Me sorprendí un poco por su sugerencia, hasta ahora se había negado a hablar de su pasado y ahora de la nada me estaba ofreciendo contarme; aunque si lo pensaba bien lo que me ofreció fue una historia, no precisamente algo de su propia historia.
Tan absorto estaba en mi debate mental que lo único que pude hacer fue asentir, fuera cual fuera el resultado no iba a perder la oportunidad de conocer un poco más al ratoncito.
─ ¿Algo que te gustaría en especial?
─ No- negué con la cabeza algo distraído, realmente no terminaba de entender mi confusión pero se disipó una vez que comenzó con su relato.
─ Ok...- se revolvió un poco en mi pecho buscando una posición cómoda, en circunstancias normales hubiera sido muy incómoda la forma en que se movió pero era tan ligero que apenas y lo sentía─. Bueno, hace algunos años atrás...- comenzó con su historia ganándose mi total atención─ existía un lugar hermoso que siempre estaba cubierto de blanco, el hielo se alzaba por encima de todo, como si vigilara la paz en ese lugar, e...existía ahí un pequeño pueblo donde vivía una pareja con su pequeño hijo, se querían mucho y eran felices los tres; u...un día el niño salió corriendo de su casa hacia la montaña congelada y comenzó a subirla, muchas veces le habían prohibido ir hasta ahí, podía caer y salir muy lastimado, pero ya no quería evitarlo. Subió, mientras lo hacía los demás habitantes del pueblo se iban reuniendo y lo elogiaban, le admiraban por sus logros durante su travesía, pero en el rostro de sus padres se reflejaban el miedo y la angustia, eso no lo detuvo, siguió hacia arriba.
»En el camino conoció a un duende, estaba condenado a vivir en una burbuja que lo protegía del exterior, ya que al menor contacto podía morir; el duende quiso acompañar al niño en su ascenso y él se sentía tan solo que aceptó; el duende era algo torpe y siempre se estaba lastimando aún dentro de su burbuja así que el niño tuvo que aprender a curar todo tipo de heridas, pero siempre estaban peleando porque, además de torpe, el duende era muy necio. El niño lo regañaba para que se dejara curar y se estuviera en paz; a pesar de todo el niño se encariñó con el duende que terminó siendo el único amigo que tuvo en su odisea.
»Un día, el duende se enfermó gravemente y el dolor lo hacía sufrir mucho, el niño no quería ver a su amigo sufriendo de esa manera así que usando todo lo que sabía hizo una medicina mágica para curarlo; pero cometió un error, confundió dos que había en el lugar y el resultado fue desastroso. El padre del duende se enteró y envió a sus soldados a buscar al niño que había asesinado a su hijo, ellos acabaron con cualquiera que intentara protegerlo mientras él sólo podía correr hasta la cima de la montaña y lo que encontró ahí fue una familia de hombres pulpo que le dijeron que lo ayudarían pero...justo cuando dijo que sí lo tomaron de los brazos y lo arrojaron por la ladera de la montaña a un agujero frío y húmedo, tan estrecho que ni siquiera la luz entraba en ese lugar...- no lo interrumpí un solo instante de todo su relato, escuchándolo atento y fijándome en cada uno de sus gestos, era más que obvio que le costaba hablar y le dolía al hacerlo, lo que sólo me confirmo que era su historia; bueno, no literalmente pero estaba de tras fondo, seguramente de forma metafórica y no era difícil deducir quienes eran los hombres pulpo, me preguntaba si realmente le parecíamos así; pero lo que más me llamó la atención fue que justo antes de terminar sus ojos se cristalizaron; no era algo extraño en él, pero aun así me pareció algo curioso─ nadie volvió a saber de él, porque nadie nunca lo buscó...
Me separé un poco, feliz por tener nuevos datos que me ayudarían a entenderlo y a saber lo que querían de él, sequé sus lágrimas sin preguntar nada, entendía que era sensible y prefería aguardar un poco a que pudiera tranquilizarse.
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Los Recuerdos Duelen [BL]
Novela JuvenilDos chicos entraron a mi vida, demasiado parecidos para ser cierto, sobre todo porque yo vi morir a uno de ellos... "No puede ser, después de tanto tiempo, ambos terminaron en mis brazos; las posibilidades son muy pocas, hay un mundo entre nosotros...