Los Recuerdos Duelen [BL]

~Confío en ti~

Se quedó bajo de mí, dejando que le llenara de mimos y caricias, sabía que no me detendría, hiciera lo que hiciera jamás me pediría que parara, sin embargo no era como las otras veces, estaba como...resignado, y eso me preocupaba.

-¿Qué tienes?

      -No nada...pero...me siento sucio y eres muy bueno contigo...- desvió la mirada y sonreí tontamente por lo lindo que se me hacía con esa actitud culpable.

-A veces creo que demasiado- dije bromeando con intención de calmarlo y hacerlo sonreír.

      -S...si...eres demasiado...pa...para mí...

-Yo no dije eso- mierda, en verdad no entendía cómo es que podía malinterpretar mis palabras de forma que él terminaba siendo un desperdicio como Shima lo consideraba, ¿acaso era el único loco que creía que ese pequeño chico era algo digno de admirar?

      -P...pero es cierto...- dijo confirmando mis sospechas mientras apartaba la mirada- Aki...te...tengo miedo...s...si algo te pasa...

-Shhh...-coloqué un dedo sobre sus labios pidiéndole silencio- ¿recuerdas la promesa que te hice?, la que no he cumplido hasta ahora- me sentía un poco culpable por ello pero él no tenía que enterarse.

      -Pero...-volvió a mirarme quedándose sin palabras mirando mis ojos con los suyos que parecían un bosque verde siendo mecido por el viento, me encantaba tener sus ojos posados en mí, solo en mí.

-¿La recuerdas?- insistí acercándome más a él, teniendo la tentación de saltar a sus ojos y perderme en todos los misterios que escondía con tanto recelo.

      -S...si...-volvió a negarme la hermosa imagen de su mirada girando la cabeza para no verme.

-Pues- me acerqué un poco más tomando su barbilla y dejando que mis labios rozaran los suyos suavemente- pienso cumplirla- uní nuestros labios casi con desesperación, esos milímetros que no separaban de pronto me parecieron demasiada distancia y llevé mis manos hacia su torso para recorrerlo con suaves caricias llegando hasta el borde de su playera, se aferró a mi cuello correspondiendo a mis acciones, lentamente fui sacando la prenda por su cabeza hasta que tuve toda su piel a mi disposición contemplando esa superficie lechosa que comenzaba a mostrar los signos de cicatrización en donde antes había heridas abiertas, contrastando terriblemente con el corte que se abría paso por su brazo; me dispuse a besar su cuello para luego morderlo y succionar cuando ladeo la rostro dándome mayor acceso, tomé sus muñecas sujetándolas sobre su cabeza y no pude evitar pensar que sin importar cuantos chicos hubieras pasado por mi celda siendo al poco tiempo "mis amantes" ninguno se comparaba con el ruso de respiración agitada que se encontraba debajo de mí.

    -Wey, luego te lo violas pero escúchame tantito- estaba a punto de matar a alguien, me giré hacia mi amigo que se encontraba en la puerta con expresión divertida fulminándolo con la mirada, lo pagaría caro, sabía que no debía interrumpirme, estaba más que molesto y mi amigo debió notarlo puesto que levantó ambas manos en son de paz; escuché un casi imperceptible quejido de parte del chico que permanecía debajo de mí y me golpeé mentalmente por ser tan descuidado, aflojé el agarre en sus muñecas que había presionado de más por la molestia.

-Lo siento- suspiré resignado y me levanté para dirigirme a la puerta con cara de pocos amigos antes de terminar desquitándome con quien estuviera más cerca, que para su mala suerte era Yalek.- más te vale que sea importante.- murmuré para que solo el moreno pudiera escucharme, era consciente del desagrado que expresaba mi voz pero era inevitable.

    -Tranquilo, no interrumpiría tu cogida por nada, Shima te está buscando, nos puso a todos bajo toque de queda nuevamente, solo que me pidió que te avisara; wey, metiste en problemas a los niños- me dirigió una mirada molesta que trataba de ser un regaño, sabía que el moreno se había encariñado mucho con esos niños, al final de cuentas los habíamos visto crecer desde que tenían dos o tres años, era normal que se molestara porque se metieran en problemas por un asunto mío pero había sido él el que había mandado al chico a la oficina provocando el "incidente" que seguro era la causa de que Shima quisiera verme.