Capítulo 37

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Adam

Llegue por fin al departamento, una vez ya desahogado un poco. Llame a April para saber si estaba, pero no hay señales de ella ni del bebé en la estancia.

Los dedos de mis pies dan punzadas pero no es algo fuera de lo normal, retiro los zapatos y me recuesto en el sofá intentado descansar y despejar mi mente un rato. Pero es imposible, con solo pensar en Demon, mi hermana, Joshua, mi familia. Son tantas cosas que tengo en la cabeza justo ahora.

Rick, el padrastro de April mando a matar a mis padres. Es difícil de creer, debe de ser otro Rick y otra April. Necesito averiguarlo, tener esa información en mis manos y cobrar venganza de una vez por todas.

Saco el arma de mi espalda que lo sostenía el cinturón. Apuntó hacia el techo con la finalidad de pensar y saber que hacer, tengo que empezar a moverme. Todo por mi hermanita.

Saco mi celular y tecleo el número de April.

1...

2...

3...

Manda a buzón. Lo intento una vez más, pero no contesta.

Estoy empezando a ponerme inquieto, pero no por April sino, por querer seguir investigando. Levanto la punta de mi pie izquierdo una y otra vez.

Necesito salir.

Me pongo mis zapatos  y salgo del departamento en camino a seguir con mi investigación.

Subo al auto y enciendo el motor. Me siento muy inquieto, como si estuviese drogado pero no es así. Me carcome la angustia, no puedo seguir así. Me intriga.

Paso varios semáforos hasta que me aparco frente al Italian's Restaurant, el lugar donde trabaja mi hermana.

No suelto el volante, justo ahora me siento un poco nervioso. Tomo aire y aprieto la misma.

Bajo a toda prisa del auto, cruzo la puerta y trato de parecer calmado, como si todo estuviera normal.

Un mesero pasa a un lado de mi, pero lo toco del hombro y el voltea a verme.

—¿Se le ofrece algo?— pregunta amable y yo respondo sonriente:—Si, de hecho busco a Rick.

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April

No he visto a Demon y es raro. Porque siento un pequeño vacío, pero no le tomaré importancia. No dejaré que me consuma.

Trato de no pensar en el pero es difícil, los recuerdos afectan un poco pero debo olvidarlo, dejarlo atrás y seguir adelante. Planeo tener una gran vida, llena de bendiciones y felicidad como toda una persona normal.

Tengo a Chad, a Rick , Emilio y mi hermano. Con eso es más que suficiente para que me hagan feliz con todo lo que pase hace meses atrás.

—Yo opino el que tiene solo una piedra— dice Chad mientras ve en la vitrina los anillos para la boda.

—No lo sé...me gusta este— apunto con mi dedo al anillo de oro y grueso junto con su par.

Son de boda y les quedará muy bien a Derek y Melissa, sin duda. Chad sonríe y asiente con la cabeza.—Me llevaré esos— avisa al señor que está detrás de la vitrina.

Debo admitir que me siento muy bien con Chad, el me ha ayudado a ir olvidando poco a poco a Demon. Solo le pido al cielo que no piense que lo estoy utilizando o algo si, esperemos y no.

Se que Demon esconde a ese hombre bueno y grandioso, pero no dejó que lo conociera del todo y así no podía seguir, no podía avanzar. Su confianza en mi no era suficiente como para no decirme su nombre o sobre su vida. No niego que en las pocas veces que reflejaba no ser Demon, se ganaba por completo mi corazón.

No podía seguir más, me estaba doliendo y lastimando. Eso no es vida, eso no es lo que quiero.

—Tenemos que disfrutar a este nene al cien— Chad me saca de mis ensimismamientos y yo doy una sonrisa fingida pero el no lo nota.

Le entregan el anillo con su respectiva cajita a Chad y no se molesta en pagarlo.

Las tripas rugen de hambre y Chad se ríe al escucharlas.—Al parecer alguien ya muere de hambre— sonrío un poco apenada y el me da un leve golpe en el hombro.

Apuesto que Joshua también tiene hambre, aunque aún no ha llorado pero ya debe ser su hora de comida.

Llegamos a un pequeño restaurante de comida china aquí en el centro comercial. Chad cuida a Joshua en lo que yo preparo la leche. Mientras tanto, el empieza a jugar con la barbilla del bebé a lo que yo suelto una risita.

—¡Yo se la doy!— Chad dice emocionado al ver que he terminado de preparar la leche, lo miro pícaramente y le doy el biberón.

—Qué hermosa familia— escucho la voz de un hombre mientras yo guardo algunas cosas en la bolsa contesto:—¡Gracias!— levanto la mirada rápidamente con una sonrisa y la quito de golpe al ver quien es.

Escorpión...

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Adam

Siento como el corazón quiere salirse de mi pecho, una gota de sudor pasa por mi frente y yo trato de verme tranquilo. No es miedo lo que siento, sino, coraje.

Tomo una gran inspiración cerrando los ojos cuando escucho una voz masculina ronca llamándome.—¿Adam Stone? Tenía tiempo esperándote— sonríe con malicia.

Entro con incertidumbre, observando la oficina y que no haya nada extraño. La estancia está hecha de madera fina, haciendo que se mire elegante.

—Sabes quien soy— rompo el silencio y lo miro a los ojos.

—¡Claro que si! Eres hermano de mi niña April— se sienta tras su escritorio.

Me da coraje como llamo a April, después de lo que le hizo no tiene derecho a llamarla así. Es un hijo de perra.

—Se lo que estás pensando— alzo una ceja y pregunto irónicamente:—¿Ah si?

—Yo no mate a tu familia— dice serio.—No te creo— digo apretando la mandíbula.

—Nunca le haría eso a April, se quien fue. Pero nunca te lo diría por protección a ustedes y a mi— suelta un suspiro y se levanta de su silla.

—April es como mi hija, cuando la encontré en la calle sola tuve compasión de ella y decidí protegerla como si fuera de mi sangre— se acerca a mi y se recarga en su escritorio.

Es difícil de creerle, en estos tiempos es muy complicado. Y más cuando escuche su nombre en la bodega, como ese hombre le reclamaba por April.

—Tengo que saber quienes mataron a mis padres— cierro el puño con coraje intentado controlarme.

—Tienes que dejarlos ir de una vez por todas— me dice entre dientes mientras me toma de los hombros.

—¡No puedo!— me levanto bruscamente haciendo que retroceda.

—Lo digo por tu bien y el de April— luce temeroso.

—A ti no te arrebataron a tus padres— digo ente dientes mientras los ojos se me llenan de lágrimas.

—No, pero tampoco quiero que me los arrebaten— me mira a los ojos y yo aparto la vista.

—Dime quien es el que mató a mi familia— digo en un tono serio pero abrumador.

—No lo haré— aprieta la mandíbula.

—Tienes que hacerlo— lo miro con coraje.

Me mira a los ojos y dice:—No.

Es todo lo que esperaba para largarme de este lugar, al final de cuentas no conseguí nada más que Lira pérdida de tiempo.

—¿A donde vas?— me toma del antebrazo y yo respondo serio:— A buscar al culpable— me zafo de su agarre y azoto la puerta.













Holaaaa, de verdad lo siento por tardarme tanto. He tenido algunos asuntos que resolver. Pero ya estaré actualizando pronto.

¿Quien creen que sea Bill? Los leo. Besos

Demon| Bill SkarsgårdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora