23: « ¿Acaso no tienen vergüenza? »

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23: « ¿Acaso no tienen vergüenza?»

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23: « ¿Acaso no tienen vergüenza?»

Me reí al ver a Jasper bostezar en los brazos de su madre, ambos se veían adorables. Creo que había repetido la palabra a adorable muchas veces, pero no importaba, los describía de la forma más perfecta.

—Me gustan las fotos —dijo mi novia, al ver los retratos en la repisa de la sala—. ¿No son bonitas? De verdad ese fotógrafo hace magia.

—Esa es mi preferida —señale la fotografía de los tres—. Lo tengo también el celular, y en Instagram.

Cuatro días después que de salir del hospital, hicimos la sesión fotográfica de nuestra pequeña familia. Pero la verdad no había ninguna magia, es que nosotros somos muy guapos, ¡y nadie lo puede negar! Tenemos buen gen, seguro Jasper tendrá toda la atención de la población femenina de Berea, ¡ya me lo imagino! Mi hijo será un rompe corazones, solo espero se salte los pasos de acostarse con cualquier persona.

—¿En qué piensas?

—En que Jasper tiene buenos genes.

—Lo sé, salve la descendencia de tu familia.

Gire lentamente mi cabeza hacia mi novia quien se había comenzado a reír, no dude en pellizcarle su brazo, eso no la detuvo y se siguió burlando.

—Te odio —le saque la lengua.

—No es verdad, me amas.

¡¿Cuándo habíamos intercambiado los papeles?! Se supone que yo era él que molestaba, pero ahora ella estaba siendo la payasa. ¿Será su nueva etapa? Tal vez, pero es cuestión de esperar para volverla loca otra vez.

—Nos vemos, los amo mucho.

—Nosotros también te amamos.

Bese sus dulces labios de mi novia y deje un pequeño besito en la frente de Jasper. Tenía clases en treinta minutos y yo seguía en casa, a este paso el maestro me va a cerrar la puerta, y yo estaré rogándole que me deje entrar... como la otra vez.

Conduje hacia la universidad con cero tranquilidad, me baje corriendo del auto e ingrese al salón cuando el maestro estaba con la mano en la puerta. No dude persignarme y tomar asiento junto a Drystan quien se estaba burlando de mí.

—Vete al carajo... —le enseñe el dedo del medio.

—¿Algo que quiera compartir con la clase, señor Bieber?

¡Ay, caramba! Piensa, Justin, piensa... ¡Oh, ya sé!

—¡Sí! Ya soy padre.

Los aplausos de mis compañeros no tardaron en escucharse, ser el popular y agradable de la universidad tenía sus beneficios.

—Felicidades, y ahora: ¡presten atención!

Asentí y sonreí como buen alumno, igual cuando se giró, volví a mostrarle el dedo del medio a mi amigo porque seguía riéndose como una foca retrasada en mute.

Proyecto Bebé: Fuera de ControlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora