-¿Qué?- intentó separarse de mí, podía notar nerviosismo en su voz, pero vamos, no es como que yo estuviera muy tranquilo, ni siquiera podía pensar claramente en lo que estaba ocurriendo, eran demasiadas emociones en muy poco tiempo- ...Aki...yo no tengo hermanos...-su sonrisa nerviosa me confirmó que en verdad no tenía idea, pero lo sabía, estaba seguro.
-Ahora lo entiendo todo, las cartas, las notas, el por qué él se fue; su hermano, eres tu- suspiré- enserio no puede ser, después de tanto tiempo ambos terminaron en mis brazos, es demasiado improbable, hay todo un mundo entre nosotros pero es...eres tú, tu eres él...-me dolía la cabeza, eran demasiadas cosas en las que pensar.
-¿Estás bien?...-me parecía que realmente estaba preocupado pero era poco consiente de todo lo que pasaba fuera de mi cabeza, sentí su toqué en mi frente y pequeñas caricias que recorrían mi cabello.
-Sí, es solo que no lo puedo creer- sentí que la lengua me pesaba antes de que todo fuera borroso y finalmente se volviera negro.
Poco a poco empezó a haber una tenue iluminación de medio día, miré por la ventana y me pregunté desde cuándo tenía una ventana en la celda, no importaba realmente, me sentía extrañamente relajado tendido en esa mullida cama que me abrazaba suavemente con sus mantas y almohadones y siendo rodeado por ese olor tan familiar, un olor que me llevaba de vuelta a la habitación que había compartido con Alva una vez; al recordarlo entendí todo y me levanté de un salto quedando sentado en la cama.
-Tranquilo, no hay nada de lo que debas preocuparte.- esa voz y esa risa.
-Alva...-llevé mi vista hasta el chico recargado en la puerta- Alva...-mi voz se quebró por la emoción y el dolor que se mezclaban ante esa imagen.
-¿Qué tienes?, parece que hubieras visto un fantasma- sonrió divertido.
-Pero tú...yo...esto...creí que...
-Cálmate, me temo que no me quedaré demasiado- bajo la mirada- pero necesito decirte algunas cosas.
-E...eres...- mis ojos picaban y podía sentir lágrimas listas para ser desbordadas.
-Enserio tienes que calmar...-no lo dejé terminar levantándome y saltando a él para rodearlo con mis brazos y atraerlo a mi lado, seguía igual, el mismo chico delgado, pálido y jodidamente hermoso que me había puesto las peores palizas de mi vida y también me había dado las mayores alegrías.
-No tienes idea de cuánto te he extrañado- mi voz salía en susurros que acariciaban la piel de su cuello, inhalé su aroma llenándome con él y la calidez que solo sus brazos me producían al rodearme llegó.
-Lo sé Aki...
-No tienes ni idea- me separé de él y lo miré con reproche- lo único que me quedaba de ti era esa última imagen, ni una vez te presentaste para calmar mi dolor hasta ahora, aún duele pensar en ti y te encuentro en todo, baka.
-Lo lamento mucho, sé por todo lo que pasaste, pero nunca dejé de cuidarte, ni a ti ni a Yalek.
-¿Es tu hermano?- necesitaba que me lo confirmara, quería estar seguro.
-Si...-suspiró y me levantó el mentón para que lo mirara a los ojos- cambiaste, ahora luces mayor que yo, ya no eres el pequeño niño que me salvó en aquel callejón- sonrió y pude notar la nostalgia en su mirada, comenzó a caminar hacia la cama jalándome con él, yo lo seguí y una vez en ella nos recostamos y me rodeó con su brazo, me acomodé en su pecho y pude volver a sentir las lágrimas ardiendo como fuego en mis ojos.
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Los Recuerdos Duelen [BL]
Teen FictionDos chicos entraron a mi vida, demasiado parecidos para ser cierto, sobre todo porque yo vi morir a uno de ellos... "No puede ser, después de tanto tiempo, ambos terminaron en mis brazos; las posibilidades son muy pocas, hay un mundo entre nosotros...