Capítulo 20

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Siento que algo dentro de mi se ha derrumbado, mi corazón se ha detenido al igual que todo mi mundo. He dejado de sentir mi cuerpo, quiero enterrar las uñas en la palma de mi mano pero ni siquiera tengo fuerzas para hacerlo.

—¡No eres tú!— grito con coraje,— ¡Mi hermano está muerto— grito aún más fuerte.

—¡Soy yo, Adam!— me toma de los hombros y me sacude.

Me quedo quita mirándolo a los ojos aún con lágrimas en los míos. No puedo creer que es mi hermano, me rehuso a creerlo. El esta muerto, mi hermanito esta muerto, esta con Dios, con mi mamá y mi papá.

—¡NO TE CREO!— me zafo de su agarre bruscamente.

—¡CRÉEME APRIL, SOY YO!— me grita desesperado por no creerle.

—¡NO, NO, NO!— golpeó su pecho dejándome caer al suelo,— mi hermano esta muerto— murmuro entre sollozos.—Mi familia está muerta.

—Soy yo pequeña, tu hermano— se agacha y me abraza muy fuerte.

—¿Dónde has estado?— más lágrimas caen.

—Te he estado buscando por todas partes, y al fin te encontré— me abraza muy fuerte como si fuera de su prioridad. El aroma varonil inunda mis fosas nasales haciéndolo placentero.

Su agarre hace que me sienta segura, apoyada, y que ya no sienta más temor. Se que es mi hermano, ahora estoy segura de que es el, se parece tanto a la foto.

Me ayuda a levantarme, quedo de boquiabierta y me acerco a él, nuestro espacio es muy reducido pero es el espacio perfecto para mirarlo a los ojos. Con las palmas de mis manos ahueco sus mejillas, siento como mi semblante se ha puesto caliente listo para dejar ir una vez más las lágrimas.

—Tu solo tenías 11 años y yo 15 años, recuerdo perfectamente lo qué pasó— agacha la mirada mientras sostengo su rostro con mis manos.

—¿Puedes contarme?— me mira con miedo y yo imploro:— ¿Por favor?

—Creo que es mejor que tomes asiento— suena como una advertencia de lágrimas y más lágrimas.

Yo asiento con la cabeza, Adam y yo nos sentamos en el sofá mirándonos uno al otro listos para hablar sobre lo que siempre he querido saber.

Mi corazón late muy fuerte, mis manos sudan y mis piernas tiemblan como si fuera una calavera bailarina. Se que hace algo de frío en la sala pero no es para que me haga moverme de esta manera. Mi piel se eriza por completo cuando un escalofrío pasa por mi espina dorsal.

—Yo estuve presente ahí...— luce muy nervioso—, estábamos empacando las cosas para irnos de día de campo— traga duro.

—¿y..?— alzo las cejas.

—Tu no querías ir, tú solo te querías quedar a jugar con tus muñecas de trapo...—toma mis manos y las aprieta un poco—, de pronto llegaron unos tipos encapuchados y con metralletas en sus manos y luego...— se queda mirando al suelo, está perdido en los recuerdos.

—¿¡Y luego que!?— lo agito de los hombros para que reaccione.

—Había un niño, creo que tenía la misma edad que tú cuando tenías como once— sostiene una vez más mis manos.

—¿Y qué pasó?— susurro con una lagrima apunto de caer de mi ojo izquierdo.

—Ese niño sostenía un arma— en su tono de voz se logra filtra el nudo en la garganta que se le hace—, ese niño mato a nuestros padres April.

Me quedo en shook, el se sale de sus recuerdos y me mira a los ojos algo asustado. Entonces yo susurro:—Bill.

Su semblante cambia y frunce el ceño y pregunta de una manera inquietante:—¿Quién?

Demon| Bill SkarsgårdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora