42: « Oops... »

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Agosto - 2023.

Alce los brazos. ¡Estaba feliz al ver a Jasper con el bate de béisbol! Aplaudí con fuerza cuando mi hijo entro a batear... solo esperaba que no le cayera la bola en la cara o lloraría como si fuera el fin del mundo. Tanto James como Jaden se encontraban sentados mirando a su hermano mayor, animándolo. Y Joseph... Joseph solo dormía, y dormía como oso, pero supongo que era normal: era un recién nacido, solo tenía dos semanas de vida.

—¡Tú puedes, hijo! —grite contento.

—Cuando sea más grande, seguiremos avergonzándolo.

Asentí a las palabras de mi esposa. ¡De eso no había duda!

Estábamos intentando meter a Jasper en otro deporte, ya estaba jugando al fútbol, pero necesitamos que gastara más energías para que nos dejara en paz en las tardes. Así solo tendríamos que cuidar a dos de cuatro, porque Jaden seguía tomando sus siestas.

¡Es pura matemáticas! Jasper – Jaden = a solo debemos cuidar a dos mocosos, ¡y listo! Aunque ahora mismo Joseph no resultaba un mocoso revoltoso, parecía un bello durmiente.

—¡Eso, hijo! ¡Mango, maduro, hijo dale duro! —lo anime.

Kyrae golpeo su frente al escuchar mi frase, y no pude evitar reírme. Mi trabajo en esta familia es avergonzarlos y hacer de nuestras vidas un show de comedía.

—¿De dónde sacaste eso...?

—Internet —me encogí de hombros.

—Creo que deberías alejarte de internet.

—Uhm... lo pensaré: nop.

Mi esposa rodó los ojos de forma divertida, y volvimos a prestar atención a Jasper quien tomaba el pequeño bate en sus manos. ¡Qué suerte que Ky lo estaba grabando todo! Su maestro le indico lo que debía hacer. Mi hijo vio asintió energéticamente y golpeo la pelota a la primera...

—¡Corre, niño, corre... no, corre para el otro lado! —grite desesperado.

Dios, Jasper se había ido corriendo al lado izquierdo cuando era el lado derecho, ¡que niño! Pero de inmediato cambio de ruta cuando su maestro le aviso. Tanto Kyrae, los niños y yo gritamos desesperados para que siguiera corriendo.

—¡Sí, en su cara perdedores...!

—¡Justin! —me regaño Ky— Están ahí los otros padres, al menos dilo más bajito.

—Oops... ¡lo siento! Sus hijos también son... algo buenos.

Kyrae golpeo mi brazo con el ceño fruncido y yo me encogí de hombros de forma inocente, ¡no era mi culpa: era la emoción! Mi hijo acaba de hacer que su equipo sumara puntos.

Proyecto Bebé: Fuera de ControlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora