Los Recuerdos Duelen [BL]

~Él~

Cuando regresó a la celda Yalek tenía la mirada gacha y los ojos cristalizados, no tenía idea de que le habían hecho pero por lo que sabía de él tenía que haber sido algo no realmente agradable como para que estuviera otra vez al borde de las lágrimas, pero además de todo yo no había visto jamás al hombre que lo acompañaba, eso no me gustaba para nada.

-¿Y tú quién eres?- interrogué al guardia mientras me acercaba a Yalek para tratar de envolverlo en mis brazos.

      -N...no...por favor...- esquivó mi abrazo y avanzó hasta la cama, mi mirada cayó en el guardia que se marchaba sin haber respondido a mi pregunta, me molestó su falta de respeto, sin embargo tenía problemas más grandes en ese momento.

-¿Ah?, ¿ahora qué te pasa Yalek?- mi molestia por la visita de Fred no había disminuido y su actitud solo podía lograr aumentarlo.

      -No...nada...estoy cansado...es todo...- se acostó y se tapó con la vieja manta como si fuese a dormir, pero yo no planeaba dejarlo hasta conseguir que me dijera la verdad.

-Sabes perfectamente que a mí no puedes mentirme- lo tomé sentándolo en mis piernas y lo obligué a mirarme a los ojos.

      -Por favor Aki...no es nada...solo quiero pensar...

-Tus ojos me siguen diciendo que mientes, ¿por qué no me quieres decir que pasa?- lo abracé más fuerte apegándolo a mí, las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas demostrando la veracidad de mis palabras.

      -En verdad no es nada...solo soy muy torpe y creí que podía tener algo lindo en la vida...pero me equivoqué.

Lentamente comenzaba a entender lo que ocurría, en parte me sentí aliviado de saber que no lo habían golpeado de nuevo, pero una tortura psicológica podría destruirlo igual o más rápido.

-Tranquilízate vale, no sé qué mierdas te hayan hecho en la cabeza vale, solo tranquilízate, estoy contigo.- comencé a acariciarle la espalda desde la cadera hasta el cuello en gesto tranquilizador.

      -No me hicieron nada...

-Fingiré que te creo, pero sea lo que sea ahora estás conmigo, solo permanece aquí- lo apreté más entre mis brazos, tenía miedo de que volviera a caer en crisis yéndose muy lejos de mí, me había dado cuenta de que odiaba verlo en ese estado, no lo resistiría otra vez.

      -¡Deja de mentirme!- gritó levantándose de un salto- nunca has estado conmigo...siempre fue alguien más...fue...-colapso en el piso llorando con los puños apretados sobre las rodillas- ¿por qué lo haces?... ¿qué es tan divertido?...

No entendía nada, ¿yo era el malo?, quería saber que le pasaba, no le había mentido jamás, talvez es cierto que al principio me aproveché un poco de su inocencia pero jamás con mentiras, no las necesitaba para tenerlo a mi lado, necesitaba saber que era lo que le dolía tanto a mi chico y corregirlo. Me limité a mirarlo sin saber qué hacer, acercarme no era una opción, entendía lo que era no querer el más mínimo contacto con otro ser humano aun así me aventuré a colocar mi mano sobre su hombro para que supiera que estaba ahí, que estaba con él

-Siempre he estado y estaré aquí.- el volumen de sus lágrimas aumentó, estaba temblando como si fuera el peor ser de la tierra y lo estuviera aterrando.

      -...No es tu culpa...-apenas logré entender sus palabras en medio de los sollozos- ¿cómo podría importarte si no soy nada y no tengo nada que ofrecerte?...doy pena...y tú...estás tan lejos...fui un tonto...cualquiera es mejor que yo...y se me ocurrió pensar que podrías verme diferente...no te merezco...no merezco nada...-Me puse de rodillas frente a él, toda esa bomba de lo que él consideraba verdad solo dejaba ver sus inseguridades y miedos absurdos, sin embargo no iba a dejarlo hundirse en ellos, le tomé la barbilla obligándolo a mirarme.