"Tú decías que no puedes vivir sin mí, entonces ¿Por qué no has muerto todavía? ¿Por qué sigues respirando?"
-Dead, song.
CAPÍTULO 1:
8:30 p.m.
Costas en invierno.
Zen's Pov:
¿Quién o qué es el Diablo?
Las personas usualmente le temen, otros arriesgados, no.
La Biblia lo describe cómo un ser cuya única meta es hundir al mundo en el pecado y la maldad. Algunos hombres dicen que el Diablo vive en cada uno de nosotros, en nuestras malas acciones o malas actitudes. Otros aseguran que lo han visto en cualquier circunstancia de su vida, describen a un individuo aterrador, sin alma y astuto en exceso. Pero se equivocan.
Mi respiración no podía ser controlada, menos mis ganas de sobrevivir.
Corrí, corrí como pude, como los músculos de mis piernas me lo permitieron.
Sentí gotas de agua sobre la punta de mi nariz, y enseguida miles de ellas chocaron contra mi cuerpo, pero mi mente solo se concentraba en una cosa: escapar.
Demasiadas teorías, demasiados manuscritos que delatan al maldito, demasiadas versiones y ninguna de ellas es verdadera. Todo el papel y la excitación de los autores, todo falla.
Él me pisaba los talones, era como un maldito espejismo, siempre estaba allí, buscándome, torturándome por lo que mi mente sabía.
Hay personas que tachan al Diablo cómo un ángel caído, un ángel que se reveló a seguir órdenes y cómo castigo lo enviaron a pagar la peor de las condenas, quien sabe si su condena está aquí, en la Tierra, y la Tierra sea el infierno, un infierno acomodado sólo para él. Sin embargo, irónicamente, otros dicen que el amor lo llevó hasta la inmundicia en la que divaga.
El muelle se encontraba tan solitario ésta noche, algunas luces de los barcos aparcados fallaban, y la única luz que alumbraba vagamente mis pasos era la del faro de la costa de enfrente. Nadie acudía a mi ayuda, solo la lluvia y el cielo tronando, como si estuviese cayéndose a pedazos.
He llegado al punto en el cual mis piernas ya no responden, solo corren por sí solas; por instinto, siento cómo mi corazón palpita hasta que amenaza con salirse de mi pecho.
Tengo tanto miedo.
Miedo por mí, por Tyson.
Le tengo miedo a él. A la criatura quien me da persecución.
Pero él no para. Hay veces en que ya no me persigue, momentos en que me siento aliviado... pero son solo eso... momentos, porque al final, quiere destruirme, como a todo y a todos.
Acabo resbalándome en la madera, a mi lado las olas del bravo mar colisionan de lleno con el leño del muelle. Regreso mi vista, temiendo encontrarme con sus ojos repletos de ansias, pero no está. Él no está.
Aprovecho la ventaja para ponerme de pies en un segundo y seguir a paso rápido por el desolado lugar.
Sin embargo, soy derrumbado nuevamente y mi cuerpo choca duramente con las tablas húmedas; la carencia de luz no me permite identificar quién o qué fue lo que fue lo que provocó mi caída.
Ya no puedo huir más.
Aunque yo tengo mi propia descripción para el tan temido Diablo. Él no es cómo lo pintan todos, él trae la maldad y el pecado consigo, la muerte lo aclama y lo añora. La muerte sufre por qué no puede arrebatarle la vida al posiblemente, último de los Demonios sobre la Tierra. El Diablo tiene la mente tan destruida que ya no es consciente de lo que es capaz o no de hacer, así que... de todos modos lo hace.
Escucho su risa, y el faro alumbra momentáneamente su silueta en la oscuridad, se encuentra frente a mí, mirándome desde la altura mientras se da el gusto de exhalar el humo de su cigarro en mano. No puedo divisar su rostro con claridad ya que trae puesto una capucha muy extensa.
Mi rostro, al igual que mi vestimenta está empapado.
-no hay salida- sentencia divertido, su voz es mucho más áspera y ronca que antes.
Lo único que se escapa de mis adentros es un suspiro como respuesta, ya que mis dientes chocan debido al frío y al miedo, en cambio, él ni se inmuta con respecto al clima.
Toma entre su mano derecha mi cuello y estampa mi cuerpo contra la pared de una vieja tienda de anzuelos con tal fuerza que mi columna se estruja y parece romperse.
Al fin él se deshace de su capucha y deja expuesto su... ¿rostro? De seguro la carencia de luz hace que alucine.
Permanezco hipnotizado en sus profundos ojos llenos de odio, cubiertos con tinta en los alrededores tal cual los de una calavera, éstos se acercan a mí y solo puedo sentir un dolor agudo en mi pecho proveniente del frío metal que atraviesa mis costillas junto a mi corazón y todo se torna borroso... y él, era mi "amigo"
Deja que mí herido cuerpo caiga en el frío suelo y lo último que me permite observar es su rostro anterior: humano, intacto de nuevo, al mismo tiempo que se le escapa una sonrisa mientras a mí se me escapa la última respiración en éste mundo.
Se coloca su capucha de nuevo, dirigiendo sus pasos lejos de mi cuerpo desahuciado.
El Diablo. Puedo decir que lo vi una vez más para jamás volver a abrir mis ojos.
Primeramente: ésta historia no es ninguna satanización ni nada de eso.
Segundo: no pretendo ofender a ninguna religión con éste relato, si no tienes una mente abierta y criterio formado cómo para leer lo que viene. Yo mismo te invito a que abandones la historia.
Tercero: la historia es totalmente mi propiedad y puedo escribirla como a mi me plazca.
Cuarto: el personaje principal carece de cordura en variadas ocasiones, dado a que he decidido darle una personalidad diferente a lo que he leído, así que puede llegar a ser impredecible.
Y por último pero no menos importante: me gustaría que lloren mucho y amen cada escena cómo lo hago yo. No quiero influenciar a ninguna acción de las que muestro aquí dado que, ésta historia representa a mi lado más desestabilizado y no está demás decir que amo a cada personaje cómo si fuese mi hijo tanto en la primera cómo en la segunda parte.
Recuerden: Sólo es una historia. La puse para mayores de 18, pero cómo sé que sus padres ni de broma vigilarán lo que hacen en wattpad pues es bajo su propio criterio.
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EL DIABLO II
RomanceTengo los demonios que buscas. Malo por nacimiento, cabrón por elección.