12: « ¡Nosotros llegamos primero! »

5.2K 561 158
                                    

12: « ¡Nosotros llegamos primero!»

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

12: « ¡Nosotros llegamos primero!»

Apenas bajamos del auto, Kyrae soltó un chillido de emoción al ver la casa frente a ella y me arrastro hacia el agente de bienes raíces. El señor Ressler nos recibió con mucha amabilidad y nos invitó a que entráramos a ver la casa, y que al último le diéramos nuestra respuesta.

—Me gusta esta casa —afirmo emocionada cuando entramos—. ¡Me encanta!

—Recién estamos viendo, tranquila.

—¡Es que tiene un jardín grande!

Camino hacia la cocina y yo la seguí, su expresión decía más que mil palabras, así que ya me veía viviendo en esta casa y rodando por el jardín con Jasper. Y ahora que lo pienso, deberíamos comprar un perro para que nos hiciera más compañía, no estaría mal.

—Justin, tenemos que comprarla.

—¿Ya viste el resto de la casa, cariño?

—Claro que sí: lo vi por internet —contesto con obviedad—. ¿A ti te gusta?

—Sí, me gusta, pero vamos a ver el sótano, a ver si no algo que atraiga a los fantasmas, no quiero que terminemos como Actividad Paranormal.

Mi novia se rió y asintió, ambos caminamos hacia el sótano donde lo encontramos vacío, con las paredes pintadas y una chimenea adentro. Oh, solo una cosa podía ser este lugar: ¡una habitación sin niños! Podría colocar un pequeño bar, unos sofás de cuero, una mesa de pool, una gran televisión y un gran estéreo. ¡El lugar perfecto!

—Tienes toda la razón, mi amor—alce ambos pulgares sobre mi rostro—. ¡Está es la casa!

Mi novia aplaudió de felicidad. Subimos tranquilamente para buscar al agente, él nos miro muy nervioso.

—Hemos decidido que queremos esta casa.

—Lo siento tanto —se disculpó—. Pero, la casa ya no está en venta.

—¡¿Qué...?!

—Los dueños decidieron que no podían venderla y acaban de cancelar todo, en verdad lo siento.

¡Y mi habitación sin niños! No, no, no, ¡mi futuro bar de relajación! ¡Y el futuro perro, pobre perrito, se acaba de quedar sin hogar!

—Que lo perdone Dios, que yo no voy a hacer —lloriquee.

—¡Justin! —me codeo y regaño Kyae—. Lo entendemos, gracias, señor Ressler.

—Pero, pero puedo conseguirles otra casa —nos miró con esperanza—, ¿qué les parece?

Ky y yo nos miramos, analizando esa opción

—¿Puede conseguir uno con un sótano enorme? —pregunte serio, como todo un profesional—. ¿Y un jardín de un buen tamaño?

Proyecto Bebé: Fuera de ControlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora