4. ¿Qué haces aquí?

498 19 1
                                    

Estuve todo lo que quedaba de día y por la noche en el hospital y como no, Jorge en todo momento se quedó conmigo haciéndome compañía. Es un gran amigo.

A la mañana siguiente me dieron el alta y pude volver a mi querida casa. Al llegar, nos sentamos en el sofá:

- Jorge, esta noche hay carrera. Vienes, ¿verdad?

- ¿Qué te ha dicho el médico? Que hagas reposo Eric.

- Sabes de sobras que me da completamente igual lo que haya dicho el médico, llevo un año cabizbajo lamentándome por todo lo que había pasado y ya se acabó, en la mañana de ayer se acabó.

- Bueno... Pero lo de fumar si que ni se te ocurra.

- Jorge, si me sale de las pelotas voy a fumar. Voy a hacer lo que me de la gana. Voy a vivir a tope, y voy a recuperar el año que he perdido.

- No te puedes quejar tampoco eh... Que te has traído un montón de chicas a tu casa y... No veas.

- Pero seguía sin ser feliz. A partir de ahora voy a hacer lo que me hace realmente feliz, que es correr. Voy a dejar ya las chicas de lado que ya he tenido bastante.

- Eric, cuidado.

- Jorge, ya me da igual todo.

- Te vas a estrellar.

- Pues oye... Quizá cuando me estrelle la gente empezará a valorar lo que era.

- No digas gilip*lleces.

- ¿Entonces esta noche vienes o no?- Pregunté ignorando su último comentario

- Antes de aceptar, me gustaría volver a decirte que sería mejor que no fueras.

- Y antes de que aceptes, me gustaría recordarte de nuevo que correré

- Tenía que intentarlo. Claro que te acompaño.

Punto de Vista de Júlia

- ¿Te apetece que salgamos esta noche?- Preguntó Diego.

- Claro, ¿Qué propones?

- No sé...- Se acercó a mí y rodeó mi cintura con sus brazos. - Perdernos por donde sea. Buscar un sitio íntimo por allí...- Me dio un pico. - Y quizá pasar un buen rato.- Me guiñó un ojo.

- ¡Eres un pervertido!- Reí.

- Yo no he dicho nada. Te lo has imaginado todo tú solita...

- Vale- Volví a reír. - Pero ahora, voy a la biblioteca a buscar algún libro, ¿Vienes o te quedas?

- Me quedo, no me apetece ir.

- Vale, pues en una hora como mucho estoy aquí.

Salí de casa y fui camino a la biblioteca ¿Habría cambiado mucho esa zona? ¿Seguiría allí? Continuaba andando hasta que llegué a un cruce, mejor dicho, al cruce. Ese cruce donde Eric y yo nos vimos por primera vez. Las imágenes venían solas a mi cabeza. Sonreí al recordar cuando casi me atropella, cuando le llamé loco y después se rió de mi por eso... Pero mi sonrisa se desvaneció simplemente por el hecho de volver a la realidad. Eso ya era pasado. Un coche pitó y me hizo salir de ese trance en el que estaba, me hizo un gesto con la mano señalando que pasara y pedí disculpas por quedarme ahí, parada.

Llegué a los pocos minutos y me di cuenta de que todo seguía exactamente igual. Entré para dentro y fui directamente a la sección de libros románticos: Planta 3, pasillo 5. Escogí dos y me los llevé.

Vete, pero quiero que te quedesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora