32. Has dado totalmente en el clavo

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Punto de vista de Júlia

Estuvimos toda la poca tarde que quedaba cada uno por nuestra parte: Eric estaba viendo la tele y yo, únicamente, me encontraba merodeando por las redes sociales leyendo las novedades de mi ídolo.

- Júlia, ¿Sabías que son las 11?

- No, no me había dado ni cuenta, estaba tan entretenida...

- Pues yo no tengo hambre para cenar.

- Yo tampoco- él levantó sus hombros y siguió haciendo lo que hacía antes, ver la tele. Dejé mi móvil a un lado y cogí un libro.

- ¿No prefieres hacer otra cosa?- Preguntó.

- ¿Otra cosa como qué?

- Pues no se... Otra cosa.

- Propón algo, y quizás me plantee hacer algo distinto.

- ¿Vamos a dar una vuelta en moto?

- ¿Tan tarde?

- Claro, es una de las mejores cosas del mundo, ir en moto de noche.

- ¿Y si mejor salimos al balcón y pensamos algo allí?

- Venga, vale- Salimos al balcón que había en mi habitación y nos sentamos en unas sillas que mi madre ya no quería y que teníamos ahí porque le daba pena tirarlas.

- Oye Júlia, tú me dijiste que estudiabas. ¿Cuándo vas a la universidad? Porque desde que estamos juntos no te he visto ir ni un día.

- Tenemos tres meses de vacaciones, luego volvemos al trabajo.

- ¿En esta época del año?

- Ajá.

- Pues... Qué raro- Pasó un tiempo donde nadie dijo nada.

- Júlia, ¿Alguna vez te has besado con alguien en un balcón?- Se levantó y yo hice lo mismo.

- No, nunca. ¿Y tú?

- Tampoco.

- ¿Y qué quieres decir con esa pregunta?

- Yo creo que te puedes hacer una idea.

- Sí, pero los besos no se piden, se dan.

- Yo no te lo he pedido, ¿Me lo estás pidiendo tú a mí?

- ¿Yo? Yo no, eras tú el que me lo ha pedido haciendo tal pregunta.

- Sólo era simple curiosidad, pero después tú me has dicho que los besos no se piden, se dan, así que quieres un beso- Reí.

Acabé con los centímetros que nos separaban y le besé para que se callara ya, y porque me apetecía mucho darle un beso, obviamente. Al principio, sonrió al ver que yo había dado el paso, después me siguió el beso. Se separó él de golpe, y la verdad es que me dio un poco de rabia.

- No me lo esperaba, no me has dejado coger suficiente aire- Miré su labio, por suerte, la herida seguía igual que antes, no le había vuelto a hacer daño.

- Ah... ¿Qué tienes que coger aire para besarme?- Pregunté extrañada.

- Es que besas muy apasionadamente y me dejas siempre sin aire.

- ¿Y tú qué? No veas como besas tú... Si lo mío es apasionado, lo tuyo es ya... Delirantemente delirante, no se si me explico...- Rió.

- ¿No te gusta como beso?

- En ningún momento he dicho eso.

- ¿Entonces sí te gusta como lo hago?

- Pues claro, ¿A quién no le gustaría uno de tus besos?- Le salió media sonrisilla como si no quisiera sonreír pero sin querer, le salía.

Vete, pero quiero que te quedesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora