Prologo

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- Anastasia,¿Estas ahí?- Carla, llamo a su hija, pero no obtuvo respuesta.

-¡Anastasia!- gritó entrando en la habitación de Ana.

Anastasia, estaba sumida en unos de los libros de sus autores favoritos.

-¡¿No oiste que te estoy llamando?!- Gritó furiosa.

- Disculpa mamá...no te oí- respondió un poco temerosa.

- Deja ese estúpido libro, y ponme atención- Anastasia, obedeció de inmediato, dejó el libro en la mesita de noche y se incorporó y puso toda su atención en su madre.

- Dime-

- Me entere que la estúpida de Grace Trevelyan, está buscando una asistente- Anastasia, fruncio el ceño y nerviosa puso un mechon detras de su oreja, ya sabia lo que Carla, quería.

- Mama, no se si quiero vengarme de los Grey, acabo de empezar una relación con José, y no quiero separarme de el- dijo Anastasia, a su madre como si fuese una niña de cuatro años.

- ¿Perdón?- Dijo Carla atónita- ¿Vas olvidarte que por culpa de esa familia te creciste sin un padre? ¿Que por culpa de esa maldita familia, mi Ray esta muerto?- Carla fue subiendo la voz.

- No...pero- Ana, miro a su madre alzando una ceja.

- ¡Nada de peros Anastasia! ¡Vas a llamar a ese noviecito que tienes, y vas a decirle que terminan!- Anastasia, se quedo atónita, ella no podía ni quería hacer eso.

- Pero yo quiero a José-

- Me importa una mierda, ahora llamalo y dile que su relación se acabó...después arregla tu ropa, que mañana a primera hora, viajas a Seattle-

- ¡¿Mañana?!- Gritó Anastasia, horrorizada.

- Si mañana, y sabes lo que tienes que hacer, destruir el matrimonio de Grace, y Carrick, seducir a sus hijos y su yerno...si es posible te acuesta con Carrick, pero tu tienes que destruir a los Grey- Ana estaba asqueada, no entendía como su madre le pedía que se acueste con un hombre que no sea su novio, y peor aun ella todavía era virgen.

- Yo soy virgen.

- Basta Anastasia, en otros tiempos las jovencitas de tu edad eran virgen, en esta época no. Escuchame, no olvide todas las carencias que tuvimos, no olvides que cuando mas necesitaste tu padre el no estuvo ahí, por culpa de esa maldita familia- Ana, al recordar todas las veces que necesitó a su padre, y el no estuvo ahí. La sangre le hirvio de rabia. Los Grey, eran los responsables de que su padre no este, Los Grey eran culpable, todas las carencias que tuvo en su niñez.

- Esta bien mama, mañana iré a Seattle y destruiré a esa familia, ellos lloran y sufrirán de la misma forma como sufrimos mama.

- Muy bien...ahora descansa, mañana muy temprano te llevaré a la terminal.

Carla, salio de la habitación de Anastasia, satisfecha...por fin su hija cobraría venganza...mientras Ana en su dormitorio miraba su celular, no sabía como decirle a su novio que ella se iría por un tiempo a Seattle. Se armó de valor y marcó el numero de José.

- Hola, mi hermosa novia- dijo Jose cariñosamente.

- José- su labio empezó a temblar, y un nudo se le formó en la garganta.

- ¿Amor estas bien?- Preguntó preocupado José.

- José...Yo debo...decirte algo- dijo Ana, aguantando sus ganas de llorar.

- Dime.

- Me iré de Montesano por un tiempo- Soltó.

-¡¿Que?!¡¿Por que?!- Grito José

- Porque debo hacerlo...solo te pido que si me quieres, me entiendas.

- ¿Por que te vas y adonde? - Dijo el desesperado.

- Por favor José...no insista. Adios- antes que mande todo a la mierda, ella colgó y se tumbó en la cama, abrazó su almohada, y empezó llorar, no quería separarse de José, pero su sed de venganza era mas fuerte.

● ● ● ● ● ● ●

-¡AAHH!- Gritó Leila, mientras llegó a un alucinante orgasmo. Christian Grey, su amo lo premio por ser la mejor sumisa, que había tenido.

Leila, estaba exhausta la sesión en el cuarto rojo, lo dejaron agotada. Christian, se dio cuenta, así que la llevó en brazos hasta la habitación de sumisa.

- Amo...¿Puedo hablar?- Balbuceo adormilada.

- Por supuesto- dijo el.

- Tal vez lo que diga, no le guste.- Susurró

- No lo sabremos hasta que no me lo digas

- Quiero mas- soltó Leila.

Christian, no supo que decirle, era su mejor sumisa, estaba entusiasmado con ella, pero no sabía lo que era ese mas, casi todas sus sumisas le habían pedido "mas" y el siempre se lo negó, pero Leila, ella era diferente, amaba la misma cosas que el amaba.

- Leila, no te prometo nada ...pero si que lo voy a pensar- Leila, se sintio como si hubiese ganado el premio mayor, el amo que le negó a todas las que pidieron mas, se negó...pero con ella, estaba dispuesto a darle, al menos eso pensó ella.

Christian, salio del cuarto de su sumisa y bajó las escaleras, no entendía porque le había dicho a Leila, que iba pensar en ese "mas".



Por Una VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora