~Obediencia~

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Casi una hora después Yalek al fin comenzó a abrir los ojos, el efecto no había disminuido en lo más mínimo, estaba seguro de que se molestaría bastante al ver que, no solo tomamos sus cosas, sino que ingerimos bastante de ese polvo que olía a burundanga pero era al menos cuatro veces más fuerte; solo el castaño podía tener algo tan extraño. Comenzaba a comprender un poco de las cosas, Yalek había dicho que podía hacer cosas que nadie más, y ciertamente no conocía a nadie que hiciera una droga tan eficaz, rápida y fuerte, algo como eso me hubiese servido mucho cuando interrogaba a los bastardos que trataban de atacar la agencia; también había mencionado un arma. Atando cabos no me quedaban más opciones que pensar que lo que querían de él era algún químico que les sirviera de armas de exterminio y con lo poco que conocía al ratoncito, que realmente era más de lo que él creía, sabía que no aceptaría hacer algo así, era demasiado bueno.

Parpadee un par de veces y noté como mi amigo que seguía frente a mí se giraba en dirección a la camas, imité su acción sonriendo al ver a Yalek despierto, lucía mucho mejor que antes, aunque su ceño fruncido me preocupó un poco, de seguro ya había notado que no podíamos reaccionar bien además del olor y el frasco medio vacío que nos evidenciaba.

     — ¿Qué?...- se levantó dirigiéndose a nosotros a pesar de que era evidente la dificultad que le representaba la acción— ¿de dónde sacaron eso?- su mirada se fijó en los cuatro frascos que descansaban en medio de ambos, Carlos y yo solo nos miramos con sonrisas estúpidas, el alcohol y la droga no eran la mejor combinación para afrontar una situación con seriedad. Se golpeó la frente y giró a verme con una expresión que no le había visto antes, estaba serio pero además había algo en su mirada, algo parecido a la superioridad, una mirada que no admitía negaciones—. Aki respóndeme- su tono también era diferente, no parecía el mismo chico inocente y tímido de siempre, más bien era un hombre cansado hablándole a un niño pequeño que acaba de hacer una travesura. Así me sentía, como un niño regañado.

— No lo sé Yalek- las palabras salieron solas de mi boca, sin siquiera darme tiempo de procesar lo que decía, simplemente respondí la verdad, alcé la vista encontrándome con la misma mirada fría y cansada de antes.

     — Dime de dónde los sacaron Hernández- habló en el mismo tono hacia mi amigo que ni siquiera se inmutó.

   — Estaban "ocultos" junto al reloj, estaba buscando algo y pues los encontré y a la verga-. Noté que mi amigo tampoco era capaz de controlar sus palabras, eso debía ser efecto de la droga de Yalek; soltó un suspiró y murmuró unas cuantas cosas en ruso que no alcancé a escuchar.

     — Dénmelos- extendió la mano e inmediatamente tomé dos de los frascos colocándolos en su palma, seguido de Carlos que hizo lo mismo con los dos restantes—. También el que tienes tú Aki- sus ojos se posaron en los míos y un escalofrío me recorrió, no me gustaba ese Yalek, sumado al estado en que me encontraba me hacía sentir pequeño e indefenso, hasta podría decir que sentí miedo. Miré a mi amigo y le pregunté si él recordaba dónde lo había dejado a lo que simplemente negó.

— Eh, Yalek...creo que lo he perdido- un segundo golpe llegó a su rostro seguido de un fuerte suspiro.

     — Aki, recuerda dónde está y dámelo- su voz era más baja, pero seguía siendo una orden. Froté mi nuca intentando recordar dónde lo había puesto mientras internamente me cuestionaba la razón para recordarlo, había bebido hasta olvidarlo por una razón, pero ahora me sentía casi desesperado por obedecer al castaño; de repente todo regresó a mi mente.

— Ya sé dónde está...- al entender bien mis recuerdos me di cuenta de la gravedad de la situación— Yalek, ¿prometes no enfadarte?- retiró la mano que cubría su rostro mirándome confundido.

     — ¿Dónde está Aki?- su voz sonaba preocupada, no quería decirle, pero mi cuerpo no me obedecía a mí, solo a sus palabras.

— Creo que- Carlos se encogió en sí mismo dándome a entender que también había recordado lo que hicimos con el frasco— creo que se lo...- trataba con todas mis fuerzas no hablar, mentir para que mi pequeño no se enojara y menos aún bajara a recuperarlo, tragué saliva al entender que mis esfuerzos eran en vano, terminaría diciéndole la verdad— se lo dimos a Soo Choihyung...

     — ¿Qué?- sentí la furia y el miedo en su grito, tenía miedo, pero no de lo que pudiera hacernos a nosotros, sino de lo que pudiera pasarle a él.

— L...lo siento- estaba completamente nervioso, pero en el fondo no sentía que debiera disculparme, lo había hecho para protegerlo, aunque tal vez lo había puesto en más riesgo.

   — Creo que no debimos acabar con mi reserva de sake cabrón- me golpee mentalmente por las palabras de mi amigo, iba a comenzar a discutir con él cuando la voz de Yalek me devolvió a la realidad dejándome congelado.

     — Quédense aquí hasta que regrese- salió a pesar de mis inútiles intentos por detenerlo, odiaba no poder hacer que mi cuerpo reaccionara, no sabía lo que podía pasar con Choihyung, pero no me sentía nada tranquilo.

   — Ya ves mamón, ¿para qué le dices?

— Sabes bien que no pude evitarlo, ¿tú crees que yo quería que esto pasara?

   — ¿Quién sugirió beber hasta perder la conciencia?

— No es el jodido sake- grité perdiendo la poca paciencia que tenía en ese momento.

   — Pues ve a detenerlo- me miró ofendido como si yo tuviera la culpa de todo.

— No puedo.

   — ¿Por qué no?- a esas alturas ambos estábamos gritando, lo miré incrédulo.

— Intenta pararte cabrón.

   — Yo no quiero pararme, estoy bastante cómodo aquí- se cruzó de brazos con indignación.

— Si te logras levantar y salir por esa puerta te doy el mando de la agencia por medio año-. Me miró con asombro, siempre me había reclamado el que no le dejara tomar decisiones, a pesar de que al final siempre hacía lo que quería.

   — ¿Es neta carnal?- asentí con la cabeza expectante por su intento por levantarse. Colocó sus manos en el piso y se impulsó con fuerza, a pesar de todo su esfuerzo le fue imposible despegarse siquiera un poco del piso. Luego de verlo forcejear unos minutos no aguante más y estallé en sonoras carcajadas—. Cállate pendejo, esto no es divertido.

— Claro que lo es- controlé un poco mi risa por la mirada asesina que me envió el moreno—. Bueno, creo que seguirás siendo el segundo.

   — Chinga a tu madre- se cruzó de brazos ya pasamos todo el tiempo restante en silencio, la atmosfera reinante no me ayudaba a tranquilizarme, y mi alma se fue al suelo cuando vi entrar a Yalek.

Estaba feliz por verlo regresar a salvo, pero en cuanto me di cuenta de su llanto la preocupación me invadió. Entro ignorándonos a ambos y fue directamente a la esquina de la habitación, donde se encogió sobre sí mismo y comenzó a llorar desconsoladamente.

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Hola...

Regresamos después de poco más de una semana...

¿Qué le habrá pasado a Yalek?...

Si les gustó el capítulo pueden compartirlo con sus amiguit@s...y si no...pueden compartirlo con sus no amiguit@s y a tomar por saco...

Nos leemos luego...

Los Recuerdos Duelen [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora