Vete, pero quiero que te quedes

20. ¿Lo sientes?

Me quedé dormida, no podía creerlo, tenía 3 llamadas perdidas de Eric y el timbre no paraba de sonar, fui a la puerta volando para abrir:

- Júlia, ¿Te has dormido?

- Exactamente, me he dormido.

- Pues vuela, tengo preparada una gran sorpresa.

- Voy, voy.

Fui a mi habitación, me arreglé un poco el cabello y bajé corriendo.

- Ya estoy lista, vámonos.

Nos subimos a su moto y fuimos dirección a una montaña que estaba relativamente cerca, qué raro. Estuvimos 30 minutos en carretera hasta que llegamos a un precioso mirador que estaba en lo más alto, no había nadie y tampoco había ni un ruido:

- Wow, es precioso.

- ¿A que sí? Muchas veces vengo cuando estoy deprimido, o triste, o simplemente agobiado. Estando aquí me relajo, este sitio transmite paz, serenidad.

- Un gran sitio.

- Espera, he traído algo de cenar, vuelvo enseguida.

Se acercó de nuevo a la moto y sacó de la caja de atrás una cesta de esas para picnic y un bonito mantel. Lo colocó en el suelo con la cesta en medio, se sentó y dio golpecitos en el mantel diciéndome con ese gesto que me sentara:

- Agradezco que hayas hecho todo esto.

- No es nada Júlia, sería capaz de hacer muchas cosas por ti.

- Ya...- Dije mirando para otro lado.

- Júlia, me gustaría muchas veces poder saber que es lo que piensas, de verdad. ¿Qué te ocurre?

- Que me has mentido con la tontería del tabaco, ¿Cómo sé que no me engañas con esto? ¿Con lo que sientes?

Se acercó a mí y me besó, la verdad es que no me esperaba para nada esa reacción, o sea, me podía esperar cualquier tipo de respuesta, pero no un beso de su parte. Yo, obviamente le seguí el beso, un beso muy dulce, que demostraba muchas cosas. Cuando nos separamos, me miró profundamente a los ojos, cogió mi mano y la colocó encima de su pecho.

- ¿Lo sientes?- Asentí. El corazón le iba a mil por hora, súper deprisa. - Sólo late de esta manera cuando estoy cerca de ti. Un simple roce tuyo ya me hace acelerar de este modo. ¿De verdad tienes algún tipo de duda sobre lo que siento por ti?- Sólo sonreí como tonta.

En ese momento no respondí nada. Yo de verdad le gustaba, de verdad sentía algo por mí, de eso no me cabía la menor duda después de todo esto. Me sentía plenamente feliz porque yo no tenía ninguna duda sobre lo que yo sentía, Eric me gustaba de verdad, y cada día me gustaba más. Era mutuo lo que sentíamos.

- No, no tengo ninguna duda- Dije sacando la mano de su pecho.

- Estoy empezando a sentir algo muy especial hacia ti- Le miré atentamente. - No hay nada mejor que ver tu sonrisa, que verte a ti. Verte me alegra el día.

- Yo siento lo mismo, ¿Y no te asusta? Nos conocemos de hace sólo un par de semanas.

- Eso lo hace más especial todavía Júlia- Dijo uniendo nuestras frentes, él acariciando mi mejilla, yo su brazo.

No nos queríamos separar ninguno de ese bonito momento, de esa bonita situación. Nos quedamos así largos minutos, únicamente escuchando nuestras respiraciones, mirándonos, sonriéndonos.