Capítulo 32

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Todo mi mundo se congela por completo, tenerlo frente a mi hace que miles emociones sienta en mi sistema. Quiero contener las lágrimas, lo he extrañado pero ya había dejado de pensar en el la mayoría del tiempo. Siento como mi corazón quisiera salirse de mi pecho y a la vez estrujarse.

Mis piernas tiemblan cada vez que intento mantenerme firme pero es imposible, se que ahora estoy paralizada y debo de lucir muy ridícula frente a él. No se como reaccionar ahora, que decirle o con qué palabra comenzar una conversación.

—April— susurra y tira el cigarrillo pisándolo.

—Así me pisaste— digo con frialdad.

—No digas eso— levanta la mirada.

—Te desconozco— y la verdad si. Jamás lo había visto matar con esa frialdad, decir esas palabras frente a la victima, tener la capacidad y el coraje para acabar con una vida de en la manera en que la hizo.

—Desde un principio te lo dije— levanta la voz.

—Pero tu seguiste el juego— aprieto la mandíbula.

—¿Juego?— suelta una pequeña risita coherente.

Ahora la rabia irradia por mi sistema ocasionando que apriete mis manos y mandíbula. Lo hago con fuerza que duele pero, no se como desquitar este coraje.
En verdad que es un idiota que quisiera a agarrar a golpes y desquitarme por todo lo que me ha hecho.

—Solo déjame en paz— digo rindiéndome dándole la espalda.

—Eso no es lo que quieres— levanta la voz y me detengo en seco.

En verdad que estoy dudosa de mi misma, no se si quiero que me deje en paz o que vaya detrás de mi y me tome del brazo para que después me gire que hasta el espacio entre nosotros no exista.

—Es lo que quiero, eres peligroso— mi voz quiere quebrarse pero respiro profundamente.

Miro como con esas palabras le di un golpe bajo a Demon. Sus ojos se abrieron por la impresión de lo que dije, como si fuera algo que le afectara. No debería, es un sicario de mierda sin sentimientos.

—¡Es mi trabajo!

—¿¡Y eso qué!?— igualó su tono de voz.

—¿Crees que es lo que quiero?

—Déjalo.

—No puedo— susurra.

—Entonces huye— digo con frialdad.

No dice nada, solo se queda mirando el suelo con las manos en sus bolsillos del pantalón. Espero a que abra la boca pero ya han pasado quince segundos y nada así que giro en dirección al edificio.

Se que en cualquier momento me jalara hacia el para plantar sus labios en los míos y hacer que pierda el control con el.

1...

2...

3...

Y nada...

Subo las escaleras con un escozor en mi pecho, esperaba a que Demon intentara luchar pero al parecer ya está perdiendo el interés poco a poco.

Además, soy una gran idiota por querer que el me detenga mirándome a los ojos y me diga "huye conmigo" pero, es algo estupido. Jamás llegaría a dejar solos a las únicas personas que tengo en mi vida.

Por fin estoy en la puerta del apartamento, saco las llaves y las introduzco en la perilla. Al abrir la misma, un aroma a lasaña atacan mis fosas nasales.

Demon| Bill SkarsgårdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora