Volví a la cama y me quedé dormida al instante.
A la mañana siguiente, me desperté antes que Eric y fui a la cocina a desayunar algo. Estaba hambrienta.
Sinceramente estaba muy asustada, no sabía que pasaría conmigo, pero tenía claro que sucediera lo que sucediera; esto, esta situación debía acabar. Así que, en cierto modo, no me importaba excesivamente lo que pasara esta noche. Peor era vivir con miedo a causa de personas sin escrúpulos que lo único que sabían hacer era arruinarte la vida.
Fui al armario y cogí la bolsa de las madalenas.
-Buenos días, Júlia -puso sus manos en mi cintura justo cuando estas tres palabras salieron escopeteadas de su boca llevándome prácticamente al paro cardíaco. Pegué un grito debido al susto y la bolsa de las madalenas se precipitó al suelo.
-Lo siento, no quería asustarte, cariño.
-No importa -me relajé inspirando y expirando el aire lentamente.
-¿Estás bien? -preguntó preocupado. "¿Bien? Oh... Pues claro. Sólo he quedado con esta noche con un hombre que lleva intentando matarme durante un buen periodo de tiempo sólo para intentar hablar las cosas e intentar que nos deje en paz de una vez"
-Sí. Estoy bien -sonreí intentando aparentar serenidad y seguridad en mis palabras.
-¿Qué te apetece hacer hoy? -preguntó antes de darme la vuelta suavemente y posar sus manos en mi baja espalda.
-Lo que quieras.
-Podemos hacer tantas cosas...
Apoyó su cabeza en mi hombro e inhaló para después exhalar una gran cantidad de aire muy cerca de mi cuello erizando todas las partes de mi cuerpo.
-Quiero que aprovechemos el día al máximo, Eric.
-Me parece genial. Hoy, tú decides lo que vamos a hacer. Todo lo que tú quieras.
Sonreí.
-Primero, a desayunar.
Recogí las madalenas del suelo. Puse la bolsa encima de la mesa junto el cartón de zumo.
Cogimos asiento en la mesa y empezamos a comer.
En 20 minutos habíamos acabado y ya estábamos preparados para salir de casa.
Justo en ese momento, llamaron al teléfono de Eric. No pudimos evitar tensarnos, podría ser otro de los estúpidos seguidores de Harry intentando tocar las narices. Al ver en la pantalla el nombre de un amigo de Eric todo nuestro cuerpo se relajó.
-¿Sí? ¿Qué? ¿Ahora? ¿No puede ser otro día? -un pesado suspiro salió de entre sus labios-. Vale, vale, voy.
-Era un amigo mío. Necesita la moto para esta noche y no sabe como arreglarla. ¿No te importa que dejemos esto para mañana?
-Claro, mañana. No importa -sonreí falsamente. Pareció funcionar.
-Mañana disfrutaremos el doble -me guiñó un ojo y, antes de alejarse, me dio un dulce beso.
-Te amo, Júlia.
-Sabes que yo a ti también, cariño.
Se alejó por la calle hasta llegar a su coche. Se subió a él y antes de arrancar me mandó un beso imaginario.
Entré en casa de nuevo y cerré la puerta de un portazo. Tenía claro que no iba a estropear el día de hoy, que no sabía si sería el último de mi aburrida vida, estando sola.
Así que llamé a mi querido Jorge. Marqué su número y al tercer pitido me cogió el teléfono:
-Hola Jorge.
-¡Júlia! ¿Cómo estás?
-No estoy mal. ¿Podrías venir a hablar?
-¿Y Eric?
-Ha tenido que irse. Ven, por favor.
-Voy volando. En unos minutos estoy ahí.
No tuve que esperar más de 25 minutos a que llegara. El timbre sonó. Al abrir la puerta vi a un Jorge muy preocupado.
-¿Júlia? ¿Todo está bien?
-Pasa, siéntate -nos dirigimos al sofá y allí tomamos asiento.
-Cuéntame.
Suspiré antes de contárselo todo.
-Esta noche he quedado con Harry en el puente.
-¿Qué? ¿Estás loca? Dime que es una broma.
-Nunca bromearía con esto, Jorge. Pero es que no nos dejan en paz. Esto es un martirio. Así no se puede vivir en paz. Voy a intentar hablar con él.
-¡Es Harry, Júlia! ¡Él no razona con nadie!
-Voy a intentarlo. Te he citado aquí porque oye, hay que barajar todas las posibilidades y... Puede matarme. Quería despedirme de ti.
-No voy a permitirte que vayas, no voy a permitir que te mate, no.
-Es mi decisión, debes respetarla -rió irónico.
-Júlia, ¿qué has desayunado? No es normal lo que estás diciendo. Estás completamente loca. Es que es como si quisieras que te mataran, sabes que Harry no va a hablar contigo. Lleva detrás de ti para destrozar a Eric tanto tiempo... Es vuestro final si vas.
-No te engañes Jorge, al final nos acabaría encontrando y acabaríamos en el hoyo igual.
- ¡¿Tú te estás escuchando?!
-Mira, he quedado con Harry a las tres de la mañana. Cuando Eric esté durmiendo iré al puente. Allí pueden pasar tres cosas: Que me mate, que hablemos o que me obligue a irme con él.
-Mira Júlia, yo te quiero muchísimo. Y como buen amigo que soy tuyo te obligo a que te quedes.
-Voy a ir. Sólo te he llamado para no sé, estar contigo hoy. No sé que puede pasar esta noche.
Suspiró pesadamente mientras negaba con la cabeza. Hubo largos segundos de silencio.
-¿Tienes miedo Júlia? -esa pregunta me pilló desapercibida y, a su vez, activó algo en mí. Mis ojos se llenaron de lágrimas y mis ganas de llorar fueron incontrolables.
-Miedo es poco, Jorge -se acercó y me abrazó confortablemente.
-Ya no te voy a suplicar más que no vayas porque, al fin y al cabo, vas a hacer lo que tú quieras. Pero, por favor, por favor, piénsalo muy bien antes de hacer algo de lo que te puedas arrepentir ¿Vale? Prométeme que lo pensaras Júlia.
-Lo pensaré, lo prometo.
Sonrió y volvió a estrujarme entre sus brazos.
Continuará...
INCREÍBLE PERO CIERTO... ¡HE VUELTO! <3 Y ha sido gracias a vosotros. Había perdido la ilusión en esta historia ya que en los últimos capítulos los votos bajaron muchísimo y junto a ello los comentarios. Me desanimé un poco. Pero gracias a los nuevos votos (casi 200), el aumento de lecturas (unas 4.000), y el interés porque siga la historia (vía comentarios y mensajes privados) me habéis devuelto la ilusión a esta historia. GRACIAS, DE VERDAD <3 Sois geniales, queridos lectores.
¿Qué pasará con Júlia? ¿Qué pasará con ellos?
Gracias por leerla <3 Votad y comentad que os parece, me gustaría tanto... Gracias <3
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Vete, pero quiero que te quedes
Teen FictionQue cosa tan complicada el amor, y para ellos no iba a ser menos. Júlia y Eric se amarán. Pero, como en toda relación, hay ciertos obstáculos y ciertas dudas. El pasado, en el pasado se queda. Pero, ¿Y si vuelve? ¿Y si encima vuelve para estropearl...