~¿Quién será mejor?~

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[Nota de Autora:
Capítulo con intento de lemon,
no me hago responsable de ningún
tipo de daño a la salud que pueda
producirse por leer esto.
Si así lo prefieres puedes saltar al próximo capítulo.]

   ─Regresaste- me encontraba otra vez recostado en esa mullida cama, rodeado por el suave cobertor y el brazo del que había sido mi pareja en vida.

─Más rápido de lo que me imaginé.

   ─Sabes- rozó mi piel con la yema de sus dedos─ hace años que quiero estar contigo como estábamos cuando apenas eras un niño.

─No sé de qué hablas- me hice el desentendido relajándome con las caricias que propinaba sobre mi piel.

   ─Ah, ¿no lo sabes?- sus besos se hicieron presentes en mi nuca, erizando mi piel ahí dónde tocaba y todo alrededor; su tacto era frío pero me llenaba de calor─ ¿Aún no lo recuerdas?, debo refrescarte la memoria.

Su manó fría comenzó a pasear por la piel de mi torso, por debajo de mi camisa, bordeando las cicatrices que él mismo me había hecho tiempo atrás, esas marcas que había conseguido a su lado y que consideraba algo así como un tesoro.

Seguía con sus besos por mi cuello y sus manos en mi torso, estaba tan concentrado disfrutando de su frío tacto que no me di cuenta de en qué momento mi camisa junto con mi pantalón habían desaparecido de mi cuerpo terminando en no sé dónde; lo extrañaba en esa forma, cuando era posesivo y exigente conmigo, cuando me tomaba fuertemente sin darme escapatoria. Pocas veces estuvimos así, pocas veces logró someterme a sus deseos. Estaba de acuerdo con él, lo había extrañado más de lo que me gustaría admitir, sólo si era él.

Al sentir sus manos recorrer mis piernas que habían quedado descubiertas también comencé a preguntarme si el hermano menor sería tan bueno como Alva en dar eso que solo yo le había dado a él.

Sentí la ausencia de esos toques que me estaban haciendo delirar y abrí los ojos encontrándome con que Alva me miraba desde arriba con gesto divertido, su sonrisa era amplia.

─¿Por qué te detienes?- espeté un poco confundido.

   ─Porque no creo que esto esté bien- lucía un poco decaído─ En verdad no quiero hacerle eso a Yalek.

─No pienses ahora- grité en reclamo por la repentina falta de atención─ sólo hazlo, tómame Alva.

No lo dejé pensar más besándolo de forma necesitada y fuerte, quería sentirlo, deseaba sentirlo y ese deseo me impulsaba a olvidarme de todo lo demás, pude notar que él también caía en ese agujero de placer que el roce de nuestras pieles generaba.

Ninguno de los dos era capaz de detenerse ya, las sensaciones eran demasiado intensas, su frialdad contra mi calor era una combinación demasiado buena para ser real. Sus manos, su boca, sus toques rudos y sin tacto. Estaba enloqueciendo, pero todo eso se vio reducido a nada cuando sentía su miembro profanar mi entrada, esa donde hacía años que no había entrado nada; el dolor me llevó al límite, sentí la habitación dar vueltas y el placer inundándome.

Sus envestidas eran duras, sin cuidados y sin compasión, a ambos nos gustaba rudo y era exactamente lo que hacíamos.

Me sentía volar, estaba cerca, no lo resistiría demasiado, o eso pensaba hasta que un destello se coló por mis parpados cegándome momentáneamente y un sabor asqueroso llenó mi boca provocándome unas horribles nauseas.

─¿Pero qué mierda?- me levanté de golpe chocando con algo duro.

     ─Aki...¿estás bien?...- esa vocecita me trajo de vuelta a la realidad, estaba de nuevo en la celda, herido y Yalek me miraba preocupado.

─Qué asco- me sobé el golpe mientras trataba de quitar el asqueroso sabor de mi boca, no había probado nada igual y era horrible.

     ─Lo sé...lo siento...necesitas alimento y eso es lo único que me dan...-lo miré, claro, me había dado de la papilla vomitiva que le daban como alimento; no sabía si sentirme enternecido y agradecido o vomitar esa cosa, realmente me preguntaba cómo es que podía ingerir eso sin devolverlo, o peor aún, ¿cuánto tiempo llevaba comiéndolo para haberse acostumbrado?

─Yalek- suspiré dejando de lado el horrible sabor con una sonrisa pícara, tal vez lo que sucediera con Alva no fuera real, pero las ganas no me las quitaba nadie y también me seguía preguntando como sería Yalek en la otra posición.

     ─¿Qué...qué pasa Aki?

─Ven aquí.

     ─Eh...s...sí...- se hincó al lado de la cama recargando su cabeza en mi pecho, era muy tierno y lindo pero eso no era lo que quería en ese preciso momento.

─Mírame a los ojos por favor- de cualquier manera la escena me dio ternura provocando que sonriera.

     ─Querrás decir al ojo Aki...-me miró devolviéndome una sonrisa hermosa.

─Calla y bésame- abrió los ojos de sobre manera y se inclinó dejando un pequeño beso, apenas un roce en la comisura de mi boca─ sigo esperando mi beso y no lo recibo todavía-. Canté incitándolo a darme un beso, no podía dejar de pensar en lo tierno que se veía al depositar un segundo beso sobre mis labios sonrojándose inmediatamente, se separó tapándose la cara, coloqué un dedo en su mandíbula obligándolo a alzar el rostro pero se negó a retirar sus manos─ Yalek.

     ─¿Si Aki?...

─¿Te puedo pedir un favor?

     ─C...claro Aki...

─Hazme tuyo.

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Hola...

Ya sé...tarde...otra vez...lo siento...

Si les gustó el capítulo pueden compartirlo con sus amiguit@s...y si no...pueden compartirlo con sus no amiguit@s y a tomar por saco...

Nos leemos luego...

Los Recuerdos Duelen [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora