30. No me mates

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Corría y corría y cada vez el hombre estaba más cerca, empezaba a sentir miedo, pánico:

- Métete en el próximo establecimiento que veas- Habló Eric como pudo.

- No te dejo solo ni loco.

- Júlia, hazlo.

Le hice caso, entré en un bar y en seguida, el hombre pasó de largo rapidísimo, no era a mi a quien buscaba, por eso me dejó ir.

Punto de Vista de Eric

Menos mal que Júlia me había hecho caso. Le pasaba algo por mi culpa y me moría. Yo seguía corriendo y corriendo, cada vez el hombre estaba más cerca de mí, mi cuerpo ya no podía más, él parecía estar radiante, parecía que únicamente estaba dando un paseo. Intenté acelerar un poco más. Me metí por un callejón oscuro a ver si así podía salvarme de él, pero nada, me alcanzó y de un empujón me tiró al suelo, estaba acabado.

- Tú, niñato, ¿Sabes el dinero que me has hecho perder?- Hubo silencio mientras me miraba con asco. - Quiero el maldito dinero, ahora- Me pegó tal puñetazo que me empezó a salir sangre del labio. - Conmigo no se juega, y si juegas, siempre pierdes tú.- Esta vez me dio una patada en la boca del estómago. - ¿Me puedes pagar o te tengo que matar?- Hablaba de matar como si fuera algo tan normal... Quería matarme.

- Corro el Sábado, de ahí sacaré tu dinero- Mi voz salía quebrada.

- Ya no me interesa, por hacerme perder tanto dinero debes morir, así otro día lo hubieses pensado antes.

- No, por favor, por favor. No me mates- Parecía que estaba pensando un poco, quizás se estaba planteando dejarme vivir.

- En realidad, es más placentero verte arrastrarte como si fueras una rata- Me dio otro golpe en la cara. Pronto perdería el conocimiento si seguía pegándome. - Me darás hasta el último céntimo, te lo aviso, de esta no te libras. Ya sé dónde encontrarte- Me dio varias patadas más, mi cuerpo ya no podía más. - Ni llames a la polícia ni vayas al hospital, porque te preguntarán quien te hizo eso y si cuentas algo, te mato y te juro que lo hago, ¿Te enteras?- Asentí débilmente. - Hasta pronto, Eric- Me pegó el último puñetazo con toda su fuerza, me dejó totalmente destrozado allí, inconsciente, en el suelo, y además, nadie podía encontrarme, este lugar estaba bastante alejado.

Punto de vista de Júlia

Cuando pasó un poco de tiempo salí y lo primero que hice fue llamar a Eric, marqué su teléfono 7 veces, y las 7 veces me saltó el contestador de voz. Me estaba preocupando mucho, y esta vez con razón. Caminaba y caminaba por las calles siguiendo una ruta rectilínea pensando siempre la zona por dónde sería más fácil huir hasta que llegué a un punto dónde había tres caminos: recto, una calle normal, a la derecha, otra calle igual y a la izquierda un callejón muy oscuro. Pensé un tiempo, si tuviera que esconderme, me escondería en un callejón tan largo como este. Me metí para adentro, siempre teniendo encendida la linterna del móvil.

No tuve que caminar demasiado para adentro, encontré el cuerpo de Eric inconsciente o inerte en el suelo. Me acerqué muy asustada a él y antes de nada, revisé sus constantes vitales: si respiraba y si le latía el corazón. Las dos cosas iban bien, estaba vivo. La respiración la tenía un poco pesada, pero respiraba. Que alegría que estuviera bien dentro de lo que cabía. En ese momento me quedé totalmente bloqueada, no sabía que hacer y me limité a darle golpes en la cara:

- Eric, Eric, despierta- Nada, no hubo respuesta. - Eric, por favor- Le acerqué a mi cuerpo y no pude evitar llorar. Verle así me quebraba el alma. Tenía rasguños y moratones por toda la cara y brazos.

Cogí su cara y le acerqué a la mía, necesitaba sentirle.

- Júlia, te quiero- Dijo con la voz totalmente debilitada. Le abracé muy fuerte y empezó a toser.

- Perdona- Sequé mis lágrimas y cogí mi móvil.

- Voy a llamar a una ambulancia, te pondrás bien.

- No puedes hacer eso, dijo que si llamaba a la policía o iba a algún hospital, me mataba.

- ¡No puedes estar así! Te ha hecho heridas muy graves Eric, hay que ir al hospital.

- Eso significa que quieres que me mate, entonces- Le miré, debía ser una pesadilla de la cual quería despertar ya.

- Ni mucho menos quiero eso. Te curaré las heridas en mi casa.

- No puedo prácticamente ni moverme.

- Llamaré a Jorge.

Cogí mi teléfono y busqué en la agenda "Jorge", le di a llamar rapídisimo, estaba tan nerviosa que no acertaba a darle a la maldita tecla:

- Hola ¿Jorge?

- Júlia, ¿Todo bien?

- No, han pegado a Eric y hace nada estaba inconsciente, no se puede mover del suelo, ayúdame.

- ¿Donde estáis?

- En un callejón muy largo muy oscuro

- Ya se cual es, cerca de tu casa sólo hay un callejón de ese tipo, voy volando para allí con mi coche.

Tuve que esperar sólo 8 minutos a que llegara Jorge, cogió a Eric y nos acercamos a su coche. Me subí yo primera y después tumbó a Eric poniendo su cabeza encima de mis piernas, estaba tan indefenso... Tenía mal aspecto y aún así estaba tan guapo como siempre.

- Deja de mirarme, que al final vas a hacer que me ponga más rojo de lo que me ha dejado- No pude reír, sólo miré como él si lo hacía. Le quería, mucho.

- No sabes el susto que me he llevado... Ya me imaginaba lo peor.

- En todo momento pensaba en ti, en lo importante que eras y eso me mantenía más despierto, más... Vivo- Instintivamente cerré los ojos ante esas palabras tan bonitas. Nunca nadie me había dicho eso y de ese modo tan sincero.

Llegamos en un momento y Jorge volvió a coger a Eric, lo llevó hasta el lavabo y ahí estábamos los tres:

- ¿Le curarás tú las heridas?

- Por supuesto.

- ¿Y por qué no vamos al hospital?

- Eso íbamos a hacer pero el hombre que le pegó le dijo que si llamaba a la policía o iba al hospital le mataba.

- ¿Qué hombre Eric?

- Mike- Dijo en un susurro. Jorge tragó saliva.

- ¿Quién es Mike?- Pregunté.

- Es un miembro de una banda rara.

- ¿Como le conoce?- Ahora hablaba con Jorge.

- Una vez Mike, después de ver a Eric correr en varias carreras y ver su éxito, apostó miles de euros por él. Si Eric ganaba, se llevaba más del triple, si Eric perdía, perdía todo el dinero, y justo ese día, quedó segundo.

- ¿Ves como era peligroso?- Dije alterada.

- Ya Júlia, ya.- Gruñó Jorge. - Bueno, yo ya me voy. Hasta pronto, cuídate Eric.

Y se fue, dejándonos solos. Tenía bastante trabajo con las heridas y los golpes, pobrecito, debía de dolerle muchísimo.

Continuará...

Las carreras no iban a traer nada bueno... Ya se sabía, pobre Eric. Comentad y votad. Me encantaría que votarais <3 Gracias de nuevo. Sois geniales. <3

Vete, pero quiero que te quedesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora