Capítulo 1

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La rutina de mi vida es tan monótona. El uniforme hacía que sudara partes inalcanzables, tenía que soportar a las personas con mal humor a la hora de tomar su orden . Tenía que tolerar  sus malos gestos hacia mi como si fuera alguien arrogante y despreciable en esta vida.

Se que hoy no es mi día, me siento totalmente estresada ya que hoy tengo que hacer varios pagos y no cuento con el dinero suficiente. Así que haré horas extras en el restaurante lo cual es uno de mis motivos de mi mal genio; sobrellevar  a los clientes.

Desde que me vine a vivir a Nueva York (hace aproximadamente 7 años) mi vida ha sido muy aburrida, no he tenido amigos desde entonces. Soy muy solitaria, vivo en un apartamento cómodo y seguro pero me tengo que estar matándome en el trabajo para poder pagar la renta.

Solo tengo un amigo y una "amiga" no la tomo muy en serio esa amistad ya que ella es muy diferente conmigo, me trata como si fuera una completa estupida. Solo a veces entablo una pequeña conversación para no ser tan grosera, tampoco es que sea hipócrita solo soy amable (eso creo).

En cambio mi mejor amigo Chad es lo que más amo en mi vida, su amistad para mi es muy importante y si algún día me dejará de dirigir la palabra no se que sería de mi.

Extraño tanto México, solía vivir en la frontera. El clima era algo desagradable, su calor era posible de cocer un huevo en un piso de concreto. La comida allá es tan deliciosa y original, sus tradiciones son únicas. El lenguaje en la frontera es diferente al del sur; decimos de otra forma las cosas. Extraño hablar su idioma, solo insulto con en español para evitar que me entiendan ya que tienen muchos insultos que la lengua inglés no tiene.

Parada en una esquina donde podría ver todo el restaurante, podría saber quién solicitaba de mi ayuda.

Clientes llegan en busca de una mesa para acomodarse, así que toman una de las mías.

—Buenas tardes, mi nombre es April, aquí están los menús. Vuelvo en 8 minutos para tomar su orden— trato de sonar lo amable posible pero fracaso terriblemente, se que puse una cara de fastidio y tal vez por ello me miraron extraño

Me encamino a la cocina para tratar de alejarme de esas personas. Este es un restaurante elegante por lo cual hay gente que es tan soberbia con nosotros los empleados.

—¡Hey Camila!— estoy a espaldas de mi "amiga", la llamo por su nombre para que me encare.

—Horas extras eh— me recuerda y empieza a hervirme la sangre.

—Es una mierda todo esto, necesito pagar el departamento, la luz, el gas, el agua. Todo maldita sea— escupo, levantando mis manos al cielo por todo los gastos que tengo. No me alcanza para mi, solo para la renta, sabiendo que es más importante.

—Ultimamente ni me da tiempo de salir— continuo contando mis desgracias. Hago muecas bajando la mirada por la terrible noticia de que ahora no podré salir gracias al estúpido trabajo.

—¿Por qué no vamos a una fiesta hoy?— pregunta tratando de animarme. Pero desgraciadamente hoy termino mi jornada a las 12 de la noche. Sería imposible ir a ese evento, aunque podría llegar tarde.

—Salgo a las 12—le recuerdo que hoy termino tarde. Pongo los ojos en blanco y ella solo ríe coherentemente haciéndome sentir una idiota.

—Puedes llegar tarde—. Entonces sigue convenciéndome:— Es a las 10. Sales de aquí a las 12, te bañas te arreglas. Eso da a las 12:30. Las fiestas no se acaban temprano— planea la rutina, suena como si todo lo tuviera bajo control.

Me gusta la idea de ir a esa fiesta, pero no sé dónde es ni de quién es. Aún así no me importa, yo quiero ir. Necesito distraerme un poco, conocer chicos, bailar, tomar, solo pasarla bien. Pero se que soy indigna, ya he ido a muchas reuniones de ese tipo y en esas siempre me pongo mal. Aún así tengo que ir, me cuidaré, esta vez si lo haré.

Demon| Bill SkarsgårdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora