Me uní a él con un beso sincero, de esos que ya se estaban volviendo costumbre al tenerlo a mi lado.
— Aki...
Se separó abrazándome con la fuerza que su estado le permitía, sin querer causó un placentero roce e mi entrepierna, pero lucía tan indefenso que me era imposible querer perder el control con él, así que solo correspondí el abrazo con una sonrisa tirando de mis comisuras hacia arriba. Noté como sus ojos me recorrían disimuladamente, de arriba abajo, analizando cada detalle de lo que veía, si es que alcanzaba a ver algo ese pequeño topo que tenía enfrente. En algún punto su ceño se frunció y un tierno puchero se formó en sus labios, miré hacia donde él lo hacía y me di cuenta de que había llegado a mi camisa, fue imposible que la picardía no se colara en mí al notar su pequeña molestia con la prenda que me cubría, no podría encontrar nada tan tierno y caliente por igual.
— Si tanto te molesta quítala tú.
— Y...yo...- el rubor cubrió sus mejillas, no tardó en desviar la mirada manteniendo el puchero en su gesto, causando que una risa escapara de mis labios.
— Por sí sola no se irá- le incité a seguir con el juego que él había comenzado antes, esperaba que se enojara o se sonrojara aún más, en cambio sus manos viajaron lentamente por mis hombros hasta llegar a los botones de la prenda en cuestión, estaba temblando y se negaba a alzar la mirada, pero de todas formas estaba desabrochando mi camisa, botón por botón, destilando timidez por cada poro del cuerpo. Sonreí dejando que continuara descubriendo mi torso poco a poco, al terminar la deslizó por mis hombros acariciando suavemente mi piel con sus yemas, le ayudé un poco alzando mis brazos— ¿satisfecho?- me miró un instante dejándome apreciar el hermoso color que tenían sus mejillas por la vergüenza.
— S...si...- volvió a desviar la mirada con un adorable puchero sacándome otra risa enternecida, en once años no había reído tanto como con él.
— Ojala pudiera ser tan lindo como tú- besé su colorada mejilla, él me miró con gesto sorprendido para luego sacarme la lengua de una forma demasiado tierna e infantil para mi corazón que comenzó a latir mucho más rápido cuando colocó su mano en mi rostro acariciando mi mejilla con su pulgar y una hermosa sonrisa adorno sus labios para luego ser suplantada por un nuevo puchero.
— Aki...está doliendo...
— ¿Qué te parece si hacemos que deje de doler?- me quité de encima de él y bajé de la cama extendiéndole mis brazos para ayudarlo a bajar y que no volviera a caer como siempre— agárrate a mí- me coloqué frente a él, parecía dudar si sujetarse a mí o no, pero al final se tomó de mis hombros permitiendo que los jalara y se enrolló alrededor de mi cintura como si su vida dependiera de ello, se escondió en mi hombro temblando un poco, en definitiva no le gustaba que lo cargara pero solo iba a ser un momento. Lo llevé hasta la esquina de la habitación donde lo bajé con cuidado dejándolo de cara a la pared.
— ¿Aki?...- lo abracé cruzando mis brazos sobre su pecho, deleitándome con su frágil cuerpo, bajando poco a poco tocando su torso hasta llegar al borde de su pantalón y arrancárselo de un tirón— Ñya...- soltó en un pequeño grito que me saco una carcajada, pero eso no me impidió colocar mis manos en su cadera, sobre el resorte de la única prenda que le quedaba. Dio un paso atrás chocando conmigo, provocando extasiantes fricciones que me recorrían en forma de corrientes eléctricas; lo volví a pegar a la pared para poder bajar lentamente esa única prenda que se interponía entre nosotros.
Lo vi sonrojarse y agachar la mirada, pero estaba más preocupado por quitar mi propio pantalón y dejar de sentir esa presión que hacía mi erección doler más de la cuenta, recargó la cabeza en la pared y por un momento temí que tuviera otra crisis y terminara haciéndose daño, pero al verlo simplemente recargado continué con mi labor deshaciéndome de mi última prenda con un movimiento rápido. Se mantuvo con la frente pegada al frío cemento, casi podía sentir los nervios a su alrededor y supongo que mi desesperación no ayudaba mucho a que se calmara.
— Yalek- le tomé la mandíbula para lograr que me mirara.
— ¿Qué...qué ocurre Aki?...
— Tranquilo- antes de que pudiera siquiera ponerse a pensar lo besé con todo el cariño que tenía mezclado con el deseo y la excitación que suponían tenerlo desnudo frente a mí rozando mi erección con el interior de sus piernas. Se dejó besar deteniendo sus temblores, aproveché para recorrer su pecho con mi mano y separarme cambiando mi lengua por dos dedos dentro de su cavidad, los rodeó y jugueteó con su lengua separándolos, mordisqueándolos, llenándolos con su saliva tibia. Entretuve mi otra mano en sus pezones hasta que mis dedos estuvieron suficientemente lubricados—. Creo que será suficiente.
Dirigí mis dígitos a su entrada presionando ligeramente. A pesar de no ser la primera vez sus quejidos no se hicieron esperar.
— A...Aki...- se mordía el labio cerrando los ojos con fuerza.
— Tranquilo, ya pasará-. Su labio volvió a sangrar bastante y una gota escurrió por su mentón, bajando por su cuello; echó la cabeza al frente dejándome un buen espacio para besar su cuello y espalda, quería distraerlo de la incomodidad en su parte baja; al sentir que se había relajado introduje un dedo mordiéndolo al mismo tiempo. Soltó un grito ahogado que silencio volviendo a morder su labio con más fuerza todavía, la sangre escurría en grandes cantidades manchando también su pecho y el piso debajo de él donde comenzaba a formarse un diminuto charco carmesí— Yalek, mírame- me separé un poco sin retirar mi dedo de su interior
— Aki...- lo miré, tenía una gran herida que casi atravesaba todo el ancho de su labio por tanto estarlo mordiendo; lo besé, sabía que le ardería la carne expuesta, pero también haría que se olvidara de cualquier molestia que pudiera ocasionarle mi intrusión y un segundo dedo que se colaba en su interior sin previo aviso, esta vez solo liberó un pequeño quejido acompañado de una pequeña lágrima que rodó por su mejilla para después mezclarse con la sangre que comenzaba a secarse sobre su piel.
— Tranquilízate Yalek, ya pasará- se separó volviendo a pegar su frente a la pared respirando en jadeos— tranquilo- comenzaba a preocuparme su estado, ni siquiera la primera vez había sufrido tanto con apenas una preparación, pero ahora parecía que le estuviera metiendo agujas por todo el cuerpo en lugar de un par de dedos en el recto— ¿estás seguro?- debía estar volviéndome loco para pensar en detenerme a esas alturas, pero en verdad estaba preocupado por él. Un asentimiento de su parte me otorgo el permiso de continuar, pero no quería que sufriera más de lo necesario por lo que saqué mis dedos dándole vuelta; inmediatamente sus brazos me rodearon apegando nuestros cuerpos—. Tendrás que disculparme- sin darle tiempo a responder lo alcé en brazos y el inmediatamente se encogió enterrando sus uñas en mi espalda, solté un suspiro conteniéndome, pero el pequeño no me la ponía nada fácil.
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Hola...
Bueno, por si no era muy obvio el próximo capítulo tendrá algo de cancer visual, ya saben que pueden saltarlo y esperar la siguiente actualización o arriesgarse a contraer alguna horrible enfermedad...
Si les gustó el capítulo pueden compartirlo con sus amiguit@s...y si no...pueden compartirlo con sus no amiguit@s y a tomar por saco...
Nos leemos luego...
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Los Recuerdos Duelen [BL]
Novela JuvenilDos chicos entraron a mi vida, demasiado parecidos para ser cierto, sobre todo porque yo vi morir a uno de ellos... "No puede ser, después de tanto tiempo, ambos terminaron en mis brazos; las posibilidades son muy pocas, hay un mundo entre nosotros...