11. ¿Carreras ilegales?

793 21 0
                                    

Tenía claro que esta tarde iba a llevar a Eric a la biblioteca. Él me hizo ir a una discoteca, y yo nunca había entrado ninguna. La verdad es que si no hubiese sido por él, no hubiera disfrutado nada y me hubiese aburrido bastante. Ni me gusta bailar, ni me gusta el volumen de la música a tope, ni me gustan los lugares así en general.

No sabía como pero me quedé dormida, quizá por el hecho de haber dormido sólo un par o tres de horas. Cuando me desperté, Eric me estaba acariciando el pelo.

- Mmm... Me encanta que me acaricien el pelo- Dije desperezándome.

- ¿Y a quien no?- Entonces volví a la realidad.

- ¿Qué hora es?- Pregunté saltando del sofá

- Son las 18, pero no hay prisa.

- Si que la hay, corre.

- Vale, vamos- Comentó.

Él salió primero y se fue directo a su moto:

- No seas vago, vamos andando.

- ¿Andando?

- Sí, andando, muévete- Dije mientras me alcanzaba. Empezamos a andar y justo cuando estuvimos delante del cruce dónde casi me atropella le miré y él, instintivamente, me miró.

- Aquí es donde casi me atropellas.

- Jolín, ¿Cuántas veces te tendré que pedir disculpas?

- Esto no lo podré olvidar por tres razones: porque normalmente no están a punto de atropellarme, porque así nos conocimos, y porque me llevé el susto de mi vida.

- Ajá, entiendo. Pues entonces ¿Qué bien no?. Ojalá hubiese pasado antes.

- Idiota- Murmuré.

Cuando quedaba muy poco para llegar le tapé los ojos:

- Es una sorpresa no puedes mirar a dónde te llevo.

- Vale, vale- Dijo él cogiéndose fuerte a mí.

Entramos en la biblioteca, y avanzamos un poco para adentro hasta conseguir estar en un lugar más en medio para que no pudiera escapar fácilmente, le destapé los ojos y tenía una sonrisa, pero a medida que iba observando el ambiente su sonrisa iba decreciendo.

 - Dime que es una broma- Dijo hablando normal, pero eso en una biblioteca era un sonido  fuerte así que un hombre le chistó para que se callará. Yo reí bajito ante esta escena.

- No, no lo es. Tú me llevas a una discoteca yo te traigo a una biblioteca.

- Pues que concepto tienes tú de divertirte más... Divertido.

- Cállate y ponte a leer un libro.

- ¿Yo? ¿Leer?- Hablábamos susurrando todo el rato.

- Sí, tú, leer. Yo me voy a acabar un libro de amor precioso, tengo unas ganas de ver que pasa...

- ¿De qué trata su historia?

- Léetelo.

- Repito: ¿Yo? ¿Leer?

- Sí, pesado.

- Vale, guapa- Dijo sacándome la lengua. Nos sentamos en una mesa y me fijé que él cogió un libro de motos, la verdad no me sorprendió. A los 20 minutos, vi que llevaba leído un buen montón de hojas.

- ¿De qué va tu libro?

- Léetelo- Dijo imitando mi voz. Estaba utilizando mis palabras en mi contra.

Vete, pero quiero que te quedesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora