Capítulo 48

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   POV ANASTASIA

Después de mi caminata, y no dejar pensar en Christian, regreso al escala. Necesito una ducha y cambiar mi ropa por algo más cómodo para ir con la doctora Green.

En medio del vestíbulo está la  mesa redonda de madera oscura con su enorme florero, pero lo que me llama la atención es una rosa blanca que está al lado del florero. La rosa está acompañada de una nota.

Tomo la nota y empiezo a leer:

Sé que pedirte perdón no bastará para enmendar mi error. Sé qué sería más fácil dejar que te vayas, y así tú no sufrirías por mi culpa, pero no puedo dejarte ir. Por qué mi vida se marchitaria al igual que lo hará está rosa y luego simplemente moriría. Tú eres mi vida Anastasia, y no sabes cómo lamento haberte lastimado. Soy un estupido que no merece tú amor, pero ¿Que voy hacer si no puedo vivir sin ti? Te amo Anastasia, te amo más que mi propia vida. Espero que me perdones.

No puedo contener la emoción, cuando quiere este hombre puede ser el más romántico.

— Christian— lo llamo cuando entro al salón.

Al no encontrarlo me voy a su oficina pero ahí tampoco está.

— ¡Christian!— Grito ¿Donde se metió?

Regreso al salón.

— Señora Grey, la escuché gritar ¿Está usted bien?— Pregunta Gail, cuando me encuentro con ella

— Buenas tardes Gail ¿Ha visto a mi marido?— Ya estoy preocupada.

— Si, dijo que de daría una ducha.

Ansiosa por ver a mi marido voy corriendo al baño. No soporto ésta distancia que hay entre Christian y yo.

Christian está debajo del chorro de agua, con los ojos cerrados. No lo dudo un segundo y  rápidamente me quito toda la ropa y me meto con él. Lo abrazo por detrás, el inmediatamente se da la vuelta.

— ¡Ana!— Dice sorprendido

Tomo sus mejillas con las manos y pego mis labios con los de él.

— Oh Ana— susurra e introduce su lengua caliente dentro de la boca buscando mi lengua, inmediatamente lo encuentra y se une a su danza.

Nos separamos por falta de aire.

Ambos estamos mojado. El agua sigue cayendo.

— Creo que esto está estorbando por ahora — Christian se aparta de mi y alarga la mano para cerrar el grifo.

Tras cerrar el grifo se queda parado viéndome de pies a cabeza.

— Estás aquí— dice incrédulo

— Este es mi hogar contigo.

— Pensé que después de mi comportamiento.

Me acerco a él y pongo mi dedo en sus labios.

— Estaré a tú lado hasta que me muera.

— ¿Aunque me porte mal contigo y te hiera?— Dice con voz dolorosa.

Odio ser la responsable de su dolor. El cierra los ojos.

— Christian— me duele verlo sufrir. Tengo que hacerle entender que todo está bien.

—Perdoname   —susurra. Cuando abre los ojos de nuevo se ven perdidos y llenos de pura emoción.

Rodeo su cuello con las manos.

— Ya te perdoné ¿No estás feliz de verme? —le pregunto en voz baja.

Tengo la garganta atenazada
por el llanto contenido. Creía que estaba feliz de verme. Que los dos lo estábamos por estar juntos ¿No es así? Debo averiguarlo ahora mismo.

Por Una VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora