mi madre por su parte estaba tan preocupada que después de preguntarle comenzó a caminar como león enjaulado y dijo que el estaba pidiéndole un anillo que ella había lanzado por la ventana hacia mucho y no podía recuperar lo, pero cuando terminó de decirlo, me pidió que la dejara, que no se sentía bien y no me dejó siquiera contarle la gran noticia.

Con un dolor metafórico en el pecho y uno literal en la espalda, llegué al hospital, donde Maddy seguía "durmiendo", quería mantenerla al tanto.

—hola Maddy, hay tantas cosas que te quiero contar —dije caminando por toda la habitación — me esta yendo bien en la escuela aunque está muy cansado caminar con esta panza, conocí un par de chicos que son geniales, Alice tuvo que mudarse con su tío hasta que sane, Charlie desapareció de mi radar, ya sabe que estoy embarazada ah y resulta que no es uno, son dos, voy a tener gemelos, ¿puedes creerlo? — agache la mirada y solté un suspiro, estaba empezando a perder las esperanzas — si, lo creo — esa voz... —Maddy —.

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Ya era tiempo de despertar no lo creen, las cosas se están torciendo, nada está saliendo como lo pensé antes de escribirlo pero me gusta lo que esta resultando...espero a ustedes también.
Siento haber tardado, ya volví al trabajo, termino nuestra cuarentena y termino muy cansada, pero estaré poniendo todo para actualizar, tengan me paciencia.

Jessy🌺

Los Infortunios Del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora