─¿Qué?...-solo entonces me di cuenta de lo que había dicho.
─Nada- me atreví a levantar la mirada temiendo su reacción y dedicándole una sonrisa forzada que me dolía bastante.
─Aki...¿qué te pasó?...-se acercó a mi rápidamente llevándome hasta la cama para recostarme─ ¿Q...qué?...oh Aki...
─Tranquilo fiera que no ha pasado nada, digamos que es un juego que tengo con Carlos-. Mentí un poco para tranquilizarlo ya que se veía verdaderamente preocupado sin siquiera haber visto el estado de mi rostro.
─No me mientas...-me estaba gritando mientras se empeñaba en quitar la gaza que mi amigo había puesto para cubrir el mínimo corte que había en mi piel, yo no sabía si sentirme enternecido o preocupado.
─No miento fiera, tranquilízate- lo único que sabía era que tenía que calmarlo antes de que cayera en una nueva crisis nerviosa. Traté de detener su mano colocando la mía encima de mi ojo que seguramente sería morado debajo de la tela.
─Entonces déjame ver...- tenía un punto, no había razón para evitar que me viera si no era nada, pero por como dolía estaba muy lejos de ser un pequeño golpe; no tuve más remedio que rendirme, dejé que apartara mi mano y terminara de quitar la gaza.
─Cómo quieras.
─¡Aki!...- esta vez su grito fue aún más alto que las anteriores─ ¿Cómo puedes decir que no es nada?
─No es nada tigre, ahora, ¿me la prestas?, que me mareo- traté de quitarle la gaza de las manos sintiendo el intenso mareo que la luz provocaba en mí, viendo eso me di cuenta de que la herida debía estar mucho peor de lo que suponía pero no iba a dejárselo saber y que se preocupara más todavía.
─No...-se dirigió a donde habíamos dejado el botiquín tomando algo que no pude ver para luego encender una vela─ quédate quieto- se dio vuelta dejándome observar lo que tenía en la mano, sostenía una navaja de afeitar que estaba calentando en la flama de la vela, ya sabía que él me había curado la herida de bala pero era mi cara de lo que estábamos hablando ahora.
─Eheheheh, tranquilo y aléjate de mí con eso- me arrinconé en la esquina de la cama en mi inútil intento de huida.
─Aki...necesito drenar la sangre, tranquilízate...- uso un tono serio que yo no le había escuchado antes, su expresión había cambiado. Seguía pareciendo un niño, solo que era un niño que bien podría haber estado realizando una cirugía a corazón abierto y nadie hubiera objetado nada. Ese cambio en lugar de tranquilizarme me puso más nervioso, por primera vez en muchos años sentía que mi integridad física corría riesgo cerca de alguien.
─Aléjate de mí- lo empujé con el pie alejándolo de mí. Se dio la vuelta nuevamente y creí que ya había ganado, que se rendiría y simplemente me daría algo para el dolor. Jamás se me ocurrió que lo siguiente que haría sería soplarme algo en la cara, inmediatamente se me vino a la mente el frasco que le había quitado y sus palabras "Eso es muerte". ¿Ese fue el plan siempre?, yo no lo creía capaz de hacer algo así, no parecía la clase de persona que te apuñala por la espalda. Unos minutos atrás estaba a punto de perder los estribos por la herida que tenía en la cara y ahora me había soplado un polvo extraño que no tenía ni idea de lo que era y por lo poco que sabía de él, podía matarme.
Mis ojos se volvieron pesados, mis ideas confusas y lo último que vi fue a aquel chico inocente con el que llevaba viviendo ya casi un año, aquel que se veía totalmente indefenso; sosteniendo una navaja a la flama de la vela.
─Tranquilo Aki, así despacio- su voz me llamaba mientras mis ojos se intentaban acostumbrar a la luz que iluminaba esa habitación. Mis manos tentaron la colcha donde estaba acomodado, era tan suave y tibia.
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Los Recuerdos Duelen [BL]
Teen FictionDos chicos entraron a mi vida, demasiado parecidos para ser cierto, sobre todo porque yo vi morir a uno de ellos... "No puede ser, después de tanto tiempo, ambos terminaron en mis brazos; las posibilidades son muy pocas, hay un mundo entre nosotros...