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30: « ¿La querrás mucho?»
Justin.
Me cruce de brazos y me acerque a Jasper quien estaba jugando con unos pequeños cubos de colores, cuando noto mi mirada, se levantó de inmediato y se acercó para mostrármelo. Hace una semana había aprendido a caminar, se había tardado un poco, pero era un progreso. Actualmente todavía no podía pronunciar las palabras mamá o papá, pero estábamos trabajando en eso. Habíamos apostado con Ky que palabra diría primero.
—Hagamos un trato, hijo —lo señale a él y a mí—. Si dices papá primero, te comprare más cubos de colores, un triciclo y aumentare tu herencia, ¿qué dices?
Simplemente volvió a enseñarme su cubo y balbuceo. Solté un bufido al no conseguir ni un moviente de cabeza. Supongo que era la primera negociación que fallaba con un niño de un año y cinco meses. ¡Pero no se volvería a repetir! Jasper tenía que decir papá primero.
—¿Con nuestra hija serás igual? —pregunto Kyrae, mientras traía un plato de fresas en su mano.
—Por supuesto que sí, estos niños tienen que aprender a negociar desde pequeños. Les estoy dando una buena lección de vida: negociar siempre.
Mi esposa se río y tomo asiento a mi lado, mientras veíamos a Jasper regresar por otro cubo de color para enseñarle a su madre, era adorable. Y pensar que en unos meses tendremos otro más en cuna. Eso me hizo sonreír, tenía una familia perfecta.
—Mira, Jasper —tome el Batman de juguete del suelo—. Así de pequeña será tu hermanita, ¿la querrás mucho?
El niño sonrío, tomo al Batman y lo lanzo contra la chimenea, aplaudió contento y volvió a mirar sus cubos de colores, distrayéndose... Tanto Kyrae como yo nos miramos, ¿lo había lanzado por decir que era su hermana?
—Será cuestión de tiempo para que lo acepte, ¿no?
—Tal vez, igual me preocupa esa reacción.
—Blou, blou —balbuceo Jasper contento.
El timbre sonó, haciéndonos saber que nuestros invitados habían llegado. Mi hermosa esposa fue a recibir a nuestra familia quienes llegaban para almorzar con nosotros y darles la noticia del bebé, por ahora el único que sabía la razón era mi papá.
—Amo los almuerzos familiares —comento mi mamá con una sonrisa.
Ayude a servir los platos, y luego de unos minutos, todos estuvimos sentados en la mesa, la conversación era tranquila, entre bromas hasta que llegó el momento de dar la maravillosa noticia. Incluso el gato se encontraba presente, observándonos desde las escaleras.
—Justin y yo tenemos que darles una noticia.
Todos los pares de ojos, excepto los de Jasper, nos miraron curiosos.
