Capítulo 8

1.9K 99 16
                                    

—¿¡Qué mierda te pasa!? — riño.

El solo parece confuso, pero eso no me detiene. —¡ESTUVE TODO EL MALDITO DIA PREOCUPADA! — grito con lágrimas en mis mejillas.

—Cálmate perra — trata de detenerme la borracha, pero la ignoro.

—¡ERES UN HIJO DE PERRA, Y YO TAMBIEN POR CREER QUE ESTABAS POR ALGUNA PARTE SIN FUERZAS POR TU ACCIDENTE! PERO NO, EL HOMBRECITO ESTABA CLAVADO EN UN BAR

Me estoy desconociendo ahora mismo, nunca me había comportado de esta manera. Tal vez sea todo lo que me he aguantado estos días. No quisiera perder el control como las demás personas que empiezan a destrozar todo lo que se encuentra en su camino.

Inhalo y exhalo lentamente para tranquilizarme. Pero digo entre dientes a la mujer: —Lárgate —. Ella solo me mira con desprecio, pero ni siquiera me importa. Desearía golpearla para que se fuera de una vez por todas, pero sería algo muy violento de mi parte. Entonces decido dejarla ahí parada como estúpida y llevarme a Demon.

—Tu vienes conmigo — digo molesta tomando de su codo. Pero se rehúsa.

—No iré a ningún lado — dice serio mirándome fijamente apretando tan fuerte su mandíbula. Sé que trata de intimidarme, pero no lo lograra.

—Claro que no, por eso vendrás conmigo — lo jalo hacia a mí, rodeando mi cuello hasta mi hombro con su largo brazo. Es pesado y muy alto, esta tarea será algo difícil, pero necesito mantenerlo a salvo. Después de lo que hizo por mí, dar su vida, necesito por lo menos agradecer de esa manera. No está en sus cinco sentidos algo que agradezco al cielo sino no me seguiría.

Estamos a mitad de la escalera y ya me he agitado mucho apenas con 5 escalones, mi respiración se entrecorta que creo que le molesta a Demon, a balbuceado algo que apenas y puedo entender. Yo solo lo ignoro y sigo subiendo.

Una vez ya a punto de abrir la puerta Demon empieza hacer arcadas, trato de alejarlo un poco para que no me vomite, hago un gesto de desagrado cuando sale una gran cantidad de vomito.

—¡Dios, Demon! — exclamo.

Deja caer su gran cuerpo en el umbral de la puerta, me agacho para levantarlo, pero no se queja en lo absoluto. Creo que se ha desmayado, claro con lo tomado que esta no se puede evitar caer asi. Hago un gesto de pereza cuando me doy cuenta que tendré que cargarlo o jalarlo con todas mis fuerzas para llevarlo hasta mi habitación.

Remango un poco las mangas del suéter para que la tarea no sea tan complicada. Lleva puesto un gran saco negro, será fácil arrástralo por el cuello de la prenda. Esto me recuerda cuando desaloje el apartamento de Camila, cuando estaba bajando el colchón, en realidad fue muy ajetreado esa vez.

Jalo del cuello del saco, está a punto de salirse, pero lo detiene sus axilas así que sigo tirando. Cuando por fin logro meter todo su cuerpo a mi apartamento aseguro la puerta y continuo con el pesado de Demon.

Llego a mi habitación y lo recargo en la orilla de la cama, tomo de sus axilas para poderlo subir a la cama. Su rostro lleno de morenotes me causa culpa, me querían atropellar a mí no a él. Corro peligro y el también, el cartel de narcotráfico se enoja por la mas mínima cosa posible y por eso ya te quieren clavar un balazo en la frente.

Al fin lo acuesto en la cama, sus brazos caen como si no tuviera fuerzas (bueno esta inconsciente es obvio que no se puede mover). Retiro con cuidado su saco y sus zapatos de vestir. Remango su playera para revisar la venda, no se logra ver por completo su abdomen ya que lo cubre la banda blanca. Acomodo la prenda y me dirijo hacia mi pequeño armario de madera, saco una cobija y con esa cubro a Demon, saco otra para mí y tomo una almohada para dormir en la sala.

Demon| Bill SkarsgårdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora