Capítulo 23

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—¡Quédate ahí April!— grita Demon muy molesto apretando su mandíbula y puños. Mira muy fijamente a Escorpión como intenta levantarse, en cambio el idiota se ríe y percato cómo aprieta aún más Demon.

—¡MALDITA SEA DEMON!, SOLO QUIERO SALVARTE!— exclama tratando de aclarar las cosas.

—¡¿SALVARME DE QUE? SI YA ESTOY JODIDO!— se acerca a Escorpión.

Este se toca la herida que ha provocado Demon, su pómulo está sangrando pero a él no le parece importarle.
Ahora mismo lo que siento es miedo, no se lo que vaya a pasar, no se en que acuerdo lleguen, no se que me vayan hacer. Solo estoy asustada de que alguien salga muerto de aquí.

—¡OH VAMOS DEMON!— reclama. Gira sobre su propio eje levantando la voz y dice:—¡No todo está perdido! Aún no es tarde, déjala ya. No te traerá nada bueno a ella ni a ti— trata de convencer a Demon de, ¿dejarme?

El miedo crece pero ahora es porque no se que decisión vaya a tomar Demon. No me debería de preocupar porque el me abandonara, al contrario, debo de estar aliviada, más tranquila. Pero no, aquí estoy temblando, muy asustada porque lo que siento por el está creciendo de una forma increíble y no se que pensar, no se que hacer. Una parte de mi quiere largarse lejos de él y otra quiere estar lo más cerca posible.

Demon me mira a mi y después a él, decidiendo en su cabeza con quien irse. Yo lo miro preocupada, temerosa de lo que vaya a escoger. Quiero que se vaya pero también quiero estar con el, quiero sus labios, su piel en mi piel.

—Demon— pronuncio nombre al ver que está demorando en escoger.

—Demon, ¡tienes que escoger ahora!— lo presiona Escorpión.

—¡Maldita sea Escorpión! ¿Quieres callarte!— suena estresado, agacha su mirada temeroso.

—No puedes protegerla a tu manera todo el tiempo, la única forma es dejándola ir. Desaparecerte de su vida, así el jefe no sabrá de ella y no le hará daño— intenta convencerlo una vez más.

—Demon— pronuncio una vez más su nombre temerosa.

—Lo siento April— dice con la mirada baja.

—¿Qué?— siento como un balde de agua helada cae sobre mi al recibir esa respuesta de Demon.

—Escorpión, sujétala— ordena y siento como unos grandes brazos me abrazan.

Siento como la decepción fluye por mi ser, las lágrimas comienzan a caer sin cesar, sin poder pararlas. Intento zafarme mientras repito una y otra vez su nombre, el se acerca a mi algo tenso. En su semblante logró ver tristeza, obligado a dejarme, a abandonarme.

—¡Demon no!— grito al ver que saca un trapo de su saco negro y una botella con un líquido en ella. Lo humedece y comienza a acercarse a mi.

—¡DEMON NO, POR FAVOR!— percato que sus ojos se ponen cristalinos, se que el le duele, se que el no quiere dejarme. Se que me quiere, lo sé.

El trapo está a unos centímetros de mi nariz, no puedo evitar oler así que grito como de despedida porque comienzo a sentirme débil, a tener mucho sueño:—¡NO!— intento zafarme, así que grito:—¡TE AMO!— huelo y la oscuridad aparece en mi campo de visión.

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—Es hora se levantarse— una voz masculina familiar hace que abra los ojos lentamente.
Me levanto tratando de reconocer la estancia, miro hacia el techo y los lados, aún costado está mi hermano Adam en mi habitación.

—¿Qué pasó?— pregunto con la voz ronca y  entrecerrando los ojos al entrar la luz por mi habitación llegando directo a mi ojos.

—Dímelo tu— bromea riendo.

Demon| Bill SkarsgårdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora