43: « ...Pronto nos abandonara »

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43: « ...Pronto nos abandonara »

2 años y 3 meses después.

Seguí moviéndome contra las caderas de mi esposa, embistiéndola con fuerza como ella me lo había pedido. Sentí sus uñas clavarse en mi espalda, mientras intentaba no soltar un gemido alto. Bese su cuello con delicadeza, y tome una de sus piernas para apretarlas alrededor de mi cadera, ¡eso se sentía tan jodidamente bien!

—Oh, nena, nena... joder.

Gemí en su oído, y volví a moverme, haciendo que la cama chocara un poco contra la pared. Minutos después, tuve que cubrir la boca de mi mujer con mi mano para que no gritara cuando llego al orgasmo. Me seguí moviendo y ahogue mi rostro en su cuello hasta que solté un último gemido de placer al llegar al mismísimo paraíso.

—La puerta está cerrada —escuchamos la voz de Jasper, haciendo que nos pusiéramos alertas—. ¡Papi, mami, abran la puerta!

Tanto Kyrae como yo saltamos de la cama para vestirnos antes que Jasper gritara por su ventana que los habíamos abandonado... ¡no otra vez! Sí, lo hizo una vez: y la policía vino a preguntar por ello ya que una vecina se preocupó cuando lo escucho. Fue incomodo explicarle al oficial que Ky y yo estábamos teniendo nuestro momento privado.

—¡James! No nos abren, iré a grit...

—¡Ya abrimos! —salí arreglándome la remera.

—Papi, tenemos hambre, y llegaré tarde a mi entrenamiento.

Mire el reloj de la pared, ¡es sábado! ¿Por qué los cuatro pequeños remolinos se despiertan a las siete? Jasper debería ser el único que se despertara... o más bien faltara a su práctica hoy. Deberían estar durmiendo. Por esa razón ayer los dejamos ver televisión hasta tarde, la idea era que Ky y yo siguiéramos en la cama hasta las ocho.

—¿No tienen sueño? Dios, que madrugadores son.

—¿Y mami? —pregunto Jaden.

—Aquí, bebé.

Ky salió, mientras se hacía un moño en el cabello. Y cargo a Jaden para llevarlo abajo, junto a James. Jasper ya se había ido corriendo escaleras abajo. Fui por Joseph, y después regrese a abrir la rejilla que había en la escalera. Eso era para que los niños no bajaran cuando se despertaran, porque sabíamos que esos mocosos eran capaces de tirarse por la escalera.

Así comenzaban nuestros fines de semanas: con cuatro remolinos exigiendo sus desayunos.

Mire a mí familia y no pude evitar sonreír, era increíble cómo había pasado el tiempo tan rápido: Jasper ahora tenía seis años, casi siete; James tenía cuatro, casi cinco; Jaden tenía dos, casi tres; y Joseph tenía uno, casi dos.

¡Increíble! Ya no eran tan bebés nuestros bebés.

—¡Waffles! —celebro Jasper—. Gracias, mami, eres la mejor.

Proyecto Bebé: Fuera de ControlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora