CAPÍTULO 6:
"Bed Stuy 2:32 a.m."
Calipso. Burdel
El Diablo.
Chloé no rechazó mi oferta, estoy seguro de que esa mujer no rechazaría nada que provenga de mí.
Observo inquieto la manera en que Chloé saca a la chica del escenario y la lleva por un oscuro pasillo.
Luego de algunos minutos, la trae hasta mí, la morena tan sólo tiene un vestido sucio cubriendo su cuerpo. Me encargaré de darle ropa y demás en el Wabes.
Si me ha atraído a mí de ésta manera, imaginen lo que hará con los clientes.
Chloé forcejea con ella un par de veces, pero al fin llegan al lugar donde me encuentro.
Me pongo de pies.
Mis 5 hombres abren paso y puedo verla frente a frente, su cuerpo es malditamente perfecto, lo primero que pienso en cuanto la veo es en follarla como yo quiera, su piel bronceada emana un suave olor a vainilla. No me fijo demasiado en sus detalles.
Admitámoslo, no soy un romántico empedernido.
Pero si hay algo que no puedo pasar por desapercibido son sus ojos azules, los cuales me observan sinuosos de pies a cabeza. El lugar es oscuro y no puedo divisar muy bien más cosas de mi nueva adquisición.
-Ella es Kalipso, es un placer hacer negocios contigo- informa Chloé.
-Kalipso- pronuncio mirándola. Ella, pone los ojos en blanco.
Admito que no me esperaba tanta coincidencia, encontré justo a quien buscaba.
Kalipso
-dos pájaros de un tiro, señor- murmura Michael en mi oído.
Sonrío con agrado – tienes toda la puta razón, perro.
Chasqueo los dedos y Gabriel, trae un maletín, el cual es entregado a Michael, él lo abre dejando ver 100 mil dólares en efectivo, a lo que los ojos de Chloé brillan codiciosos.
Nunca he pagado tanto por una mujer, de hecho, nunca he pagado. Todas vienen a mí.
-tu pago- el dinero es puesto en manos de la dueña del lugar –entrégamela- exijo.
-no, Chloé por favor- ruega Kalipso, sosteniendo el brazo de la gorda.
-suéltame Kalipso, no pretendas que tenga piedad de ti después de los problemas que me has dado-
-no te daré más, por favor- sigue suplicando. Me limito a observarla, tal vez parezca un acosador en este momento, pero es lo que menos me importa. Es dulce desde éste ángulo, me empalaga sólo verla y me siento un imbécil, su jodido cabello hace que parezca un chocolate, de los más finos. Un bombón.
Uno de los hombres de Chloé me ofrece una copa de lo que parece ser whisky y no dudo en beberlo.
-¡vete con él!- Chloé amenaza en golpear a Kalipso.
Peculiar apodo.
-Si la tocas, llevo tú asqueroso burdel a la quiebra - intervengo serio.
-pero...- balbucea Chloé.
-lárgate- espeto nuevamente, devolviendo la copa de vidrio a quien me la entregó.
Chloé no se mueve del lugar, es más, hasta parece que le he dado un golpe yo, porque permanece en estado de shock.
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EL DIABLO II
RomanceTengo los demonios que buscas. Malo por nacimiento, cabrón por elección.