13. Que yo sepa no tengo novio

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- En realidad, me encanta estar contigo. Y lo sabes de sobras- Sólo me limité a sonreir.

Le cogi de la mano y nos tumbamos en la cama porque yo ya tenía sueño, la verdad es que en los últimos dos días no nos habíamos separado prácticamente ni un segundo. Íbamos deprisa, o sea, que no nos conocíamos de prácticamente ni dos semanas y ya nos besábamos, pero cuando algo surge es como un huracán, arrasa con todo, y supongo que eso nos había pasado a nosotros porque no era normal lo que yo sentía cuando simplemente, se acercaba peligrosamente a mí como él lo hacía. Era algo extraño. Ni quería precipitarme, ni quería sufrir.

- Júlia.

- ¿Sí?

- Me importas, lo último que quiero es verte sufrir- Le miré.

- Gracias.

- No, en serio- Se giró, y yo hice lo mismo, estábamos cara a cara, lo suficientemente cerca como para ver, con la luz apagada, que tenía los ojos abiertos. - No quiero que sufras, eres especial- Yo sólo acaricié su mejilla, tampoco tenía demasiado que decir.

- Tú también lo eres- Me acerqué a él para besarle pero esta vez fue diferente. Yo me puse igual de nerviosa que siempre pero ese beso no era uno como los anteriores, fue un simple roce, un pequeño contacto pero que fue súper especial. Al abrir los ojos noté como una chispa incontrolable. Nunca había sentido algo así. Me quedé unos segundos hipnotizada contemplando sus admirables ojos, no me había quedado así antes con él ni con nadie, ni me había fijado tan detalladamente en sus preciosos ojos. Eric sonrió y entonces me di cuenta de como estaba. Carraspeé, poco más podia hacer, y volví a mi posición anterior.

- Buenas noches Júlia- Seguía sonriendo.

- Buenas noches, Eric- Dije aún con la respiración agitada. Si sentía eso con un sólo roce de nuestros labios, me podría volver loca dentro de un tiempo, quizás.

No me costó demasiado dormirme, simplemente cerrar los ojos.

A la mañana siguiente, ahí estaba Eric, con los ojos cerrados, parecía hasta bueno. Me reí flojo ante ese pensamiento mío, era difícil que fuera bueno, todo él era pura seducción y . Él, a los dos minutos de estar contemplándole se despertó y me miró.

- Hoy te veo preciosa, no se porqué, aunque siempre lo estás, pero hoy tienes un brillo especial.

- Gracias, supongo.

- A ti, supongo- Me sacó la lengua.

Se acercó un poco más a mí.

- ¿Qué quieres hacer esta mañana?

- Pues no...- Me interrumpió un móvil sonando, el de Eric:

- Hola Jorge. De acuerdo, seguro que acepta. A las 10 estaremos allí.

- Era Jorge- Me dijo. - Quiere que nos veamos los tres en tu cafetería a las 10- ¿Mi cafetería? Reía interiormente.

- Vale, pues nos tenemos que dar prisa, que no tenemos demasiado tiempo.

- ¡Es verdad!- Dijo mirando su reloj.

Nos vestimos volando y salimos de mi casa. Llegamos en unos diez minutos, y ahí estaba él, sentado, mirándonos:

- Hola chicos.

- Hola Jorge- Dije yo sentándome en una de las sillas de la mesa.

- ¿Qué pasa tío?- Saludó Jorge chocando sus puños. Le miré, odiaba cuando la gente se saludaba de esa manera.

- ¿Cuál és el problema?- Él hizo lo mismo que yo, mirarme.

- ¿Qué pasa, tío?- Dije imitándole hasta con los mismos gestos. Jorge río.

- Me cae muy bien- Dijo mirándome.

- Ya, pero está cogida, así que olvídate- Habló mi chico de ojos azules.

- Yo no estoy cogida, que yo sepa no tengo novio- Él me miró sorprendido, me di cuenta.

- Pero lo siento Jorge, estoy interesada en otro chico- Comenté lo obvio.

- ¿Quién és?- Preguntó Eric sonriendo, obviamente sabía que era él de sobras.

- No le conoces- Le guiñé el ojo.

- Oh... Pues que pena, me gustaría decirle un par de cosas, como por ejemplo, que me ha quitado a la chica que me gusta.

Nos quedamos mirando y sólo hacíamos que sonreir. Estaba claro que nos gustábamos, mucho, pero no éramos nada, era... Raro.

- ¡Hola!- Gritó Jorge. No me acordaba que estábamos en una cafetería, concretamente con Jorge.  - ¿Podeis parar de coquetear indirectamente? Me da grima-

Perdimos ese contacto visual y miramos al frente.

- Lo siento, por mi parte, ya te haremos más caso- Dijimos riendo Eric y yo.

- Gracias- Soltó en forma de suspiro mientras hacía un gesto exagerado con los brazos.

- Bueno, y contadme. Exactamente, ¿Qué sois?- Nos miramos serios. Es que no éramos nada.

- No somos nada- Contesté yo, cortante, era la realidad.

- Algo sí somos- Siguió él. - A ver, no somos novios, por ahora- ¡Pam! Al instante, ya había una pequeña sonrisa en mi rostro. - Pero algo somos. ¿Entiendes?

- No, pero mientras os entendáis vosotros...- En realidad, ni yo lo entendía, pero era feliz y estaba perfectamente bien con él- Además, ¿Cuánto tiempo hace que os conoceis? Como mucho un par de semanas...- Acabó de hablar.

No le iba a contar todos mis pensamientos y sentimientos sobre ese tema. Yo tenía claro que había sido algo muy rápido y quizá arriesgado, pero me daba igual.

- Nos conocemos de hace un par de semanas como mucho, sí.

- Interesante- Dijo él- ¿Pero no es demasiado precipitado todo?

- Cuando el amor llega, ¿A caso lo puedes controlar? Llega, te remueve por dentro y por fuera, te hace cambiar todos tus esquemas, te hace...No se... Sentir cosas diferentes, inexplicables- Me miraban sorprendidos, carraspeé. - Entonces, ¿Que más da el tiempo?- Acabé y me aplaudí mentalmente. ¿Lo que sentía realmente era amor? Por ahora no, supongo.

- En realidad, tienes razón Júlia- Contestó Jorge.

- Pues claro que la tengo- Aseguré.

- Bueno, voy a pedir algo para tomar, ¿Qúe quereis?

- Júlia un zumo de piña, yo uno de naranja- Contestó Eric y luego dirigió su mirada hacia a mí.

- ¿Has visto? Yo también conozco muchas cosas de tí que tú no me has contado- Dijo recordando una de las conversacionas que tuvimos uno o dos días antes.

- Eso es muy fácil de saber.

- Sé bastantes cosas de tí: Cuando mientes, siempre miras para otro lado, cuando me acerco mucho a tí- Se acercó peligrosamente de nuevo, mis nervios a flor de piel otra vez e intentaba controlar mi respiración- Instantáneamente se te acelera la respiración y te pones muy nerviosa, como lo estás ahora, no lo puedes evitar, por eso sé que te gusto tanto como tú me gustas a mí- Unió nuestras frentes. - Eres preciosa- Sólo pude sonreir, era demasiado para el cuerpo.

- Precioso todo, ahora separaos ya- Me senté bien pero sin dejar de mirarle, era muy especial. - Recuerda que esta noche es la carrera- Comentó Jorge.

- Sí, sí- Contestó Eric. - Lo tengo todo preparado.

Continuará...

Cualquiera sabe que lo de las carreras no es buena idea, que algo en algún momento va a pasar y en realidad, sí, es obvio, pero por ahora no. O quizás nunca pase nada, no se sabe todavía... Espero que os esté gustando. Votad y comentad <3 Gracias por leerla <3

Vete, pero quiero que te quedesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora