~Preocupación~

15 5 0
                                    


    -Wey, creo que ya fue suficiente- el moreno estiro su mano intentando agarrar la botella que tenía en la mano.

-Tu déjame- gruñí alejando la botella de su agarre- fue tu idea y ahora te chingas.

    -Creí que querías hablar de algo cabrón- se cruzó de brazos y miró a una esquina vacía de la habitación.

-Pues ya no quiero, no vengas a cagarme la fiesta, estoy muy bien en este momento como para empezar a preocuparme porque no lo maten.

    -¿Se lo llevaron de nuevo?- asentí bajando la mirada, estúpido Carlos había logrado bajarme el ánimo- ¿y lo permitiste?

-¿Y tú crees que tengo opción?- grité furioso, a lo que mi amigo solo empezó a reír.- ¿qué es lo que te parece tan gracioso mamón?

    -Mírate nada más cabrón-siguió riendo- tú, el gran Akihiko, sufriendo por un escuincle que acaba de conocer.

-Déjate me estupideces.- estaba molesto por la razón más torpe que podría haber tenido, mi mejor amigo tenía razón y no entendía por qué.

    -Niégalo cuanto quieras, sabes que tengo razón y lo peor es que por negártelo a ti mismo dejas que le hagan no sé qué pasando por encima de ti sin siquiera mover un dedo.-golpe bajo, me dolió, pero mis sentidos estaban demasiado nublados en ese momento como para razonar sus palabras al cien.

-Vete a la mierda Hernández, tú y tu razonamiento moral- volví a gritar, mi amigo iba a responder pero un sollozo ahogado nos detuvo a los dos, inmediatamente pensé en Yalek y mi preocupación regreso, busqué la fuente del sonido esperando ver al pequeño castaño pero en su lugar me encontré a un pelirrojo que era abrazado por mi mejor amigo que trataba de calmarlo.

    -Sal de aquí Aki- me miró molesto- si no vas a escucharme vete.

Sin más salí de su celda y caminé un poco desorientado hasta que logré llegar a la mía, seguía vacía y no tenía ni idea de cuánto tiempo había pasado desde que se lo habían llevado, me sentía muy tonto, había peleado con mi mejor amigo y todo porque no era capaz de defender a alguien que me importaba, nunca lo había sido, todos a mi alrededor sufrían y era todo culpa mía.

Aneko y Alva habían muerto por mi culpa y Yalek seguramente estuviera sufriendo, ¿y qué hacía yo?, quedarme de brazos cruzados sin hacer nada; me sentía totalmente inútil e impotente, ni siquiera sabía a dónde se lo llevaban o qué le hacían, dudaba mucho que mi "padre" fuera el que le propinaba las golpizas pero todos los guardias se negarían a hacerlo apenas saber que el chico era Mío, a menos que...; algo en mi cabeza hizo clic y la imagen del guardia que siempre lo acompañaba vino a mi mente, no lo conocía y no sabía su nombre, además del hecho de que habían muchos hombres desconocidos, guardias y cuidadores que no había visto nunca se paseaban por los pasillos.

-¡Mierda!

Grite, golpeándome mentalmente por no haberlo notado antes, seguramente estaría en no sé que lugar y le estarían haciendo no sé qué cosa, cerré los ojos, caminando de un lado a otro de mi celda, desesperado y ansioso por poder ver nuevamente a Yalek. Tropecé, cayendo de cara al suelo, haciendo que un poco de sangre saliera de mi nariz manchando el piso con pequeñas gotas carmesí, una descarga eléctrica recorrió mi cuerpo yendo a parar directo a mi miembro produciendo un ligero cosquilleo, limpié la sangre con mi dedo introduciéndolo a mi boca para limpiar el líquido rojizo con la misma, negué con la cabeza sacando el dedo de mi boca.

-Ay Yalek, ¿dónde estás?

Me levanté y fui a acostarme en la cama que había compartido con él desde el día que lo arrojaron dentro de mi celda, levanté las mantas, su olor mezclado con el mío, el olor del momento que habíamos compartido la noche anterior todo inundaba mis sentidos que cada vez estaban más despejados, me giré recogiendo del piso la ropa que le había prestado a Yalek, las tiré sobre la cama para luego acostarme de nuevo y cubrirme completamente con las sabanas dejando que su esencia me hiciera pensar que lo tenía a mi lado, que nada malo pasaría; en verdad quería creerlo, que por una vez en la vida las cosas podrían ir bien para los dos, y con las imágenes de sus ojos que me miraban con muchas cosas, cada una mejor que la anterior, me quedé dormido.

Los Recuerdos Duelen [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora