Narrador omnisciente
Ya estaba cansado de todo, de la vida, de la soledad y de ese sentimiento de pesadez que le frustraba las buenas intenciones, Charlie se hallaba tan jodido que ciertamente lo único que parecía endulzarle la vida, era el pensamiento recurrente de huida. Huir era de cobardes, era cierto, pero ya no le veía mucho sentido a quedarse, es decir sus hijos ya tenían una figura paterna que parecía ser perfecta y el en ese momento, era cualquier cosa menos perfecto. Tal vez les haría un bien mayor dejándolos, el problema era el, ¿que futuro podía darles? , ni siquiera sabia que hacer de su vida, como podría llevarlos por el camino de la bondad cuando el se sentía como una porquería.
Decidido, tomo todo lo que tenia y lo metió en una maleta, algo de ropa, unas cuantas fotos de sus hijos y dejo intencionalmente olvidada aquella foto de Aubrey que había tomado en el claro un caluroso día. Ella misma lo había dicho, todos eran mas felices sin el en sus vidas, así que , que mas daba si se iba y trataba de encontrar su propia felicidad, su padre la había encontrado después de muchos años, porque el no podría hacerlo.
Después de entregar la llave de su apartamento, se dirigió al departamento de Maddy, simplemente porque necesitaba que le avisara a Aubrey que se iría por un tiempo, no le diría nada mas, pues conociendo a Maddy querría resolver el asunto ella, y ciertamente no era asunto suyo.
—Vaya, que milagro — dijo Maddy con su habitual sonrisa apenas abrió la puerta — Hola Maddy, solo venia a pedirte un favor — Maddy bajo la mirada hasta dar con la maleta que este llevaba — Claro puedes quedarte, solo que tendrá que ser en el sillón porque es de una habitación, pero esta cómodo no te preocupes, yo me quede dormida ayer y estoy como si nada, mira...— Charlie sonrió antes de negar — Gracias, pero no vengo a quedarme, solo quería pedirte que le avisaras a mi padre que saldré un tiempo de la ciudad y a Aubrey, si no es molestia — la confusión y la duda se estamparon en el rostro de Maddy y no pudo evitar preguntar el porque, incluso le invito a tomar un café para platicar, pero Charlie no tenia planeado pintarse de mártir o de victima de una situación sin villanos.
—Todo esta bien, solo quiero expandir mis horizontes, sabes, conocer mas del mundo y no se tal vez hacer algo de provecho con mi vida, volver a la escuela o algo, no lo se aun, pero se que debo irme — Maddy sabia que iba mas haya, pero no preguntaría algo que a todas luces no le seria respondido.
— De acuerdo, ¿cuando vas a volver? — Charlie sonrió y subió un poco los hombros en un gesto de desconocimiento casi infantil — ¿No planeas volver? — Charlie suspiro cansado — Por el momento solo quiero irme, aun no se a donde, ni por cuanto tiempo, así que no sabría responderte, pero tengo que volver algún día, de eso no hay duda — No hubo mucho mas que decir, así que se despidieron con un abrazo fraternal que mostraba lo mucho que se habían echado de menos y lo mucho que lo harían ahora que el se fuera.
Charlie iba camino a la estación de tren cuando le paso por la mente Mariam, pero decidió no llamarla, sus encuentros después de todo no habían sido algo mas haya de la casualidad, contrario a lo que Mariam le había hecho creer a todos, cuando estuvo en su casa escondido, el le había dejado claro que solo lo hacia porque no tenia a donde ir, aunque lo cierto era que ella le era prescindible. Poco a poco Mariam fue tomando la actitud de una amiga posesiva, pero eso había sido culpa suya, pues había cedido a sus encantos y ella no era del tipo de mujer a la que se puede despreciar fácilmente, menos en su situación. No debería verse a Charlie como la victima de Mariam, pero ella no se lo hacia fácil, eso era seguro, inclusive se había metido en su habitación a mitad de la noche, sin mucha ropa, por no decir que sin ella y al final de cuentas, Charlie no era de piedra, se habían vuelto cercanos, más haya de lo físico, ella le había mostrado algunos de sus temores y Charlie se había vuelto un amigo protector de alguna manera.
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Los Infortunios Del Amor
RomanceLo siento por lo que no dije... lamento todo lo que hice. Necesito marcharme, porque se que tu profecía jamás llegará a mis pies, me canse de esperar y quizás sea mi infortunio caminar en la dirección incorrecta, cuando me aconsejaste seguir mis in...