~Un trato justo~

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     ― No Aki...e...eso...eso no ocurrirá...y...yo...yo sé que no lo harás...- su voz temblaba, podía notar su miedo, mi cuerpo no reaccionaba como yo quería, mi mente estaba en rojo sin poder aclarar mis pensamientos.

― Si no te irás, van aquí- extendí mis brazos en invitación, una que él aceptó a pesar de las pequeñas lágrimas que comenzaban a acumularse en sus preciosas orbes.

     ― Aki...

― Quiero que te largues pero a la vez no quiero alejarme de ti- lo tomé por la cintura y sus pequeños brazos me ayudaron a tenerlo aún más cerca.

     ― No me iré...

― No quiero perder a alguien más, no lo soportaría- me escondí en su cuello temiendo que en cualquier momento fuera arrancado de mis brazos o simplemente desapareciera como si nunca hubiese existido fuera de mi propia imaginación, sus manos me devolvieron tranquilidad como sólo él podía hacerlo.

     ― Y...yo tampoco quiero perderte Aki...eres lo único que tengo...

   ― ¡Afuera! ¡Ahora mismo!- no podía haber elegido mejor momento para venir a arruinarlo todo, seguía sin comprender del todo su rechazo a Yalek, entendía que era un prisionero político pero esa no era razón para tratarlo como si fuera la peor escoria del planeta, incluso él merecía respeto, aun así estaba consciente de que debía obedecer para mantenerlo a salvo.

     ― No Aki...por favor...no me dejes...- sus sollozos me rompían el alma pero no había nada que pudiese hacer.

― Lo siento cariño, es mejor- besé su frente llenándome de coraje para separarme de él dirigiéndole una pequeña sonrisa antes de dirigirme a mi "padre" quien nos miraba de forma seria.

Agradecí que permaneciera en silencio durante todo el camino hasta la oficina, mi salud había mejorado considerablemente así que podría defenderme sin problema, de cualquier manera la idea no era pelear con él.

   ― Sigues siendo demasiado imprudente- se giró repentinamente dando un golpe en su escritorio― parece que no puedes seguir una maldita orden Akihiko.

― ¿De qué mierda hablas ahora?- lo encaré quedándome cerca de la puerta― Yo no he hecho nada que te afecte en lo más mínimo.

   ― Exactamente ese es el problema. ¡No has hecho nada! Te dije que hicieras que el niño firmara un maldito papel, ¿tan difícil es hacer eso?

― ¡Te dije que no lo haré!- apreté los puños y la mandíbula, estaba harto de la misma cantaleta, sin importar lo que me pasara sabía que Yalek no debía aceptar, no sólo por él, sino por todos.

   ― ¿Se te olvida lo que acordamos Takame?

― ¿Se te olvida que prometiste dejarlo en paz?

   ― Él pudo haberte prometido muchas cosas, pero yo no-. Una tercera voz me sorprendió por detrás, realmente no me esperaba que hubiera un guardia en la oficina y mucho menos que tuviera el valor para intervenir de esa forma.

   ― Sal de aquí Jihinashi- noté la tensión en la voz de Shima.

   ― Cierra la boca Kohai, toda esta situación es culpa tuya, no te atrevas a intervenir, ya no tienes jurisdicción sobre el asunto.

Me sorprendí por la manera en que el hombre le estaba hablando, ningún guardia se hubiera atrevido a hacer eso, mucho menos estando yo presente. Desde la primera vez que lo había visto me había sorprendido de su actitud, había un aura de superioridad que lo rodeaba, sin embargo eso no me intimidaba, podía o no ser un simple guardia, yo no iba a permitir que le hicieran algo a Yalek solo por su codicia desmedida.

Los Recuerdos Duelen [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora