Capítulo 40

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     POV CHRISTIAN

Hace dos días le propuse a mi nena matrimonio con anillo incluído. Sé qué al llegar a Seattle, tendremos que enfrentar a mis padres y seguramente a Elena, pero no dejaré que nadie me aleje de Ana, por eso he tomado una importante decisión.

—Pensé que vendrías con Ana— me dice Katherine.

— ¿Cómo estás, Kavanagh?

Nos saludamos con un apretón de manos. Si, a ella le pedí ayuda. ¡Qué ironía!

—Bien. Pero supongo que no es para preguntarme cómo estoy que me pediste que nos juntemos— me pregunta con extrañeza.

—Por supuesto que no.

— Ok, ex cuñado, dime para qué soy buena— me dice con una sonrisa incómoda.

— Necesito de tú ayuda para escoger un vestido de novia para Ana.

— ¡¿Te casarás?!— Me interrumpe— ¿Aquí en Montecarlo?—Añade sorprendida.

—Si, sólo falta el vestido.

Jason se encargará de buscar un juez o pastor para que nos case a Ana y a mí. Ya tenemos los documentos al día y está investigando qué se necesita para que podamos casarnos aquí y sea todo legal.

— Espera. ¿Estás diciendo que vas a casarte aquí en Montecarlo?

Pongo los ojos en blanco. ¿Es tonta?

— Si.

— ¿Por qué?— Está atónita— quiero decir, es lindo casarse en un lugar tan hermoso, pero ¿Y tú familia?

— Lo entenderán — no voy a decirle lo que realmente está ocurriendo. — Me ayudarás ¿sí o no?— Mi tono de voz suena más dura de lo que pretendía.

— Por supuesto que sí, pero me da curiosidad la razón por la que te casas en este país— ¡Joder está mujer es muy insistente!

— Tú ve por un hermoso vestido, no importa el precio y en una hora más te veo en este mismo lugar.

Decido ser cortante con ella. Es demasiada curiosa para mí gusto. Le tiendo una extensión de mi tarjeta de crédito, como la que le proporcioné a Taylor y con eso le demuestro que no hay límite. Quiero que mi nena se vea muy bella y feliz este día.

— Mmm... algo ocultas, Grey, pero ya lo descubriré.— ¡¡¡Joder!!!— En una hora más te tendré un hermoso vestido. ¿Lo quieres estilo princesa?

— Ana es dulce, pero no empalagosa, es sencilla.

— Ok, Grey— me dice sarcástica.

Finalmente me despido de la "señorita metiche" y voy a mis quehaceres.

Debo estar presentable para mi boda.

   ***

Una hora después estoy en el muelle esperando por Kate, que aún no se digna aparecer.

Ella dijo exactamente «en una hora más te veo en este lugar» ¿Y qué hizo? ¡Aún no aparece? ¿Sus padres no le enseñaron a ser puntual?

Miro mi reloj y la señorita lleva tres minutos retrasada. ¡¿Dónde mierda se ha metido?!

Empiezo caminar de un lado a otro, mientras uno de los gemelos – Gastón– me mira un poco desconcertado.

Si, me caga la impuntualidad. Y tal vez sean solo tres minutos, pero esto urge.

Miro mi reloj y al levantar la mirada la veo acercándose a Gastón y a mí. Viene corriendo y con varias bolsas y una funda para traje.

—Dime que en esa funda está el vestido de mi prometida— le gruño molesto.

Por Una VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora