Los Recuerdos Duelen [BL]

~Tan bueno como el pan~

     ― Nunca tuve muchas opciones realmente- pronto mi alegría inicial fue cambiada por una extraña sensación de que lo estaba obligando de alguna manera, no podía sacarme de la cabeza la forma en que lo había tratado las primeras veces a pesar de que era lo mismo que siempre hacía cuando alguien me gustaba, no era diferente, de todas formas las cosas habían cambiado y no planeaba dejar ir a mi ratoncito.

― Pero yo pregunto si las hubieras tenido- la duda me mataba, quería que fuera feliz conmigo costase lo que costase.

     ― No puedo saberlo supongo...

― Eres un poco ¿lógico?- dije dudando un poco de su respuesta, no me parecía que fuera una pregunta tan complicada y tampoco tenía demasiadas ganas de entrar en una charla filosófica sobre la toma de decisiones, pero a diferencia de mí él solo rio ligeramente con la vista perdida en el piso.

     ― Solo soy científico.

― Puede ser- besé suavemente su mejilla notando como el color se apoderaba de sus delgados pómulos.

     ― Creo que me acostumbré a ser así...- seguía con la mirada clavada en algún punto desconocido para mí.

― Yalek, ¿qué tan bien puedes ver?- me apenaba tener que preguntarle algo así, era evidente que tenía problemas, eso era terriblemente notorio, sobre todo cuando Carlos tenía cosas regadas por todos lados y él no podía caminar sin chocar y caerse con algo.

     ― ¿Eh?...- el tono de sus mejillas volvió a aumentar mientras que él negaba de forma casi imperceptible― y...yo...normalmente diría que lo suficiente...pero supongo que esa no es la respuesta que buscas...- agachó la mirada jugando con sus dedos como si no pudiera con su propia vergüenza.

― Me refiero a ahora- tome su rostro entre mis manos levantándolo suavemente, detestaba que bajara la mirada de esa forma, como si no tuviera derecho de equivocarse y se estuviera castigando a sí mismo por no ser perfecto.

     ― Y...yo...solo veo colores...- pude notar el temblor en su voz, se negaba a mirarme desviando sus ojos a cualquier otro lugar― manchas difusas...- traté de imaginar el cómo sería ver de esa manera, realmente no me imaginaba el mundo sin la belleza de sus formas.

― ¿Y puedes ver de qué color es mi rostro?

     ― Bu...bueno...ahora con todas esas marcas que tienes se ve rojo y un poco morado en algunas partes, también hay verdad...- llevó sus manos a mi rostro acariciando con cuidado algunas zonas mientras iba nombrando los colores que veía en mi piel haciéndome suspirar, no era uno de mis planes que me viera en un estado tan lamentable, ni preocuparlo tanto.

― Pues nada, te tendrás que conformar con un novio morado- sonreí disfrutando de su frío toque que calmaba el ardor de mi piel ahí donde tocaba, mi sonrisa se amplió al ser respondida por el melodioso sonido de su risa suave.

     ― Tonto...

― Pero si yo soy tan bueno como el pan...- adoraba esos momentos en los que podía tontear tranquilamente con él sin miedo a que de un momento a otro lo alejaran de mi lado, simplemente él y yo en esos momentos que nos transportaban a lugares donde no importaba nada más. Lo vi fruncir el ceño como si no pudiera creer en mis palabras y contuve mi risa viendo su sonrisa crecer.

     ― Pues si serás morado tendré que acostumbrarme a dormir junto a una mora gigante supongo...- se encogió de hombros y mi risa salió libremente.

― Y te quejas de mí.

     ― Yo sé que me quieres...- llevó sus manos en puño hasta que cubrieron su boca y parte de su nariz dejando ver solo sus ojos, dándole una apariencia realmente adorable, convirtiéndolo en lo más lindo que había visto en la vida.