Capítulo 35

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Con solo verlo, me recordaba a Demon. Con tenerlo frente a mi siento como mi estomago se revuelve, y la bilis sube a mi garganta.
Tantos recuerdos llegan a mi mente, quiero llorar pero, intento controlarme. Ese escozor en mi pecho quema y arde, esto es una tortura para mi. No se cuánto podré resistir.

Escorpión está frente a mi, mi corazón late muy rápido con solo pensar que viene a arrebatarme a Joshua.

No se que hacer, si darle una patada abajo y salir corriendo lejos de él o sacar mi arma para amenazarlo y sentirme un poco más poderosa en esta situación tan apretada en la que estoy.

—Lo que sea que planees intentar...— trago duro— no resultará— suelta una pequeña carcajada y yo solo me quedo callada, horrorizada por no saber qué hacer.

Se asoma detrás de mi y yo pongo miro por el rabillo de mi ojo a Joshua durmiendo tranquilamente, respirando muy profundo de una manera gana relajada.—No le hagas daño— suplico con lágrimas.

—¿Qué haces con el?— su tono de voz es dura.

—Se quedó sin padres— las palabras duelen al salir de mi boca porque me recuerdan a mi.

—Y ¿eso qué?— bufa y yo abro la boca por no poder creer lo frío que es,—¡No lo iba dejar solo!— levanto la voz pero me callo cuando recuerdo que Joshua esta dormido.

—No te pertenece.

—Ni a ti— gruño.

—No entiendes nada— ríe.

—¿¡Qué no entiendo nada!?— exploto de coraje,—¡Habla la niña que dejaron huérfana hace más de 8 años, simplemente llegaron y un estupido niño llegó a matarlos junto con otros hombres!— las lágrimas queman. —No pude dejarlo porque me recordó a mi— suelto un sollozo.

Siento un poco de alivio por haber dicho eso, aún siento rabia en mi sistema pero, no puedo tener guardado esto tanto tiempo. Me siento de la mierda con todo lo que estoy pasando y agradezco a Dios en que no he intentado suicidarme.

Escorpión parece estar impresionado por la confesión que hice, su cabeza está atrapada en su mente como si estuviera tendiendo un recuerdo.

—¿Quienes fueron?— en su pregunta se filtra miedo y coraje.

Yo levanto la mirada y aprieto la mandíbula—El cartel para el que trabajas— siento decepción de mi por no saber aún quién fue.

Parece como si le hubieran dado un gancho en el hígado. El saber que fue con los hombres con los que trabajo le impresionó mucho, ¡pero es posible que el sepa algo!

—¿¡Sabes algo, quién fue!?— lo tomó de los hombros mirándolo fijamente a los ojos.

Pasan tres segundos y no dice nada. Su silencio me carcome así que lo sacudo con fuerza—¡Contéstame!— suelto un golpe en su pecho, otro y otro hasta que me toma de las muñecas y me mira a los ojos.

—Lo siento April...— me pierdo en sus ojos grises intentando entender lo que salió de su boca—pero yo no lo sé—. Me suelta y se va de mi apartamento dejándome intrigada con un ardor en mi pecho.

Todo se viene encima; Los recuerdos de Demon besándome, diciendo lo mucho que le importaba. Las peleas, los problemas, los desacuerdos etc.

El ver la frialdad en su mirada mientras asesinaba, observar lo cruel que es. Es tan impresionante que ese tipo de persona me haya cautivado poco a poco. Y me duele porque no sucedió nada, no intentamos nada y eso me da coraje. Es un hombre cobarde que decidió huir y dejarme aquí con toda la mierda, ni siquiera me dijo a dónde iría...solo se fue.

Demon| Bill SkarsgårdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora