Capítulo 51

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   POV ANASTASIA

Estoy tumbada en la cama mirando el techo, mientras por mi cabeza pasan muchas cosas y aumenta la sensación de vulnerabilidad. No estoy llorando, pero me siento triste incluso tengo un nudo en la garganta. Estoy controlando mis emociones... No me quiero alterar.

— No tengo recuerdo de haberte conocido de niños — me incorporo. Veo a mi esposo parado en la puerta, tiene el semblante triste.

— ¿Por qué no te acercas?— Le digo por qué se ha quedado parado

— Pensé que no querrías verme— susurra

— Ven—

De inmediato se acerca y se sienta en la orilla de la cama

— ¿Cómo te sientes?

— Triste... ¿Y tú?

— Preocupado— me dice y se tumba a mi lado

— Abrázame por favor— él hace lo que pido y el dique estalla. Todo lo que Grace me ha dicho me embargan.

— Tranquila amor, juntos saldremos adelante... Ya lo verás— no soy capaz de decirle nada, las lágrimas empiezan correrme por la cara.

El me acaricia en su regazo mientras yo lloro inconsolable. He perdido el control de mis emociones. Mi marido me abraza con fuerza y me acuna.

— No llores por favor... Odio verte llorar— me besa el pelo

Giro la cara para ocultarlo en su cuello y sigo llorando. Siento una liberación catartica. Toda mi vida creí en lo que mi madre me decía, jamás me detuve en pensar que posiblemente ella mentía, siempre la entendí y comprendía sus malos tratos, pensaba que estaba llena de odio por qué le habían arrebatado a mi padre. Pero todo era un maldito teatro por parte de ella. Siempre fingió ser una víctima.

Mis sollozos de a poco se van calmando.

— ¿Mejor?— Me pregunta Christian preocupado.

— Si— respondo sorbiendo por la nariz.

— Perdóname Ana, si yo hubiese sabido la verdad— pongo mi dedo en sus labios.

— No me pidas perdón, tú al igual que yo eres inocente... Ninguno de los dos tiene la culpa de lo que hicieron nuestros padres.

— Oh Ana, eres tan comprensiva.— El acaricia mi pelo.

Apoyo la barbilla en su esternón disfrutando de la caricia tranquilizadora de sus dedos entre mi pelo.

— Mi madre cada vez que yo le preguntaba por qué lloraba, ella respondía que extrañaba mi padre y sentía tanto dolor por no poder estar junto él. Fuí tan estúpida en creer cada una de sus mentiras— me odio por dejar que mi madre me vea la cara de estúpida.

— No te culpes por favor... Que sabías tú cómo era en realidad tu madre.

Mi esposo tiene razón, durante años viví con una completa extraña.

— ¿Sabes lo mucho que te amo?— Me dice

Me encanta que sea romántico. Lo amo demasiado.

— Lo sé... Es lo mismo que siento por ti—

Levanta mi barbilla con la mano y me da un beso con mucho amor... Mi sangre se incendia como un artefacto incendiario. Hago más profundo el beso.

— Oh Ana — jadea — mi Ana — me toma la cara y me besa con pasión. Su lengua me invade la boca. Oh esa experta lengua que muchas veces me ha dado tanto placer.

Por Una VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora