12. Gracias por quedarte aquí, conmigo

828 20 2
                                    

Estábamos viendo la tele, y Eric miró su reloj:

- Me tengo que ir ya Júlia, mañana nos vemos.

- No por favor, quédate, no me gusta estar sola.

- Ya lo se pero es que hoy no puedo quedarme, tengo que irme.

Me acerqué a su oído:

- Quédate, por favor- Él inclinó su cabeza hacia mí. Sabía de sobras que esa forma de pedírselo, le haría cambiar de opinión. Me miró y asintió.

- Me quedo- Dijo con un hilo de voz. Realmente esa tontería de susurrarle le dejaba realmente tonto.

- Gracias- Dije ya manteniendo nuestras distancias.

- Te aprovechas de mí haciendo eso.

- Que va- En ese momento sonaba mi teléfono, era mi madre, buen momento para llamar:

- Hola mama

- Hola cariño, ¿Qué tal está todo?

- Perfectamente bien, ¿Y la familia qué tal?

- Todos bien, pero te echan de menos.

- Diles que en verano me tienen ahí.

- Claro cielo, te dejo que estarás estudiando- Sobre todo estudiando.

- Exacto, hasta pronto mama, cuídate.

Una conversación bastante breve, pero en realidad tampoco teníamos demasiado que decirnos, así que ¿Para qué alargarlo?

- ¿Preparamos algo para cenar?- Reí ante su comentario.

- Soy malísima cocinando, en serio.

- Pues para eso estoy yo, ¿No?- ¡Sabía cocinar!

- ¿Sabes cocinar?.

- Tan bien, que no querrás que me vaya de tu casa nunca.

- Bastante difícil- Dije para picarle.

- Pues te recuerdo que hace un rato me estabas rogando que me quedara.

- Sabes que no me gusta estar sola.

- Ya, bueno, vamos a cocinar y deja de decir tonterías- Me guiñó el ojo.

Entramos en la cocina y me dijo que cocinaríamos pasta. La verdad es que la pasta era mi segunda comida favorita. Me gustaba muchísimo la pasta, sobre todo con toneladas de queso por encima y un poco de tomate.

Eric echó la pasta a hervir y cogimos el paquete de queso de la nevera, nos sentamos en la mesa y empezamos a preparar salsa boloñesa.

- Ten cuidado, no te vayas a cortar.

- Descuida, no me haré daño.

- Tiene muy buena pinta y aún no la hemos echado en la sartén.

Cuando acabamos de prepararlo bien todo, la echamos a la sartén y empezó a hacerse bien, cuando ya llevaba un rato Eric le echó un poco de sal y la mezcló. Después me la hizo probar:

- Dios, está buenísima, ¿Dónde has aprendido a hacerla?

- Espera- Dijo ignorando mi pregunta. - Tienes tomate aquí- Me manchó de salsa.

- Eh, no vale- Dije pasando mi lengua para que se fuera.

- No te la quites- Dijo volviendo a mancharme el labio. Era bastante estúpida para estas cosas, es decir, no entendía ni las indirectas, ni las ñoñadas estas que me encantan cuando veo en las películas.

Miré para otro lado. Cada vez que había indicios de que Eric podía besarme, el corazón me estallaba, me ponía tan nerviosa que hasta se podía escuchar el palpitar de mi corazón de tan fuerte que latía. Se fue acercando hasta que se quedó a pocos milímetros de mí, parecía que le encantaba hacer eso:

- Siempre soy yo el que te beso, no vale.

- Es mentira, hubo una vez que te besé yo.

- Pues no me acuerdo- Dijo sonriendo intentando llevarme a su juego.

- Qué mala memoria tienes- Seguía sin separarme nada de él.

- Hazlo, si te mueres de ganas- Se acercó un pelín más pero aún no había ningún tipo de roce, casi, pero no.

Esta tontería de "sí, pero no" se estaba volviendo muy común. Siempre hacía lo mismo, se acercaba que parecía que iba a besarme hasta que paraba tan cerca que era delirante. Le gustaba hacer eso, le gustaba que babeara por él, pero yo sabía que el se moría de ganas también. No tenía más ganas de esperar, acabé con esos milímetros que nos separaban y le besé, por fin. Sus labios eran demasiado adictivos para ser de este mundo, en serio. Nos separamos, como siempre, por falta de aire, ya que si fuera por nosotros, al menos por mí, no me hubiese separado.

- Bueno, vayamos a por la salsa- Dije girándome hacia otro lado y así poder sonreír tranquila sin comentarios de su parte de ningún tipo.

- Claro, sigamos.

Cuando la salsa se acabó de hacer, él puso la salsa dónde la pasta y lo mezcló todo bien, puso la comida en un plato y la llevó a la mesa. Tenía una pinta exquisita, y olía mejor. Cuando lo probé me quedé realmente anonadada, eso no era pasta, era un manjar. En mi vida había comido algo tan bueno (excepto la pizza, claro está), estaba realmente buena.

- Te ha quedado buenísima.

- Lo sé- Dijo sonriendo.

- Creído- Esta vez si que rió ante mi comentario.

- Tonta.

Acabamos de cenar tranquilos y me puse a fregar los platos mientras Eric se iba ya a mi habitación. Cuando acabé me fui para arriba y entré a mi habitación:

- ¿Qué es esto?- Dijo cogiendo una caja de encima del armario.

- Ni se te ocurra tocar eso.

- ¿Por qué? ¿Que hay dentro?

- Mentiras, y más mentiras, no creo que te apetezca ni ver ni leer eso.

- Entiendo, no quería ofenderte ni mucho menos, sólo que...

- Vale Eric, da igual.

- La última y única vez que hablamos del tema, me dijiste lo mismo, quiero que lo hablemos, quiero que lo superes, que cuando veas esa caja te rías y pienses "Superado".

- ¿Qué quieres saber eh?- Le grité. En realidad, no quería gritarle, pero es que este tema me ponía el vello de punta, no había podido superarlo, le había querido tantísimo... Pero ya no le quería nada, más bien le tenía bastante asco, pero es que no se... - Un día iba yo tan contenta a llevarle la merienda y me lo encontré besándose en la puerta de su casa con otra, ¿Eso quieres saber? ¿Qué me engañó? ¿Qué una relación de un año y medio se fue a tomar viento por un calentón suyo? ¿Eso quieres saber?- Dije gritando y llorando, era incontrolable. - Después me quería dar explicaciones y pedirme perdón- Reí falsamente mirando al suelo. - Seguro que eran más mentiras, como todo- Acabé por fin. Yo seguía llorando, era un tema del que necesitaba hablar pero en ningún momento había sabido con quien tratarlo.

- Ven aquí- Dijo abrazándome. Era un abrazo sentido, me encantaban los abrazos y mucho más los abrazos así.

- Gracias.

- ¿Por qué?

- Por quedarte aquí, conmigo.

Continuará...

Júlia era seca por algo. Le habían roto su pobre corazoncito, es normal que quisiera potegerse ante estúpidos como su anterior novio. Comentad y votad, gracias por leerla <3

Vete, pero quiero que te quedesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora