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31: « ¡Jasper! »
En el centro comercial había tantas cosas. Mientras Ky se iba a comprar cosas para el bebé, Jasper y yo nos íbamos a ver las videoconsolas para llevar a la casa. Tal vez ahora mismo no entienda para que sirve exactamente, pero cuando crezca sí. Solo espero no se convierta en un vicioso o entonces tendré el placer de quemar o aplastar la consola, y subiré el vídeo a internet.
—¿Y qué precio tiene este? —pregunte mientras veía una consola de color negro—. ¿Qué te parece, Jasper? ¿Te gusta? A mí sí, quedaría perfecto en la sala.
Mi hijo simplemente siguió chupando su pulgar, me incline a quitarle el de dedo de la boca, pero hizo la misma acción nuevamente. Ya estaba por cumplir dos años, debía quitarse esa manía o de grande sus dientes serían más difíciles de arreglar. Aunque intente regañarle con la mirada, simplemente giro su cabeza, ignorándome para ver una televisión que pasaba dibujos animados.
Volví a girar mi cabeza hacia la consola, mientras la vendedora me hablaba sobre el precio y características. Golpee mi mentón con un dedo y lo pensé bien... ¡Me lo llevo! Una vez que le di mi respuesta, me guío hacia la cajera.
—¿Te gusta, Jasper? —le pregunte, mientras sacaba mi tarjeta—. Vamos a divertirnos jugando, te enseñare a jugar Crash.
Pero no escuche una respuesta, supongo que debe seguir distrayéndose con los objetos.
—¿A quién le habla, señor? —pregunto la cajera.
—A mí hijo. Saluda, Jasper.
—Señor, ahí no hay nadie...
Simplemente me reí, Jasper era tan pequeño que seguro ni lo veía. Baje una mano para tomar la de Jasper y alzarlo pero no encontré nada... solo vacío. ¡Madre mía! Gire mi cabeza de inmediato a mi lado izquierdo, pero no había nada, ¡no estaba Jasper!
—¡Jasper! —lo llame, y lo busque por el otro lado del mostrador, pensando que estaba jugando a las escondidas, pero no estaba—. ¡Jasper! ¡Jasper!
Mire alrededor de mí, buscando una pequeña cabeza con un gorro de panda, pero no encontraba nada. ¡Me iba a dar un infarto! Dios, ¡no puedo creer que esto esté pasando! Sentía tanta desesperación.
—Señor, necesitamos una descripción del niño para que la seguridad lo busque.
—Ah-h —no podía ni pensar, acabo de perder a Jasper—. ¡Oh Dios, tengo que buscarlo!
—Pero señor...
—¡Tiene un gorro de panda encima, ah, una, una chaqueta negra y lleva unos pantalones oscuros!
Y salí corriendo a buscarlo por la tienda. Empecé a búscalo por el lado izquierdo del lugar... ¡la televisión! Corrí hacia donde habíamos estado, es ahí donde lo había perdido, ¡Así que debía estar ahí! ¡Por favor, Dios! Pero cuando llegue, no había nadie, ¡mi hijo no estaba ahí!
