Anastasia Steele, se las ingenia para ser la asistente de Grace Trevelyan, pero sus verdaderas intenciones son; destruir a la familia Grey, tiene todo planeado, excepto enamorarse del hijo del medio de los Grey.
Nueva historia!
REGISTRADA EN SAFE CR...
Estoy parado enfrente de un gran salón de belleza llamado: «Esclava» parece refinado.
Honestamente no sé qué estoy haciendo aquí, no sé si estoy haciendo bien o mal en hacer caso a los consejos de Carla, ella me pudo haber mentido para que yo aparezca en la vida de Ana nuevamente.
¿Y si Ana continúo con su vida? Puede tener a alguien. ¿Cómo saber si estoy haciendo lo correcto? Ay dios no lo sabré hasta que me encuentre cara a cara con Anastasia.
En recepción está sentada una chica rubia con uniforme blanco impecable. Ella se pone de pie al verme entrar.
— Disculpe joven, pero este salón de belleza es exclusivamente para mujeres.
— Buenas tardes, estoy buscando a la señora Elena Lincoln.
— Si viene por trabajo, lamento decirle que no hay vacantes — fastidiosa.
— No señora...— La miro para que me diga su nombre
— mi nombre es Greta, y soy señorita— espeta.
Lleva un pintalabios demasiado rojo. Ahora que recuerdo, adoraba que Ana era una belleza natural, no necesitaba pintarse para lucir hermosa.
— Greta— finjo una sonrisa— ¿Me podría indicar dónde puedo encontrar a la señora Lincoln? Es un asunto personal.
— ¿Tiene cita con ella?— ¿Qué?
— No.
— Entonces salga de aquí, llame por teléfono y pida una cita con la señora Lincoln.
— Greta, estoy aquí por qué una íntima amiga de la señora Lincoln, me envió— le digo — vaya a buscarla y dígale que José Rodríguez ha venido a buscarla de parte de Carla May Wilkins.
— No conozco ninguna Carla May Wilkins.
— No me dejará entrar ¿Verdad?
— ¿Cómo es que adivinó?— Me responde desafiante.
Saco el celular del bolsillo y le marco a Carla. Ella responde al tercer tono.
— ¿Que ocurre que ya estás llamando?— Responde en voz alta.
Que imbécil soy por hacerte caso.
— Estoy en la entrada del salón de belleza de esa Elena, pero no me dejan entrar— no me desgasto en saludarla
— Ahora le digo que estás ahí— cuelga
Greta sólo me mira.
Dos minutos después aparece una hermosa y despampanante rubia. Está vestida con un ajustado vestido negro de mangas largas
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Zapatos de tacos muy altos negro.
— Señora Lincoln— dice Greta, poniéndose de pie inmediatamente.
