18. No hagas eso Júlia

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Me bajé antes de que Jorge parara la moto, me dio igual todo. Era Eric y me estaba mirando con una sonrisa en la cara inmensa, ¿Cómo no bajar apresurádamente, si me miraba así?. Nos dimos un largo e interminable abrazo. Jorge tosió falsamente y nos separamos:

- ¿Tanto necesitabas verme que no podías esperar a que llegara a tu casa?- Preguntó sonriendo irresistiblemente.

- No tonto, ¿tú has visto la hora?

- Sí, la he visto, pero es que ha llegado un momento que no sabía donde estaba, pero seguí andando hasta que me encontré de nuevo y ahora, íba para tu casa.

- Pensaba que te habías perdido, le dije a Jorge que volviera a mi casa después de que se hubiera ido, para buscarte- Unos segundos de silencio.

- Eres de lo mejor del mundo Júlia.

- Tú lo eres.

- Es todo tan bonito, que dan ganas de irse corriendo- Nos separó un poco Jorge. Eric y yo nos pusimos a reír ante su comentario.

- Calla ya- Contesté.

- Bueno, ya le hemos encontrado, ¿Me puedo ir a mi casa?

- Por supuesto, ale, adiós.

Se despidió de Eric y se fue calle abajo, nosotros nos subimos a la moto, y nos dirigimos para mi casa. Aparcó delante de ella, y entramos. Fuimos directos a mi habitación:

- Bueno Júlia, yo tengo que ir a casa, mañana por la tarde nos vemos ¿Vale?- Se acercó a mí, concretamente a mi oido- Te echaré de menos.

Yo hice lo mismo, me acerqué a su oido, sabiendo que se quedaría estático en el sitio:

- Yo también te echaré de menos- Acaricié sus brazos mientras seguía susurrándole: - Me gustas mucho Eric.

- Uf.. Júlia, no hagas eso- Dijo inclinando su cabeza hacia mí.

- ¿Por qué?- Seguía haciendo lo mismo. - Si es muy divertido verte así. Cuando hago esto, ya no tienes el control de todo, ahora la que controla soy yo, ¿Verdad?- Dije dándole un par de besos al lado de su oreja. Él asintió y me di cuenta que respiraba muy agitadamente. ¡Ja! Había conseguido lo que quería.

- No Dios, no hagas eso Júlia- Me empujó bruscamente contra la pared, y me miró profundamente:

- Tú no sabes bien lo que provocas en mí al hacer eso. Pero yo también sé jugar sucio, ¿Probamos?- Negué con la cabeza porque no podía hablar, era todo muy excitante.

- Claro que lo haremos, tú lo has hecho y no te ha importado... ¿Verdad?- Asentí como respuesta, parecía tonta, pero en ese instante estaba totalmente débil.

Se acercó a mi cuello y al principio, únicamente respiraba encima, sentía su respiración en mi cuello y era insoportablemente delirante. Después posó sus labios en él y fue subiendo hasta mi oído:

- Por si no lo sabías, eres preciosa Júlia. Me gustas tanto...- Se fue al otro lado de mi cuello, allí nunca me había besado, empecé a jadear ante su tacto, necesitaba más aire del que podía inhalar. Fue subiendo de nuevo hasta mi oído:

- ¿Quiéres que pare?- Me preguntó, obviamente que no quería que parara.

- No- Conseguí decir en forma de suspiro.

- Oh pues que pena...- Seguía susurrando- Me tengo que ir ya.

- Todavía no- Dije como pude cogiéndole de la camiseta para que no se alejara. Movió su cabeza para que quedáramos cara a cara. Me acerqué yo y nos dimos un buen beso, de esos que te dejan con ganas de otro al final.

- Me voy ya Júlia, hasta mañana. Espero que hayas aprendido la lección de que conmigo no se juega

- Hasta mañana Eric, y como ya has visto, yo también puedo dejarte como tú me dejas a mí, cariño- Él rió.

- Te llamo al llegar ¿Vale?

- Por supuesto. Si no llamaré a Jorge para buscarte- Reímos los dos.

Antes de irse, hizo lo que hacía siempre: sonreírme y guiñarme un ojo, y ya sí se fué. Me quedé totalmente soprendida, nunca había tenido un momento así con nadie. ¿Por qué? Porqué mi anterior novio me había dicho que era muy creyente, que le tenía mucho respeto a temas de acercamiento y contacto y que quería esperarse al matrimonio. Pero no era por eso ni mucho menos, resulta que era porque tenía a otra, y me había contado eso para así tener una excusa para no acercarse a mí y poder hacer todas esas cosas con ella. Idiota.

Pasaron 10 minutos y mi móvil estaba sonando:

- Hola, fea.

- Hola, tonto.

- Ah... Eso es obvio- Hubo un silencio para nada incómodo. - Hasta mañana por la noche no nos vemos y desde que hemos empezado a salir, no hemos estado nunca tanto tiempos sin vernos, ¿Crees que podrás aguantar?- Reí exageradamente fuerte a posta.

- ¿Podrás tú?- Vacilé.

- Lo intentaré, cariño.

- Te gusta mucho esa palabrita, ¿Verdad?- Rió ante mi comentario.

- Nos vemos mañana por la noche, ¿Te gusta ver las estrellas?- Comentó ignorando mi pregunta.

- Sí, me gusta, lo veo muy chulo.

- Pues mañana te llevaré a ver las estrellas. Hasta mañana preciosa.

- Hasta mañana tontorrón.

- Que descanses, y sueña conmigo, por si no te lo había dicho bastante, me gustas mucho Júlia- Sonreí sin poder evitarlo

- Que descanses y em... tú también me gustas mucho- Dije a toda velocidad la útima parte antes de colgar.

Puse mi móvil en la mesita, pero volvía a sonar:

- ¿Qué has dicho?- Me preguntó.

- Nada importante.

- Júlia, me gustaría saberlo- Estaba claro que lo sabía de sobras, sólo quería hacerme rabiar.

- Que tú también me gustas mucho, ¿Contento?

- ¿Ves? Ahora ya me voy a dormir más tranquilo. En realidad ya sabía lo que habías dicho, sólo quería volverlo a oír- Juraría que él también estaba sonriendo como yo.

- Eres tonto

- Eso ya lo sabíamos.

- Buenas noches.

- Buenas noches Júlia.

Y aquí se acabó la noche para mí, me fui a dormir ya, por fin, que día más largo... Y más bonito. Eric era muy especial para mí, lo era y lo es. Me dormí en medio de estos pensamientos. No me costó nada dormirme porque tenía mucho sueño.

A la mañana siguiente, Celia me mandó un mensaje: "Júlia, me gustaría hablar contigo, no quiero que estemos enfadadas, somos mejores amigas. No podemos estar así con un chico"

No estaba así sólo por un chico, me había dado rabia porque ella sabía que en ese momento empezaba a gustarme Eric y se puso a coquetear con él delante de mis narices, no era sólo por el chico, era porque ella lo sabía, me había traicionado en cierto punto.

"Como quieras Celia, dime hora y allí estaré" A los segundos, me respondió "A las 12 allí", sólo le envié un "Ok" y dejé el móvil a un lado. A ver que me contaba...

Continuará...

Gracias por leerla

Vete, pero quiero que te quedesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora