Capítulo 41

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      POV  CARLA.

No puedo creer qué haya caído tan bajo y todo por culpa de la inútil de mi hija. Pero el fin justifica los medios, y cómo mi hija se fue de viaje con el hijo de Grace, por qué al parecer solo está pensando en ella y no en mi, yo he decidido arruinar su felicidad. Es lo justo. Ella no piensa en mí ¿Por qué yo si pensaría en ella y su bienestar?

Hace unos días atrás hablé con Elena y me comentó qué ella quiso atrapar a Ana, pero el hijo de Grace la defendió. Es evidente que ese idiota está enamorado de mi hija, y Seguramente ella siente algo por él, y obviamente está enamorada del dinero, pero como no quiso continuar con  mis planes, me veré en la obligación de destruir su estúpida felicidad.

Ahora estoy enfrente de la puerta de la casa del perdedor de José. Sé qué sí le digo dónde está la perra de mi hija él irá a buscarlo.

— ¿Carla?— Dice sorprendido, cuando abre su puerta— ¿Qué haces tú aquí? — Idiota

— Buenas días José— tengo que fingir amabilidad

— Buenos días ... ¿Que estás haciendo aquí?— Dice un poco cortante.

— He venido a verte...¿Me dejas entrar a tú casa? Necesito hablar contigo. Es Acerca de Ana— abre los ojos cómo platos.

El tarado me responde después de unos segundos.

— Está bien, entra— se aparta para dejarme entrar— disculpa qué no tengo grandes lujos— añade con tono sarcástico.

Maldito, sólo por qué puedes ser útil para arruinar la vida de esa mocosa te he buscado.

— No te preocupes— este pobretón no debe ni tener ni siquiera un vaso de agua limpia.

— Si gustas puedes sentarte— dice mientras quita los residuos de comida que hay en el sofá.

¡Que asco!

— No te preocupes... estaré bien así— ni loca me voy a sentar en su sucio sofá

— Entonces di tu asunto. No tengo mucho tiempo para escucharte—que imbécil!

— Pero deduzco que te interesa mi hija todavía, si no lo hiciera no me dejarías entrar.

— Lo que a mí me interese no es asunto suyo, así que si tiene algo que decir hable ahora— imbécil, pero ahora fingiré ser honesta y es sólo por qué me conviene.

— Seré honesta contigo José— el idiota frunce el ceño — Ana no sé marchó por qué quiso—

— ¿No?— Me interrumpe sorprendido

— Yo la obligué... ella no quería irse por qué estaba muy enamorada de tí— te diré una verdad a medias.

El tonto abre los ojos como platos.

— ¡¿Pero por qué mierda hizo eso?!— Me grita furioso.

— Por venganza. Ella tenía que vengarse por el daño que nos hicieron.

El estúpido está furioso y desconcertado.

— Tú...tu estás realmente loca—masculla y empieza caminar como un león enjaulado— ¿Ósea Ana, se fue por qué tú la obligaste?

— Yo la obligué irse... Y aunque no me crea, no fue fácil para mi ver partir a mi única hija, pero ella tenía que hacer justicia. Ella debía vengar a su padre.

Tengo que fingir culpabilidad. Debo verme mortificada.

— No lo puedo creer— susurra y se deja caer en su sucio sofá.

Por Una VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora